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No nos vamos a escudar en la crisis para abandonar a los más pobres de México a su suerte

Calderón: no se vale oponerse a que haya mayor recaudación y pedir más presupuesto
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El presidente Felipe Calderón recibe de Magdy Martínez, representante del PNUD en México, el informe global sobre desarrollo humano. Les acompaña Ernesto CorderoFoto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Martes 6 de octubre de 2009, p. 7

El presidente Felipe Calderón advirtió que no se vale oponerse a que haya más recaudación y, en cambio, pedir más presupuesto para mi estado o para mi programa.

El jefe del Ejecutivo federal lanzó ayer este reclamo a los gobernadores, sin mencionarlos directamente. Reconoció que su propuesta de paquete fiscal es difícil, pero argumentó que no se va a escudar en la difícil situación económica del país para abandonar a los más pobres a su suerte.

Luego de que en Los Pinos el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) anunció que México subió un escalón en el índice de desarrollo humano, al ubicarse en el número 53 en el mundo, el Presidente volvió a defender su paquete presupuestal, ahora con el argumento de que el informe recién presentado demostró que Oportunidades sí reduce la pobreza.

Unas horas antes del cónclave priísta que analizó el paquete presupuestal, Calderón sentenció, alzando la voz: “y no se puede y no se vale decir: ‘que no haya más ingresos públicos, que no haya más recaudación, pero a mí sí denme más presupuesto para mi estado o para mi programa’. No se puede, señores”.

Una vez que diversos sectores han rechazado el nuevo impuesto de 2 por ciento y que sus fondos sean destinados a los pobres por medio de Oportunidades, el mandatario federal esgrimió que éste es un programa alejado de prácticas asistenciales o paternalistas y que no se trata de regalar dinero y mucho menos a cambio de apoyo electoral.

Antes había celebrado como buena noticia que México ascendió en el índice desarrollo humano de 0.81 en 2000 a 0.854 en 2007, y resaltó que el mayor ímpetu de crecimiento se dio entre 2005 y 2007, cuando subió tres centésimos.

Valiéndose de los datos de este informe, buscó resaltar los bajos índices de cobro de impuestos en México, equivalentes a 10 por ciento de su producto interno bruto (PIB), en comparación con los de Noruega, el país de mejor nivel de desarrollo humano en el mundo, el cual recauda 45 por ciento de su PIB.

Frente a él estaban los gobernadores de Chiapas, Juan Sabines, y de San Luis Potosí, el priísta Fernando Toranzo, a quien le deseó éxito en su administración, que comenzó hace una semana.

Llamó a los mexicanos a hacer un esfuerzo, porque es necesario ir más aprisa y a más a fondo en el combate a la pobreza. “No basta –dijo– decir que la crisis económica se sufre por todos, porque quien más la sufre es la gente que menos dinero tiene.”

Fue cuando reconoció que el paquete fiscal es difícil, sin aludir en ningún momento al nuevo impuesto de 2 por ciento. Sí, sí lo es. Sí lo es porque la situación económica es difícil, pero a la vez no nos vamos a escudar en la crisis para abandonar a los más pobres de México a su suerte.

Insistió en que el dinero adicional no es para programas que no sirven, sino para Oportunidades, que tanto la Organización de Naciones Unidas como más de 90 instituciones han probado y demostrado que reduce la pobreza.

Cinco o seis millones de pobres

Al igual que el Calderón, el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, defendió el programa Oportunidades, al decir que se ha aplicado en más de 20 países por su capacidad de romper el ciclo intergeneracional de la pobreza, por sus sólidas evaluaciones, por su imparcialidad, transparencia y rendición de cuentas; en pocas palabras, por su efectividad.

Tres días después que el Presidente reconoció que se han sumado seis millones de pobres durante su gobierno, Cordero aclaró que el informe del PNUD, que registra una mejora en el tema, considera sólo la información referente a 2007, es decir, justo antes de que las crisis alimentaria y económica mostraran sus efectos.

Insistió en que la pobreza se ha incrementado en México –el principal argumento planteado por el gobierno federal para defender su reforma fiscal–, pero aclaró que son cinco millones y no los seis millones que había dicho el Presidente.