Opinión
Ver día anteriorMartes 13 de octubre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Aclarar lo que apenas intuimos
H

ay lugares comunes que son inevitables, y hasta indispensables y verdaderos a la hora de abordar un tema importante. No hay que temerles simplemente por buen gusto o por no caer en ese lugar común, que ya en sí mismo lleva su mala fama. Por ejemplo, que la cultura en nuestro tiempo es sobre todo visual; que vivimos en un mundo rodeado de imágenes que nos acosan, intrigan o deleitan, desde el despertar hasta el sueño, y nos conducen con su poder irresistible a formas de vida, consumo, relaciones humanas y conductas sociales aceptadas casi universalmente. No se trata de imágenes naturales, ni siquiera hechas por el hombre usando con sus manos los milenarios instrumentos para crear formas y figuras en cualquier modalidad, que suelen resultar en lo que llamamos arte. La imagen de que hablamos es la más común, frecuente, ubicua, convincente y poderosa en el mundo de hoy: es la imagen fotográfica. ¿Puede haber algo más cotidiano y universal que una fotografía? Sin embargo, ¿qué sabemos de ella, qué nos dice, qué misterios calla, qué hace para ir más allá de sus contenidos aparentes, cómo impacta nuestra conciencia y nuestras costumbres, cómo entenderla?

Surgida apenas hace 173 años como un invento técnico para un uso preciso, como es la reproducción exacta y perdurable de las cosas e imágenes del universo que nos rodea, la fotografía ha desplazado en tan corto tiempo histórico a todas las formas anteriores inventadas por el hombre para pensar y crear imágenes. Imágenes que nos persiguen o acompañan desde la foto de la licencia y el recuerdo instantáneo de los seres queridos en el álbum familiar en proceso de extinción, hasta el cerco de anuncios espectaculares en ciudades y carreteras. El cine, la televisión, los infinitos videos por Internet, la recién invasora imagen telemóvil, las megapantallas para ver a un conjunto famoso o a un candidato triunfante, no son más que los nietecillos en movimiento de esa imagen primigenia que es la fotografía fija.

Como todo fenómeno de usos o efectos universales, la sociedad crea un imaginario del acontecimiento. Así, esta imagen o idea perceptiva que nos hacemos del fenómeno fotográfico encierra infinitas preguntas y respuestas que no siempre nos hacemos, o cuando las hacemos, no sabemos contestar.

Respuestas desde las preguntas

Michel Frizot, director del Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia y profesor en el Centro de Estudios sobre el Arte y el Lenguaje de París, es tal vez el más importante teórico actual sobre el fenómeno de lo fotográfico. En su libro El imaginario fotográfico, por primera vez traducido al español y lanzado por la editorial oaxaqueña Almadía y su filial Ediciones Ve, Frizot aclara las certezas o preguntas que todos tenemos sobre la fotografía, que vienen conformando ese concepto tan utilizado, pero tan indefinido, que es el imaginario fotográfico. A través de 16 capítulos y una reveladora introducción que empuja a devorar las 300 páginas siguientes, el teórico francés ensambla los conceptos que, de una u otra manera, a distintos niveles en el tiempo y el espacio, conforman el imaginario fotográfico que todos llevamos dentro.

Desde la caja negra y la antigua cámara oscura hasta la cámara fotográfica clásica o digital, pasando por el tiempo de exposición, la acción del fotón primordial sobre una superficie sensible físico química o electrónica, la imagen latente, la instantánea, el cuarto oscuro, el revelado, los aparatos, el punto de vista, las consecuencias inmediatas o a tiempos perdidos de una simple fotografía, el libro de Michel Frizot relaciona y desmenuza cada uno de estos aspectos para llegar al alma técnica y artística de uno de los inventos que más han incidido sobre la cultura, la sensibilidad y la memoria humana: la fotografía, ahora integrada a la revolución digital, pero no apartada un ápice de los principios esenciales del invento: el fotón lumínico, la superficie sensibilizada y las variadas invenciones para fijar y reproducir la acción de la luz en dicha superficie.

Encuentro de pronóstico

Hace un año Michel Frizot estuvo en México y dio una conferencia en la Ciudad Universitaria, que dejó huella en quienes siguen la fotografía más allá del oficio o la simple práctica. De nuevo, esta vez en el auditorio del MUAC, el martes 13 a las 11 de la mañana, Frizot hablará del tema, compartiendo la voz con el teórico y escritor Alfonso Morales, director de la revista-libro Luna Córnea y uno de los baluartes en lengua española del análisis y la interpretación de la fotografía.

Como un tema siempre novedoso y renovable desde su esencia como imagen, o desde su interpretación de contenidos históricos o artísticos, documentales o fantásticos, o a veces todo junto en algunas fotos privilegiadas, nunca sobra hablar, opinar o escribir de fotografía, el arte que no es arte, sino más.