Política
Ver día anteriorMartes 20 de octubre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El coraje de los trabajadores debe encauzarse hacia la lucha por un sistema más digno

Moralmente reprobable e injusto, el decreto de extinción de Luz y Fuerza: sacerdotes

El cristianismo no habla de dar limosnas, sino de dar trabajo, señala Miguel Concha

Foto
El dirigente Martín Esparza comulga durante la celebración eucarística encabezada por el padre Miguel Concha en el auditorio del SMEFoto Carlos Ramos
 
Periódico La Jornada
Martes 20 de octubre de 2009, p. 8

Es moralmente reprobable e injusto el decreto que declara la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) y que manda al desempleo a más de 42 mil personas, por lo que el coraje y el dolor de los sindicalizados y de sus familias es válido. Tiene que encauzarse hacia la lucha para encontrar otro sistema más digno, otro modelo económico, plantearon los sacerdotes Miguel Concha y Carlos Rodríguez, así como otros tres religiosos que oficiaron ayer una misa en la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).

En el auditorio de esta organización se colocó una enorme Virgen de Guadalupe, a un lado de las cartulinas pegadas por los trabajadores para llamar a la unidad y a la lucha por su fuente de trabajo. Aquí las consignas se cambiaron por cantos al Dios obrero.

Los sacerdotes dieron su solidaridad total a los trabajadores; les hablaron del evangelio de San Lucas, en el que se condena a los representantes de la ley y del culto que pasan de largo y no levantan a los caídos, y los llamaron no sólo a tener fe, sino a seguir con su movimiento.

El sacerdote Miguel Concha, presidente del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria; el decano Manuel Velázquez Hernández, de la Arquidiócesis de México; el párroco de San Pedro Mártir, Jesús Román Muñoz; Martín Hernández, diácono de la diócesis de Saltillo, y el padre Carlos Rodríguez, de la Compañía de Jesús y del Centro de Reflexión y Acción Laboral, se presentaron ante los trabajadores del SME como compañeros de fe y de lucha.

Señalaron que el papa Benedicto XVI y el magisterio más solemne de la Iglesia católica indican que lo primero que se tiene que salvaguardar en un hombre es su dignidad, su trabajo; que es inaceptable la desigualdad, y que el sistema económico actual es perverso, erróneo, que tiene que ser forzosamente ser corregido, porque no ha cumplido con la equidad.

En la misa, en la cual estaban presentes el secretario general del gremio, Martín Esparza Flores, y el secretario del interior, Humberto Montes de Oca, así como el ex diputado Antonio Almazán, entre muchos otros trabajadores que abarrotaron el foro, el sacerdote Miguel Concha planteó que el cristianismo no habla de dar limosnas, sino de dar trabajo, de dignificar y no devaluar los derechos humanos. Agregó, arrancando aplausos de los sindicalizados, que ellos son interlocutores válidos de las luchas obreras y “merecen ser escuchados, porque no son delincuentes, sino trabajadores.

Nosotros no somos neutros; como cristianos tomamos partido y estamos del lado de los que son atacados por los poderosos, del lado de los trabajadores, y ahora estamos del lado del SME, afirmó el sacerdote, y agregó que eso lo hacen no por ideología política, sino por fe cristiana.

Hizo ver a los trabajadores que si están tristes y enojados, tienen razón, porque hay que enojarse contra lo malo, porque queremos una sociedad justa y equitativa. Jesús también se enojó, y ese sentimiento lo deben usar para seguir luchando, por otra sociedad más digna, con otro modelo económico.

Les planteó además que en su dolor de quedarse sin trabajo por una decisión gubernamental cuentan con la solidaridad de la Iglesia, y por ello deben estar conscientes de que su lucha es nacional y abonará a la justicia laboral en el país.

La homilía estuvo a cargo del sacerdote Carlos Rodríguez, del Centro de Reflexión y Acción Laboral, quien dijo la frase que define la posición de los religiosos que ayer llevaron palabras de aliento a los electricistas: es moralmente reprobable e injusto el decreto que declara la extinción de Luz y Fuerza del Centro.