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Tres estadunidenses comparten el premio; sus hallazgos, eje de las comunicaciones actuales

El Nobel de Física, a creadores de las bases de la tecnología digital

Charles Kao, quien recibirá la mitad del galardón, reconoció el potencial de la fibra de vidrio

Willard Boyle y George Smith, a quienes corresponde la parte restante, desarrollaron el chip sensible a la luz

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Charles Ko mientras realiza sus experimentos en el laboratorio de Harlow, en una imagen de1960Foto Reuters
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Willard Boyle y George Smith, en una gráfica de 1970Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de octubre de 2009, p. 2

Estocolmo/Hamburgo, 6 de octubre. En la actualidad quién no toma un teléfono o se conecta a la Internet mediante tecnología revolucionaria: con la fibra óptica de vidrio se logró transmitir datos a altísima velocidad, lo que permitió establecer comunicaciones telefónicas claras entre, por ejemplo, parientes separados por miles de kilómetros, así como el envío de imágenes, textos y voz alrededor del mundo en una fracción de segundo.

Los cables de fibra de vidrio constituyen el eje central de nuestra sociedad de la información.

Un segundo, pero no menos revolucionario invento óptico, se encuentra en cada cámara digital: un chip sensible a la luz, el dispositivo de carga acoplada (CCD, por sus siglas en inglés), que permitió a los científicos de las más variadas disciplinas dar nuevas miradas a sus objetos de estudio.

Ambos logros fueron distinguidos hoy por la Real Academia Sueca de Ciencias en Estocolmo con el Premio Nobel de Física.

Charles Kao, ciudadano británico y estadunidense nacido en 1933 en China, reconoció en los años 60 el potencial de la fibra de vidrio.

En 1966, mientras trabajaba en los laboratorios de la empresa Standard Telecommunication, en la localidad británica de Harlow, calculó que la fibra de vidrio permitía una transmisión de datos a lo largo de 100 kilómetros, cuando el estándar de ese momento era de sólo 20 metros.

Apenas cuatro años después se logró fabricar el primer cable de fibra óptica de vidrio, libre de impurezas, necesario para la transmisión a larga distancia.

Miles de kilómetros en todo el planeta

En la actualidad se han colocado más de mil millones de kilómetros de fibra óptica en todo el mundo, lo que equivaldría a dar 25 mil vueltas alrededor del planeta. Y cada hora se agregan algunos miles de kilómetros más.

Las fibras ópticas de vidrio cargan con casi la totalidad del tránsito de comunicaciones telefónicas y de datos en el mundo, subrayó el Comité Nobel. También las conversaciones por teléfono móvil terminan en la red de fibras ópticas.

Que esta conferencia de prensa de anuncio del Premio Nobel se pueda ver en todo el mundo a través de la televisión se lo debemos, después de todo, al trabajo de Charles K. Kao, subrayó Joseph Nordgren, miembro del Comité Nobel.

Kao, de 75 años, recibe la mitad del premio, dotado con 10 millones de coronas suecas (casi 1.44 millones de dólares).

Sin la tecnología desarrollada por Kao no existiría Internet ni las comunicaciones telefónicas en la magnitud y a los precios que las tenemos en la actualidad.

Es la base para toda la tecnología de la información, y por tanto tiene un papel en todos los ámbitos de la vida, dijo Godehard Walf, del Instituto Heinrich Hertz, en Berlín.

Pero la importancia trasciende a las comunicaciones, subrayó Lukas Eng, de la Universidad Técnica de Dresde. Los sensores en el ámbito de la medicina y para medir gases de escape son construidos aplicando ese principio.

Las fibras de vidrio se pueden introducir en venas o incluirse en endoscopios. De esta manera se pueden observar tumores o hasta destruirlos.

Los sensores CCD, por cuyo desarrollo los investigadores estadunidenses Willard Boyle, de 85 años, y George Smith, de 79, se repartirán la otra mitad del dinero del Premio Nobel, también tienen amplia aplicación.

Desde el telescopio espacial Hubble hasta los análisis de ADN, estos chips ayudan a los científicos a hacer visible lo invisible.

Están incluidos en microscopios y aparatos de rayos X, en aparatos de fax y escáner, en cámaras de televisión y teléfonos móviles capaces de tomar fotografías.

En el ámbito de la medicina, los sensores CCD proveen imágenes del interior del cuerpo, con frecuencia en combinación con cables de fibra de vidrio como en el endoscopio.

Efecto fotoeléctrico

El chip fotográfico usa el efecto fotoeléctrico, por el cual Albert Einstein recibió en 1921 el Premio Nobel de Física: si la luz impacta en un cuerpo conductor o semiconductor, se pueden liberar partículas de carga negativa (electrones).

En los fotosensores desarrollados por Boyle y Smith en los legendarios Laboratorios Bell, los electrones se reúnen en celdas individuales y son leídos sucesivamente y transformados en puntos de imagen (pixel).

El descubrimiento astuto y extremadamente refinado de Boyle y Smith derivó en una verdadera explosión de aplicaciones en los pasados 10 años, dijo el profesor de electrónica Christer Svensson, miembro del jurado que otorga los Premios Nobel, en una entrevista.

Para Boyle, uno de los momentos más emocionantes fue cuando una sonda espacial transmitió a la Tierra las primeras imágenes de la superficie de Marte.

La sonda estaba sobre la superficie del planeta rojo y usó una cámara como la nuestra. Esto no hubiese sido posible sin nuestro invento, dijo orgulloso el galardonado en una comunicación telefónica con el Comité Nobel.

Vimos por primera vez la superficie de Marte. Fue muy emocionante, añadió.