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Más de 42 mil despidos
 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de octubre de 2009, p. 8

Después de 128 años de historia de la industria eléctrica nacional que dio origen a Luz y Fuerza del Centro (LFC) –la cual se remonta a la Compañía Mexicana de Gas y Luz Eléctrica, una empresa extranjera subsidiaria de la alemana Siemens, que fue nacionalizada en 1960–, ayer el gobierno de Felipe Calderón, el autodenominado presidente del empleo, determinó su extinción con un decreto y una firma con los que se oficializa el despido de más de 42 mil trabajadores.

Mientras que en el caso del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), caracterizado por ser combativo, democrático y recientemente por su férrea oposición a la privatización de la energía eléctrica, su fundación se remonta a diciembre de 1914.

Luz y Fuerza del Centro llevó electricidad a más de 5.7 millones de clientes, lo que representa una población atendida superior a 20 millones de habitantes en el Distrito Federal y los estados de México, Morelos, Hidalgo y Puebla.

La luz eléctrica se introdujo en México en 1880, y un año después la Compañía Mexicana de Gas y Luz Eléctrica se hizo cargo del alumbrado público residencial en la capital de la República, marcando el principio del alumbrado eléctrico en el país.

La demanda de luz eléctrica del país durante el régimen de Porfirio Díaz atrajo a empresas extranjeras, como The Mexican Ligth and Power, de origen canadiense, que se instalaron en la capital en 1898 y más tarde se extendieron hacia el centro del país. Muy pronto la industria nacional disfrutó de las ventajas de electrificar sus sistemas productivos, de modo que entre 1881 y 1910 había ya 199 empresas de luz ubicadas principalmente en Chihuahua, Puebla, Hidalgo, Guanajuato, San Luis Potosí, Nuevo León, estado de México, Querétaro, Aguascalientes, Michoacán, Campeche, Jalisco, Chiapas, Tabasco y Zacatecas.

De esta manera, la industria eléctrica se desarrolló localmente, pues cada ciudad tenía su propia empresa o compañía que brindaba el servicio. Al poco tiempo estas empresas se consolidaron como monopolios regionales, en su mayoría extranjeros, situación que permaneció hasta que comenzó el proceso de nacionalización de la industria eléctrica, el 27 de septiembre de 1960, durante la administración del presidente Adolfo López Mateos, con el principio de que el suministro de energía eléctrica es un servicio público y no debía ser prestado por compañías extranjeras.

En 1960, la población en México era de 34.9 millones de habitantes. De los 2 mil 308 megavatios (MW) de capacidad instalada en el país, la Comisión Federal de Electricidad, que fue constituida el 14 de agosto de 1937, durante la gestión del presidente Lázaro Cárdenas, aportaba 54 por ciento; la Mexican Ligth and Power, 25 por ciento; la American and Foreign, 12 por ciento, y el resto de las compañías 9 por ciento. Sólo 44 por ciento de la población contaba con electricidad.

El 27 de septiembre de 1960, el secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena, quien bajo su periodo de gestión México registró crecimientos anuales por arriba de 6 por ciento e inflación de 2 por ciento, tomó posesión de la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz (antes The Mexican Ligth and Power) e izó la bandera nacional en el edificio de la calzada Melchor Ocampo, colonia Anáhuac, que hasta el pasado sábado fue sede de LFC.

Posteriormente, en 1963 se cambió la denominación social del organismo al de Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Más adelante, en 1974, se autorizó a la empresa a realizar los actos necesarios y procedentes para su disolución. Sin embargo, continuó operando, y el 9 de febrero de 1994, por decreto del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, se creó el organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro, con personalidad jurídica y patrimonio propios.

Finalmente, este 11 de octubre el gobierno de Felipe Calderón decretó, a través del Diario Oficial de la Federación, la liquidación de la compañía, y la Policía Federal, transportada de forma furtiva en camiones de turismo, tomó en un sabadazo las instalaciones de la empresa, mientras la población celebraba el pase al Mundial de la selección mexicana de futbol, después de ganarle a El Salvador por un marcador de 4 a 1.