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El primero enfrentará proceso en libertad por portar arma de fuego

Juez declara inocentes de homicidio doloso a los hermanos Daniel y Óscar LeBarón
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 18 de octubre de 2009, p. 29

Ciudad Juárez, Chih., 17 de octubre. Los hermanos Daniel y Óscar LeBarón son inocentes del delito de homicidio doloso que les imputó el Ministerio Público Federal; aunque el primero de ellos enfrentará un proceso en libertad por portación ilegal de arma, resolvió hoy el juzgado noveno de distrito al expirar el término legal ampliado para dictar auto de libertad o formal prisión.

Ambos integrantes de una comunidad mormona establecida en el municipio chihuahuense de Galeana fueron acusados de asesinar a un militar y lesionar a otro, pero esta mañana abandonaron el Centro de Rehabilitación Social de Ciudad Juárez, luego que el juzgado les notificó la resolución y su abogado pagó una fianza de 32 mil pesos en total.

El martes 13 la instancia judicial ordenó liberar bajo caución a siete mujeres y tres hombres de la comunidad, también detenidos tras el incidente del 9 de octubre por la noche, cuando los soldados del 35 batallón de infantería fueron tiroteados por moradores al llegar a la comunidad mormona encapuchados y en vehículos no militares, según testigos.

La reacción de los residentes obedeció a que las unidades y miembros del Operativo Conjunto Chihuahua llegaron a la población, como hicieron sus agresores el 2 de mayo pasado, cuando fue secuestrado Érik LeBarón, de 16 años (liberado sin pago de rescate ocho días después); y el 7 de julio siguiente, cuando un comando secuestró y asesinó a Benjamín LeBarón y su cuñado Luis Widmar.

Según las narraciones, en el incidente suscitado el 9 de octubre en el rancho Las Tortugas, de la comunidad mormona separada, Heriberto Rodríguez (capataz de la propiedad de Daniel LeBarón), tomó un arma y junto con varios vecinos interpeló a los irruptores encapuchados que iban en vehículos particulares y con las luces apagadas.

Estaba oscuro y no podía verse si eran militares o un grupo de atacantes; hubo un disparo al aire para que se identificaran, y al no hacerlo el capataz disparó, por lo cual ellos respondieron el fuego y hasta entonces alguien gritó: ¡Ejército mexicano! El enfrentamiento duró unos siete minutos y más tarde se supo del saldo trágico.

El juzgado tomó la declaración de Heriberto Rodríguez, quien no fue detenido la noche del tiroteo sino luego acudió amparado a confesar que disparó en medio de la confusión, por lo que fueron exonerados los hermanos LeBarón y demás indiciados; aunque la prueba de rodizonato de sodio hecha a Daniel LeBarón primero resultó negativa y luego positiva, y enfrentará proceso por portación de arma.

Tras recibirse la confesión, la PGR solicitó al juez capturar a Heriberto Rodríguez, capataz del rancho que se responsabilizó de matar al soldado Carlos Alberto Vázquez y lesionar al cabo Pablo Santos Romero.