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La transferencia de un recluso a una cárcel de alta seguridad desató la rebelión

Mueren carbonizados siete internos durante un motín en una prisión del noreste de Brasil
 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de octubre de 2009, p. 24

Río de Janeiro, 23 de octubre. Siete presos murieron carbonizados y otros 48 resultaron heridos hoy durante un motín en una prisión de la ciudad de Joao Pessoa, al noreste de Brasil, informó la Policía Militar.

Cinco de los presos murieron en el lugar y los otros dos cuando eran trasladados al hospital. Otros 48 reclusos fueron llevados al nosocomio con heridas de consideración, algunos con quemaduras en 50 por ciento de su cuerpo.

La rebelión en el penal Desembargador Flóscolo da Nóbrega, que se prolongó dos horas, se inició cuando los presos prendieron fuego a colchones y causaron un gran incendio que destruyó parcialmente uno de los pabellones que albergaba a unos 900 detenidos, según los primeros informes.

Hubo una rebelión de presos que protestaban por la transferencia a una cárcel de alta seguridad de uno de los detenidos, vinculado con la banda Primer Comando de la Capital. Ellos mismos ataron a sus enemigos y prendieron fuego al local, dijo la policía local.

Policía y bomberos entraron en el lugar y derrumbaron muros para rescatar a los presos del fuego. La policía no hizo un disparo. Hubo que derrumbar paredes a martillazos, si no habría habido muchos más muertos, indicó.

En otro ámbito, se reportó que seis cadáveres fueron hallados hoy por vecinos en la favela Fumacé, en Río de Janeiro, mientras la policía mantenía intensos disparos con narcotraficantes que generaron pánico en pobladores de los alrededores de zonas pobres.

La policía aún no ha determinado si estas muertes se relacionan con la reciente ola de violencia en la ciudad, en que se han suscitado choques con narcos.

En las favelas de la región oeste de Río de Janeiro hay bastiones fuertes de las milicias, grupos parapoliciales que desalojan a los narcotraficantes para asumir el control de las áreas y cobrar por seguridad y servicios básicos.

En la zona norte de Río de Janeiro, continuó por séptimo día consecutivo la movilización de policial contra grupos de narcotraficantes que tratan de mantener el control de una favela y que el sábado pasado derribaron un helicóptero de las fuerzas públicas.

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Detenidos durante un operativo policial en Río de JaneiroFoto Ap

Se informó que los enfrentamientos fueron intensos y cuatro personas resultaron heridas. Estos operativos en la ciudad que será sede de los Juegos Olímpicos de 2016, han dejado en estos días un saldo oficial de 33 muertos, incluidos tres agentes policiales.

En el gobierno local comenzó el despido de funcionarios a consecuencia de los choques en las favelas de Morro dos Macacos.

El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, apartó este viernes de su cargo al portavoz de la Policía Militar tras realizar polémicas declaraciones sobre los efectivos que se quedaron con el botín obtenido por un par de asesinos, en tanto que la justicia decretó prisión para los agentes.

El portavoz policial, el mayor Oderlei Santos, declaró el jueves que los dos policías, que el sábado dejaron escapar a dos criminales que acababan de matar a un hombre en el centro de Río de Janeiro para robarle sus zapatos y chaqueta y que luego se quedaron con el botín, no podían ser considerados criminales y se estaba investigando la posible falta de conducta.

Las imágenes captadas por cámaras de seguridad mostraron también que los dos oficiales no prestaron socorro a la víctima, un activista de una organización que ayuda a jóvenes de comunidades pobres, que yacía en el suelo tras ser baleado por los asaltantes.

Más tarde, una jueza de la Auditoría de la Justicia Castrense de Río decretó la prisión preventiva de los dos miembros de la Policía Militar acusados por el incidente.

Para la justicia, los oficiales incurrieron en los crímenes de haber liberado a los asesinos y robar las pertenencias de la víctima, y la repercusión local y mundial del hecho amerita tenerlos presos. Los dos policías fueron acusados por omisión de asistencia al fallecido.