Opinión
Ver día anteriorJueves 15 de octubre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Decretazo sin plan ni estrategia

La ciudad sufrirá las consecuencias

N

adie sabe cómo o nadie quiere decir cómo fue que se tomó la decisión que llevó a la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, pero lo que queda claro es que se efectuó sin ningún plan para reducir los riesgos políticos y sin una estrategia bien montada que permitiera garantizar que la población de usuarios no fuera afectada.

Fue una sentencia intempestiva, como si se hubiera tomado al calor de una discusión en la que sólo había un fin, pero nada más. Una determinación que no necesitaba del sigilo porque se tomó en el mismo momento, en caliente. Por eso sorprendió a casi todos.

Las razones estaban impresas desde hacía mucho tiempo. No había nada que modificar a los argumentos que desde el priísmo se habían levantado. Sólo era necesario ponerlas en la boca de los nuevos actores de la comedia. Nada más.

Así, al día siguiente del decretazo, las declaraciones de los funcionarios encargados de dar la cara iban y venían en sentido contrario. La secretaria de Energía hablaba de una nueva empresa, mientras el director de la CFE la desmentía, y los operadores de la misma CFE, propios y contratados a compañías privadas, se cruzaban de brazos, impotentes ante los problemas que significaba hacer las tareas que realizaban los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas.

La gente que por la mañana, contagiada de los comentarios absurdos de los dueños de los micrófonos de la radio y la televisión, aplaudía y elogiaba el decretazo, por la noche lo maldecía en las tinieblas de sus hogares, de sus autos estacionados en alguna calle donde no funcionaban los semáforos, o al término de una comida que no pudieron sufragar porque el pago electrónico no funcionaba.

De cualquier manera, no serán los que mandan en los sindicatos patronales quienes nos digan cuánto fue lo que perdieron en un extenso número de negocios durante el día del caos, aunque las pérdidas son innegables.

Se golpeó a los colonos –90 mil nada más en Milpa Alta–, también a los comerciantes, pero sobre todo a los turistas, que fueron impedidos de usar sus instrumentos de débito o crédito para pagar su estancia, con todo lo que eso significa, en la ciudad de México, principalmente.

Fue un día que costó más, seguramente, que todo el tiempo que duró el plantón en Paseo de la Reforma, pero eso no se dice, o no se quiere decir, porque no conviene.

La cruda que resultó de la borrachera de poder que se mostró con el decretazo pesará, por más discursos y declaraciones que se levanten entre toda la población, que debe haber entendido que todo este caos resultó de algo muy parecido a un berrinche.

Como ya habíamos adelantado, será la ciudad de México la que sufra las consecuencias de esta medida que, además, busca hacer olvidar que otros peligros nos amenazan, el presupuesto en primer lugar y la violencia de la lucha en contra del narcotráfico, de la que se acaba de retirar buena cantidad de efectivos para que cuiden las instalaciones de LFC, que en términos de esa guerra significa un toque de retirada, porque está perdida.

No es tiempo de olvidar que todas esas amenazas rondan la vida cotidiana de todos los habitantes del país; por eso tenemos que subrayar que en la lucha en contra del decretazo no puede haber errores ni olvidos, sino la determinación absoluta de no permitir más engaños ni más saqueos a la nación.

De pasadita

Dicen los azules que quienes sí sabían del asalto a Luz y Fuerza eran el secretario del Trabajo, Javier Lozano, y el de Seguridad Pública, Genaro García Luna, es decir, el pretexto y el garrote. Por eso la Policía Federal creó, en el antiguo edificio de la Casa de Moneda, en la colonia Irrigación, a unos cuantos minutos de la sede de LFC, un cuartel de tres pisos para, desde allí, lanzarse a ultimar la obra. Lo que se le olvidó fue crear un plan para proteger a los trabajadores del desempleo y a la gente de la inoperancia de los operarios de las empresas privadas y de la CFE. Que eso se les olvide es normal. En eso sí, no hay noticia. Ni modo.