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Terminó foro de expertos en Buenos Aires

¿Debe traducirse sólo a un español neutro?
 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de noviembre de 2009, p. 8

Buenos Aires, 5 de noviembre. ¿Es posible traducir utilizando un castellano neutro?, ¿es viable escapar a los modismos –la mayoría de ellos de España– que abundan en las traducciones de autores que escriben en otras lenguas?

En torno a esas preguntas se reunió un amplio grupo de especialistas, que participaron en el encuentro binacional España-Argentina de traductores literarios.

El foro, que terminó este jueves en Buenos Aires luego de tres días de debates, conferencias y talleres, exploró la necesidad de utilizar una suerte de modelo estándar para trasladar al español los textos escritos en otros idiomas, sin necesidad de que queden las marcas de las variantes locales de cada país hispanoparlante.

El principal obstáculo para alcanzar esta meta es la complejidad del lenguaje literario, cuyos matices sólo pueden explicarse de una lengua a otra haciendo uso de expresiones muy regionales, a diferencia de los textos sobre economía, tecnología o leyes, cuyos términos pueden estandarizarse con más facilidad.

El español Miguel Sáenz afirmó que el lenguaje no cotidiano de la literatura es lo que hace necesario recurrir a palabras e ideas muy típicas de cierto país.

En el mismo sentido se expresó la argentina Patricia Willson, quien señaló que el problema de las variantes dialectales para representar el habla de los personajes no es de la traducción, sino de la literatura en general.

Hay casos, ejemplificó, en los que se produce un hueco muy difícil de cubrir, como la alternancia entre el voseo del habla rioplatense y el tuteo que se utiliza para representar las voces que dialogan en un supuesto francés en la obra 62: modelo para armar, de Julio Cortázar.

El tema del castellano neutro dividió opiniones. Varios especialistas, Sáenz entre ellos, encomiaron la riqueza de la diversas variantes lingüísticas del español, pero también elogiaron el habla sin acento ni regionalismos que se logra alcanzar, por ejemplo, en la Organización de Naciones Unidas, y manifestaron que el proyecto de utilizarla en la traducción no tiene nada de utópico.