Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 8 de noviembre de 2009 Num: 766

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Los testigos declararon
ORLANDO ORTÍZ

Tres poemas
SARANDOS PAVLEAS

Berlín, ciudad abierta
ESTHER ANDRADI

La calle era una fiesta
YURI GÁRATE

Ossis, Wessis y döner kebab
CUINI AMELIO ORTIZ

La ciudad que más cerca queda de Berlín
LUIS FAYAD

Todo pasaba tan rápido
LUIS PULIDO RITTER

Hombre mirando al este
MARIO VÁZQUEZ

9/XI/1989: Berlín se me hizo cuento
RICARDO BADA

Lo Increible había pasado
TELMA SAVIETTO

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Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

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Cinexcusas
LUIS TOVAR

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NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

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Ana García Bergua

Parte de guerra (II Y ÚLTIMA)

El entierro de la Oreja Izquierda de Su Alteza Serenísima el general D. Atilano Asúnsolo en el Jardín de Churubusco y el ataque de los zuavos

Luego de la gran desgracia que ha consumido la atención de nuestra patria toda, la de la pérdida de una parte emérita y sustancial en la figura de su prócer más acabado, producto de una bala perdida en la reciente batalla del Chapoteadero en el Club Campestre, la Augusta Cámara de Delegados discutió durante tres semanas el protocolo para realizar la Ceremonia de Inhumación de la Oreja Izquierda de S. A. S. el general Asúnsolo en el Jardín de Churubusco. A la ceremonia asistió, en primer lugar, nuestro desmembrado prócer, arropado por la compañía de las Cámaras, el señor primer ministro, los miembros del Gabinete Izquierdo y el Gabinete Derecho, Su Otra Alteza el señor arzobispo don Tlacoyo Domínguez, el obispo Ceniceros de la Capital, la Comisión de Bardos, el Instituto de Aplausos, el Ateneo de Señoras en Plena Menstruación, el Club de Rotarios y la Prensa Toda.

En el jardín de la entrada se habían colocado las músicas de todos los cuerpos militares, las cuales llevaban tocando desde las seis de la mañana lánguidas mazurcas y furiosos rocanroles. El señor director de Artillería dispuso en las inmediaciones del Mausoleo, a un lado del McDonald's y a dos cuadras de la Taquería Los Sifones, una batería militar, lista para lanzar una salva de veintiún cañonazos a la hora en que debía descender la Oreja a la fría tierra. Formada en batalla al frente del referido Mausoleo se encontraba una compañía de cada uno de los Cuerpos de la Guarnición, en atención a que no fue posible situar una Columna de Honor debido a la escasez de tropa, por haber huido ésta a Pachuca luego de la reciente toma y bombardeo del Vip's.

Para depositar la epónima Oreja se construyó un nicho en la Sección de Partes del exclusivo Mausoleo que se encuentra junto a los Estudios Churubusco, junto a la Mano de Austreberto Murúa, la Tibia de Antonio López de Santa Anna, el Metatarso de Lauro Chimichanga y el Dedo Flamígero del piloto aviador Artemio Vega-Smith. El escultor Salomón creó para la tumba una figura alada con forma de oreja a la que rodean cuatro ángeles que representan el Heroísmo, el Honor, la Honradez y la Humildad , junto a una doncella vestida de túnica que llora desconsolada, recargada contra el tronco de un árbol caído.

En la ceremonia de inhumación, Su Alteza Serenísima profirió una pieza oratoria en la que se despedía melancólicamente de su preciada parte, recordando la ocasión imperecedera en que ésta le permitió escuchar a tiempo el silbido de los obuses en la Toma de la Terminal del ADO y disciplinar a sus tropas, entregadas en aquel momento al saqueo de las máquinas de café, debido a la falta de provisiones. Después de estas sentidas palabras, nuestro prócer ocupó su lugar imperecedero en el trono dispuesto con el fin de dar descanso a su mancillada persona junto al Hidrante y, el rostro entornado hacia la izquierda, escuchó con atención sibarita el programa de expresión poética preparado por la Academia de Coyoacán. El vate Pichardo, de la Comisión de Bardos, declamó la pieza “Escucharás la música del cielo.” Hubo salvas y Te Deum, entonado por el Coro de Niños del Monólogo de María, acompañados por la orquesta de vientos de Huayamilpas, rematado el acto con champaña y pastel de catorce pisos con merengue de París.

En el sublime momento del besamanos, el secretario de Guerra y Marina enteróse mediante paloma mensajera de que por el Eje 1 se aproximaba en trolebús el opositor general Atanasio Corcuera al mando de una fuerza de malhumorados zuavos, los cuales emplazaron una batería de cañones y desde el estacionamiento de Cajas de Cartón Goicochea comenzaron el ataque. Resguardadas las señoras en el establecimiento Boilers y Muebles para Baño, nuestra epónima Alteza Serenísima dispuso raudo las fuerzas al alcance de sus enérgicos vocablos, ordenando se girase la batería encargada de las salvas hacia el emplazamiento enemigo y cancelando las entrevistas a la Prensa Toda. Luego de haber expelido las comunicaciones para traer refuerzos desde Tlalpan y rodeado por sus Gabinetes Izquierdo y Derecho, Su Alteza Serenísima, munido de catalejo, estudiaba el emplazamiento enemigo, cuando ¡Oh, desgracia, oh injusto destino el de los Más Grandes Hombres!, una bala perdida se llevó su otra Oreja, es decir la derecha, sumiendo a la patria en la más grande aflicción.