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Destaca la participación de 15 de ellas en el batallón de infantería de fusileros paracaidistas

Las mujeres ganan su espacio en la lucha de la Armada contra el crimen organizado
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de noviembre de 2009, p. 9

La Armada de México dio el primer paso para integrar plenamente a la mujer al servicio de las armas en el país. Al igual que sus compañeros varones, 15 mujeres participan diariamente en operaciones conjuntas aerotransportadas y anfibias, en el combate al narcotráfico y al crimen organizado, como escoltas de seguridad, en la vigilancia de instalaciones estratégicas y casas de arraigo, además de prestar apoyo a la población en caso de desastres naturales.

En el área de adiestramiento, el comandante del batallón de infantería de fusileros paracaidistas Marco Antonio Ortega Siu comenta orgulloso, mientras observa la demostración del equipo de intervención que desciende a rappel, simulando una acción de helicóptero en vuelo estacionario: uno no se da cuenta de la presencia de mujeres en la acción hasta que gritan y se escucha su tono agudo de voz.

En 1975, por invitación del gobierno de Estados Unidos, 30 marinos fueron enviados a la zona del Canal de Panamá para ser adiestrados por boinas verdes del séptimo batallón de fuerzas especiales del Comando Sur, y un año después la Armada de México abanderó la primera compañía de fusileros paracaidistas.

Actualmente este grupo de elite está formado por 600 marinos, de los cuales 15 son mujeres (siete integradas plenamente al batallón).

El comandante Ortega Sui explica en entrevista que la antigüedad del personal femenino en el batallón es de dos años; el curso básico de fusileros paracaidistas es de seis semanas, y hasta la fecha son 54 mujeres las que lo han concluido.

Las reglas

A partir de la reforma legal de 2008 que reconoció la equidad de género en las fuerzas armadas, se establecieron reglas para garantizar que las mujeres contiendan en igualdad de condiciones por un espacio por el que deben concursar, demostrar conocimientos y habilidades físicas, así como carácter y voluntad, requisitos indispensables para ser tomadas en cuenta.

Enfundados en un overol negro, con dos pistolas calibres 45 y 9 milímetros, fusil al hombro, granadas de mano, chaleco antibalas, casco, granadas de humo, granadas de señalización, gogles y arneses para descenso a rappel, los fusileros paracaidistas ingresan en un domicilio en el que hay tres secuestradores y una víctima.

Con precisión de reloj ingresan en fila india y toman posiciones dentro de la vivienda; se abren paso y, después de matar a uno de los secuestradores que los había recibido a balazos, se hacen cargo de la situación y liberan a la víctima. Pareciera una acción de rutina de un grupo antisecuestros, pero lo diferente es el tono femenino de la voz de mando, que ordena a los delincuentes que dejen las armas y se rindan.

El incremento de los marinos en operaciones antidrogas ha llevado a los fusileros paracaidistas a utilizar prácticamente todo su arsenal.

Para salir a un puesto de control y patrullaje requerimos organizarnos, adiestrarnos, equiparnos adecuadamente para cumplir con la tarea encomendada. Porque si no (los delincuentes) se ríen de nosotros. El concepto disuasión sólo funciona con el crimen común, pero cuando se trata de delincuencia organizada, va igual que nosotros, no va a ver si puede, y nosotros debemos estar un nivel arriba, señala el comandante Ortega Siu.

Explica que actualmente se usan todas las ametralladoras de grueso calibre y lanzagranadas. Las reglas del enfrentamiento son las que dicen cómo se va intensificando el uso de las armas y el volumen de fuego.

Las armas, sostiene, podemos utilizarlas sólo en respuesta a disparos.

Los paracaidistas realizaron también una demostración de su participación en retenes de control. Una fuerza de 30 elementos coloca señales y dispositivos para disminuir la marcha de los vehículos y pasar revista a los que despierten sospecha. Sin contratiempos se llevan a cabo las inspecciones, hasta que un vehículo pretende evadir el puesto. Se activa el dispositivo ponchallantas, el auto frena su marcha unos metros adelante, dos sospechosos bajan del auto disparando a los marinos, quienes finalmente los someten.

Ortega, capitán de navío y uno de los mejores pilotos de helicóptero, explica que los marinos tienen la orden de no disparar hasta que no sean agredidos por arma de fuego. Agrega que hasta la fecha no han tenido problemas por disparar a civiles que no se hayan detenido (como sí ha ocurrido en el Ejército), y sin querer polemizar señala que no existe justificación alguna para que el personal no actúe de manera cortés, con pleno respeto a los derechos humanos y a la ley.

Reconoce que tampoco es conveniente abusar de este tipo de operativos en acciones anticrimen, porque pierden su eficacia después de tres horas, ya que los delincuentes, al darse cuenta de su instalación, optan simplemente por no pasar por ahí.

–¿En qué tipo de operaciones participa el batallón en el combate al narcotráfico?

–En las que sean necesarias para el Estado mexicano. Evaluamos sus capacidades y, de acuerdo con la tarea que nos corresponde, asignamos a los elementos masculinos y femeninos que reúnan el perfil necesario para asegurar el éxito de la misión.

La antigüedad del personal femenino es de dos años. La que termina el curso tiene que estar adscrita a la unidad obligatoriamente un año, y después decide si se va o se queda con nosotros.

–De las que se han ido, ¿algunas se ha integrado a las armas o se han ido a servicios?

–Ninguna se ha ido; se han mantenido con nosotros

–En su momento, ¿qué representó que se integraran mujeres? ¿Qué cambios significó para usted, para el personal?

–La presencia de las mujeres, desde el uso del uniforme hasta las adecuaciones que hay que hacer a las instalaciones, representó un reto. Hemos acostumbrado al personal para que tanto hombres y mujeres se desempeñen normalmente.