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El viernes comienza la novena Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la ciudad

Ofrecemos armas para enfrentar la crisis, asegura Paloma Sáiz

Proponemos un panorama muy rico sobre el ámbito editorial, ante la carencia de información oficial, dice la promotora cultural

No distanciamos a lectores y escritores; los acercamos

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Afluencia masiva de lectores durante la última jornada del encuentro editorial en el Zócalo capitalino, en 2008Foto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de octubre de 2009, p. 4

Los libros nos dan el oxígeno que necesitamos para vivir esta crisis, explica Paloma Sáiz Tejero, coordinadora del programa de fomento a la lectura de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal (GDF), al hablar en entrevista de las expectativas con las que este viernes comenzará la novena Feria Internacional del Libro en el Zócalo en la Ciudad de México, dedicada a América Latina.

Convencida de que el fomento a la lectura debe ser una política de Estado, la promotora cultural añade que ferias como ésta y los programas que se llevan a cabo desde la Secretaría de Cultura del GDF, de alguna manera intentan cambiar la forma en cómo se lee en la ciudad de México: queremos que las personas descubran placer en ello, porque la lectura les abrirá horizontes.

Este año el encuentro está dedicado a América Latina, “porque últimamente estamos muy lejos unos de otros; antes sabíamos quién era quién en la cultura latinoamericana y ahora, a pesar de la globalización, cada vez tenemos menos contacto, sobre todo en el mundo de la cultura.

“Por eso invitamos a una serie de escritores que han sido muy reconocidos fuera de sus países, que han recibido premios y cuyas obras están traducidas a otros idiomas, pero que en México no conocemos, como Mario Mendoza, de Colombia; Hiber Conteris, de Uruguay, y Avelino Stanley, de República Dominicana.

“También nos parece muy importante discutir dentro de la feria del libro acerca de todas las nuevas políticas culturales que se están dando en los países latinoamericanos que de alguna manera salen de esas dictaduras militares de tantos años, están enfrentando a la cultura desde un punto de vista fresco, para ello tendremos un foro.

Con la reflexión también en torno a los distintos programas de fomento a la lectura que existen en el país, las actividades literarias en la feria del Zócalo ofrecen un panorama muy rico, pues el público quiere saber qué está sucediendo en torno al libro en México y no tenemos información oficial.

Sáiz consideró que desafortunadamente son las grandes editoriales trasnacionales las que deciden qué se debe leer y no hacen que los libros de los mexicanos se conozcan en otros países, o no nos traen a los autores que están publicando en Chile, en Argentina, en Uruguay, en Colombia, o en el Caribe. Si bien tienen a veces libros muy buenos, también es cierto que nos ofrecen una cantidad de cosas que son basura.

Resaltó el hecho de que el año pasado pusieron un libro en manos de unas 5 millones de personas, “ya decidirán ellos si van a ser lectores, pero que lo hayamos hecho es lo importante. Por eso, nuestra feria no es como las otras que ponen distancia entre el lector y el escritor. No, aquí los acercamos.

Contamos ya con un público lector, que año con año espera el encuentro, pero también vamos tras quienes pasean en el Centro Histórico, que a lo mejor no son lectores sino turistas nacionales o extranjeros que de pronto se tropiezan con los libros; a ésos son a los que queremos atrapar.

Inconvenientes del precio único

“Nuestro público –prosiguió Paloma Sáiz– siente cercanos a los escritores, puede platicar con ellos. Es una feria para la gente de la calle, y si además les ofrecemos buena literatura, la experiencia se torna maravillosa.

Hay muchas personas que continúan sintiendo miedo ante un libro o piensan que leer tiene el peso de una obligación. Pero cuando descubren que no es así, que es divertido, atrayente o a veces angustioso, pero que brinda cosas para poder enfrentar los problemas, entonces la experiencia es buena: estamos ofreciendo armas para enfrentar esta crisis.

Respecto de la Ley del Libro la promotora cultural comentó que si bien al principio ésta tuvo buen recibimiento entre los editores, conforme pasan los meses, entre varios sectores “percibo que hay inconformidad. En lo personal pienso que se trata de una legislación que está coja, porque de lo único que habla es del precio único, el cual aleja a los lectores en estos momentos, pues estamos en un país que vive una crisis económica pavorosa.

“A esa ley le faltan muchas cosas: no habla de los autores ni de mecanismos para donar libros sin que le cueste a las editoriales; es terrible.

Hace tiempo quise averiguar cómo iba lo del reglamento, porque la ley tampoco prevé que en la ferias haya exención del precio único para ofrecer ofertas especiales, pero ese documento ahora se ha convertido en una suerte de secreto de Estado. No he podido averiguar quién lo está haciendo.

Durante la feria del Zócalo y como homenaje a Julio Cortázar habrá un café literario dedicado a la imaginación y la reflexión, donde se llevarán a cabo charlas con autores, tertulias, conferencias, presentaciones de libros y mesas redondas, con temas como ¿qué hacer con la lectura en tiempos de Internet? y ¿cuál es el nuevo soporte de los libros ante el avance tecnológico de la época actual? También habrá actividades para niños, jóvenes, cine y lecturas de poesía.

La cita es del 9 al 18 de octubre. Los horarios en los distintos foros de la feria se pueden consultar en la página de Internet: www.feriadellibro.cultura.df.gob.mx