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Presentaron El Mediterráneo de Cervantes, su juventud, nueva obra del escritor

Sergio Fernández explora los complejos enigmas del autor de El Quijote
 
Periódico La Jornada
Jueves 29 de octubre de 2009, p. 5

La pasión recurrente de Sergio Fernández por la vida y obra de Miguel de Cervantes se materializa en un nuevo libro: El Mediterráneo de Cervantes, su juventud: Italia y Argel, en el cual documenta una etapa decisiva en la formación del autor El Quijote.

Para llevar a cabo la tarea, Fernández consultó documentos y archivos españoles; siguió el recorrido de Cervantes por Italia y viajó a Argel para conocer la cárcel en la que estuvo recluido cinco años, antes de escribir una de las obras mayores de la literatura mundial.

El volumen –coeditado por la Universidad Nacional Autónoma de México y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y fue presentado el martes en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras– está dividido en tres partes: Italia, Argel y un apéndice.

Escribe Fernández al principio de la primera parte: “La tarea que me he propuesto se ensancha y alarga en la medida en que la búsqueda de documentos es más inquisitiva. Y como mi trabajo en principio, y sólo en principio, consistió en buscar entrelineados en la extensa documentación en bibliotecas y archivos –Madrid, Simancas y Sevilla en lo fundamental–, amén de consulados y embajadas españoles en el extranjero, especialmente en Italia, afortunadamente me topé con una carta obviamente manuscrita donde se denota el castigo que la Justicia le infligió a Cervantes por haber matado al contrincante en duelo con espada o puñal”.

Una pasión recurrente

Los comentarios estuvieron a cargo de varios discípulos de Sergio Fernández: la historiadora Norma de los Ríos; los escritores Eugenia Revueltas, Vicente Quirarte y Juan Coronado, y el pintor y escultor Fernando Leal Audirac, autor de las ilustraciones que acompañan el texto.

Fue Quirarte quien se refirió a Cervantes como una de las pasiones recurrentes de Fernández.

Dijo que si presentar un texto de Sergio Fernández constituye una alegría y un desafío, la presente obra aumenta ambas características debido a la complejidad del contenido y a la belleza del continente; celebremos que las instituciones hayan unido esfuerzos para lograr una obra espléndidamente editada con una magnífica reproducción de imágenes y documentos y una encuadernación impecable.

Cada nuevo libro de Fernández es una fiesta del intelecto, pero también de la imaginación.

El poeta y catedrático también elogió el trabajo de Leal Audirac, cuya participación va más allá de la ilustración convencional para convertirse en una propuesta de lectura, en una secuencia narrativa.

Norma de los Ríos destacó la fe del escritor en los documentos y dijo que el soporte histórico de El Mediterráneo de Cervantes es apabullante.

Eugenia Revueltas describió el trabajo de Fernández como una inmersión en las aguas profundas de ese océano que es la obra de Cervantes para desentrañar los complejos enigmas que nos plantea su obra.

El autor explora la relación entre la vida y la obra de Cervantes y plantea preguntas sobre el sentido de sus múltiples enigmas.

Lo más singular del enfoque de Fernández es averiguar, más allá de los documentos, las experiencias existenciales que moldearon la sensibilidad del enmascarado y huidizo Cervantes.

Fernando Leal Audirac hizo un repaso por la historia de los ilustradores de El Quijote, desde Doré hasta Dalí, y explicó de qué manera su propuesta se inserta en dicha historia.

Al final tomó la palabra Sergio Fernández, quien contó algunas anécdotas sobre sus viajes a Italia y Argel tras los pasos de Cervantes y subrayó uno de los planteamientos de su libro, el de que el Manco de Lepanto sostuvo una relación homosexual con un renegado occidental, Hassan Veneciano, quien lo tomó en rehenes en la trata de esclavos, hombre de crudelísima naturaleza, quien si no mandó empalar a Cervantes fue porque hubo entre ellos una estrecha relación, de donde proviene el rumor –se anota en la cuarta de forros– de que quizás hayan sido amantes en los años de cautiverio de Cervantes, teoría no del todo infundada.