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El dirigente panista es un irresponsable, llorón, rajón y cobarde, señala David Penchyna

PRI: Nava enrarece el ambiente político al intentar deslindarse de la Ley de Ingresos
 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de octubre de 2009, p. 11

El intento del Partido Acción Nacional (PAN) para deslindarse de su responsabilidad como instituto gobernante y promotor de un paquete económico con nuevos y mayores impuestos no sólo ofende la inteligencia de los mexicanos, sino que enrarece el ambiente político, advirtió la presidenta priísta, Beatriz Paredes Rangel.

“Con enorme asombro escuché las expresiones del presidente del PAN, César Nava, que reflejan un nivel de oportunismo electorero. Dijo que los panistas han aprobado la Ley de Ingresos con reservas, porque se trata de un paquete insuficiente, y lo han hecho así porque la mayoría del Partido Revolucionario Institucional (PRI) no ha dejado otra alternativa.

¿Qué quería el señor César Nava? ¿Que todos los mexicanos paguen IVA en alimentos y medicinas? Es necesario que la población sepa que el gobierno federal propuso poner impuestos a los alimentos y las medicinas, situación que el PRI rechazó.

Paredes sostuvo que para la dirigencia tricolor ese paquete fiscal no sólo es incompleto e insuficiente, “sino que, como todos los paquetes impositivos, es doloroso para la población.

Es producto de una política económica que ha sumido al país en el más franco deterioro en el empleo. De una estrategia de gasto que no supo aprovechar los excedentes petroleros para revitalizar la economía nacional, sino que hizo crecer en demasía el gasto corriente en los rangos superiores de la administración pública federal.

Al mismo tiempo, en la Cámara de Diputados, la declaración de César Nava mereció condenas e incluso insultos.

El secretario de la Comisión de Hacienda, el priísta David Penchyna, señaló en entrevista: “el presidente (Felipe Calderón) pasó de haber puesto a un joven torpe en operación política con Germán Martínez, a un chamaquito irresponsable y llorón… un irresponsable escuincle de quinta de barrio, que no entiende qué es la responsabilidad de gobernar”.

–No se enoje, diputado...

–¡Hijo de su puta madre! ¡Pinche rajón, cobarde! –exclamó y, ante las miradas de asombro que provocó su afirmación, insistió–: Oye, ¿por qué no lo defendió en la noche?

Penchyna, del entorno de Beatriz Paredes, consideró que César Nava no tuvo el valor civil, como hombre y como diputado de defender en la discusión en el pleno el proyecto de Calderón de aplicar una tasa general de 2 por ciento al consumo.

Y hoy esconde su cobardía en una campaña mediática que le pagan desde Los Pinos, abundó.

El legislador priísta amagó con dejar al PAN fuera de la negociación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2010.

–¿Y con quién van a negociar? –se le preguntó.

–¿Nosotros? ¡Con nosotros! Vamos a hacer un presupuesto con la mayoría que ganamos en las urnas.

–¿Ya nada con el PAN?

–¿Para qué? ¿Con qué PAN?

–¿Es suficiente el PRI?

–Es suficiente con el PRI para el presupuesto. No los necesitamos –aseguró.

A su vez, el coordinador de la bancada tricolor, Francisco Rojas, lamentó que una cosa es lo que dice (Nava) en los medios, cuando está solo, y otra en las comisiones de trabajo o aquí en la tribuna. En ningún momento, añadió, el dirigente panista hizo alguna intervención durante el debate en torno al paquete fiscal diciendo lo que dijo en los medios de comunicación.

En contraste con la postura de Nava, el presidente de la Comisión de Hacienda, el también panista Alberto Becerra Pocoroba, consideró que su partido “negoció lo que pudo en el mejor de los sentidos… nosotros llegamos apenas como legisladores y, no es excusa, pero tenemos dos meses como legisladores”.

A su vez, el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, también acusó al gobierno y al PAN de utilizar un doble discurso para tratar de desmarcarse en la aprobación del paquete fiscal del próximo año, que implicó un alza en los impuestos.

Culpó directamente a Nava de pretender confundir a la sociedad con declaraciones vergonzantes y de poca valentía.