Sociedad y Justicia
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Es más fácil espantarse con las tonterías de Al Gore que con la muerte de millones por hambre

Cambio climático, coartada de los capitalistas para evadir culpas

La catástrofe de Katrina en Nueva Orleáns, por fallas en la infraestructura y mala planeación de la ciudad, asegura Manuel Toharia

El calentamiento global siempre ha estado presente, señala

 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de octubre de 2009, p. 39

El cambio climático es la gran coartada de los políticos y de las grandes corporaciones para deslindarse de la responsabilidad de los errores del sistema capitalista y de la mala planeación, sostuvo Manuel Toharia, experto en el tema y autor del libro El clima, el calentamiento global y el futuro del planeta.

En entrevista durante su visita a México, el científico español señaló que fenómenos como el huracán Katrina y el desastre que ocasionó en Nueva Orleáns en 2005 no tienen que ver con el calentamiento global, como señala Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos, sino con fallas en la infraestructura. Advirtió que los países pobres nunca han recibido ayuda de las naciones más poderosas, y tampoco la obtendrán para enfrentar este problema.

–Se atribuyen muchas situaciones al cambio climático. ¿Ya está presente o aún no?

–Siempre ha ocurrido, por tanto, está presente. Es posible que ahora asistamos a la aceleración de algunos aspectos en ciertas regiones de la tierra, ya que si sucede no es homogéneo, sino que hay zonas más afectadas que otras. Se dice que en el Mediterráneo habrá más sequías, pero no lo sabemos. Es difícil pensar que es un fenómeno homogéneo para todo el planeta, pero ésa es la idea que simplistamente que se le suele dar. A grandes rasgos, parece probable que el hombre ya esté alterando el cambio climático natural más de lo que hubiera podido ocurrir antes.

Glaciaciones

–Una de las cosas más divulgadas es la asociación casi lineal entre incremento de bióxido de carbono (CO2) y aumento de la temperatura.

–No está tan claro. Durante todo el siglo XX, el CO2 tenía una tendencia en línea recta; en cambio, las temperaturas subieron, luego bajaron y han vuelto a subir muy de prisa. Si aumenta el CO2, ¿por qué bajaban las temperaturas? Hablamos de los años 70 en una Europa y Estados Unidos muy industrializados.

–Cuando se fundaron el Panel Intergubernamental de Cambio Climático y el Programa de Naciones Unidas de Medio Ambiente –en los 60–, se esperaba una glaciación.

–Es lo que se espera. La última terminó hace 10 mil años y eran breves los periodos interglaciares. Si la glaciación duraba 100 mil años, el periodo interglacial de temperatura más alta era muy breve, 10 mil años en promedio. Ya pasó ese tiempo y, por tanto, tocaba que ocurriera al final del siglo XX. Hasta los 80 se hablaba de eso, después empezamos a hablar de calentamiento, y ya llevamos 30 años con esto, lo que es muy poco en términos de clima. La temperatura promedio se ha ido incrementando en el mundo, pero no es lo mismo en México que en España o en Groenlandia.

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El físico español Manuel Toharia aseguró en entrevista con La Jornada que no es tan clara la asociación casi lineal entre las emisiones de bióxido de carbono y el calentamiento globalFoto María Meléndrez Parada

–¿Los cambios que se dan en periodos cortos son atribuibles al calentamiento global?

–Son la variabilidad normal del tiempo. Una inundación, un ciclón tropical más intenso o más dañino, si llega a la costa es más peligroso que si se queda en el mar. El huracán Katrina no ha sido el más intenso, ha habido más fuertes, como el Mitch y el Wilma, pero el primero llegó a una zona muy poblada de la costa y se rompieron los diques de una ciudad mal construida, como Nueva Orleáns. Se dijo: ‘gran catástrofe el Katrina, y es culpa del cambio climático’. No es verdad. Si Al Gore afirma eso en su documental, pues está mal aconsejado, no sabe del tema. La tragedia del Katrina en esa ciudad jamás habría ocurrido si los diques hubieran estado bien construidos. Los ayuntamientos tienen más responsabilidad que el cambio climático, pero con este argumento los políticos se quitan la responsabilidad de haber autorizado permisos y de haber hecho mal los diques.

–Usted se ha referido a que el cambio climático no es el mayor problema.

–Nada es peor que el hecho de que mueran mil millones de personas por hambre, sin agua potable. Fallecen millones de niños porque sus madres les dan un biberón con agua contaminada. Es una tragedia. Esto nos suena demasiado lejos. Es más fácil espantarse con las tonterías que dice Al Gore, por exageradas, no por tontas, que asustarse porque haya mil millones de humanos que mueren de hambre. Somos insensibles.

–¿A qué atribuye que se focalice tanto el riesgo del cambio climático?

–Creo que es muy cómodo para los poderes políticos y económicos atribuir a una causa externa errores propios del capitalismo y de la política económica de los países. Ésta es la gran coartada del dinero, de la economía, de las grandes corporaciones y de los políticos para decir: no hemos sido nosotros, es el mal diablo que ha venido a hacernos daño. Por otro lado, los científicos están encantados, les dan dinero para investigar, que es lo que ellos quieren hacer.

–¿Qué pueden esperar los países pobres?

–En mi opinión, nada. Caridad. Nunca los hemos ayudado. Algunos los ayudarán un poco. Soy muy pesimista respecto a que el mundo rico ayude al pobre ante el cambio climático cuando no lo ha hecho simplemente por solidaridad, porque muere de hambre. ¿Es más importante el cambio climático a que se mueran de hambre? Es hipocresía del país rico; se llenan la boca con ello. En 1992, en Río, se habló de la agenda 21; se dijo que con 0.7 por ciento del PIB de los industrializados bastaba para que los pobres salieran de esa condición, y nadie dio nada.