Opinión
Ver día anteriorSábado 14 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desfiladero

Huelga nacional: pliego petitorio

IMSS: preparan auditoría contra Jáuregui

Clausuran gasolinera en Tlalpan

H

ay otro camino, distinto al de la huelga nacional, para iniciar la transformación de México? Felipe Calderón no sólo fue incrustado en la cima del Poder Ejecutivo por las televisoras y los grandes contribuyentes para seguir sin pagar impuestos y tener un empleado incondicional a su servicio las 24 horas de los 365 días del año. No sólo sacó al Ejército a las calles para suplir su absoluta falta de autoridad política. No sólo heredó de Fox el despacho de abogados particulares de Los Pinos llamado Suprema Corte de Justicia. No sólo remodeló a su conveniencia el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, poniendo al frente de éste a María del Carmen Alanís, Maca, amiga íntima de su esposa.

Además, personalizó, o calderonizó, otras instancias que fueron creadas para hacerle contrapeso al Ejecutivo y fortalecer el equilibrio entre los poderes. El Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos han sido neutralizados mediante el nombramiento de nuevos directivos que traen la consigna de volverlos inútiles. Cabe entonces reiterar, de otro modo, la terca pregunta: ¿puede un candidato del pueblo llegar a la Presidencia de la República por la vía de las elecciones?

Desinfectado en 2007 por senadores del PRI y del PRD, que echaron a la basura el cadáver político de Luis Carlos Ugalde para remplazarlo por un lebrel obsequioso como Leonardo Valdés Zurita, el nuevo Instituto Federal Electoral del felipato no es sino una oficina de trámites, situada entre Televisa y Tv Azteca, por una parte, y el tribunal de Maca y sus macacos, por la otra, y no cuenta con la mínima capacidad de decisión.

Organizar comicios, controlar el padrón, mandar a hacer urnas y difundir espots en los medios son sus únicas y verdaderas atribuciones. Para lo demás no funciona. Los empresarios son los que deciden quiénes deben gobernar y el tribunal electoral los ratifica. ¿Cuál es el papel del pueblo en este baile de máscaras? Ninguno. La moraleja, por lo tanto, sale sobrando. Para volver a transitar por la vía electoral en condiciones de igualdad para todos los competidores hay que refundar las instituciones democráticas.

Pero antes de ello es indispensable sentar las bases de un nuevo pacto o contrato social, que surja de la definición de objetivos comunes, para los empresarios, las clases medias, los trabajadores, los campesinos, los estudiantes y la masa enorme de los desempleados. Aunque, ojo, cuando se habla de empresarios en este sentido no se está pensando en los grandes magnates que a través de la clase política destrozaron al país, sino de los pequeños y medianos inversionistas, que son los creadores de 90 por ciento de las fuentes de trabajo. Con ellos hay que discutir y alcanzar acuerdos.

El nuevo país que necesitamos debe ser un tráiler que se desplace sobre tres ejes: la educación, la investigación científica y el desarrollo de tecnologías innovadoras. China, India y Brasil apostaron su futuro a estas tres actividades estratégicas y hoy figuran entre los países más exitosos del mundo. Después de la muerte de Mao, en 1976, China impulsó la investigación científica y el desarrollo tecnológico y en menos de 30 años sacó de la pobreza a cientos de millones de personas. Hoy es una de las mayores potencias económicas. De la India podría decirse lo mismo: al aumentar el poder adquisitivo de su gente, se reconvirtió en uno de los mercados más importantes del planeta. Brasil, mucho más atrás aunque sobre la misma ruta, poco ha logrado en cuanto a la reducción de la pobreza, pero ha establecido pautas que le permitirán hacerlo en las décadas por venir.

Durante la gestión de Lula, que empezó como un timorato y fue viniendo de menos a más hasta alcanzar la estatura de un enorme estadista, Brasil empezó a renacionalizar sus recursos petroleros, descubrió en el Atlántico un yacimiento gigantesco, mayor tal vez que las reservas de Venezuela, y para defenderlo de las tentaciones imperiales está construyendo la bomba nuclear con tecnología propia; además, diseña y fabrica aviones y helicópteros. ¿Cómo sería México actualmente si a lo largo de estos 30 años, en lugar del saqueo neoliberal, hubiese puesto en marcha un nuevo modelo de desarrollo?

La huelga nacional que está preparando el SME con el apoyo de más de 700 organizaciones gremiales, sociales, políticas y ciudadanas, necesita definir un pliego petitorio, que tendrá como punto de partida, por supuesto, la derogación del decreto que extinguió ilegalmente Luz y Fuerza del Centro. Esto es fundamental no sólo porque la economía de la región central del país está deteriorándose debido a los constantes apagones en las fábricas del estado de México, sino porque en Puebla e Hidalgo muchas familias de electricistas, al quedar sin ingresos, han paralizado los comercios donde solían surtirse, como ocurre en el emblemático poblado de Necaxa.

Pero más allá de esa demanda central, los convocantes a la huelga deberán incluir exigencias relacionadas con el aumento al presupuesto de la educación superior, una medida que puede y debe ser respaldada por el movimiento estudiantil. Asimismo, el pliego debería exigir una drástica reducción a los gastos de la alta burocracia, que no fueron tocados por el Congreso pero no pueden ser tolerados por un pueblo al que le bajaron el sueldo y le subieron el IVA para que la realeza conserve sus insultantes privilegios. Por último, como es ya clamor general, la huelga debería reclamar un plebiscito revocatorio de mandato, para que todos los mexicanos en edad de votar decidan si Calderón debe permanecer en su puesto.

Excelso galeno

En el Centro Médico Siglo XXI continúan las denuncias contra el coordinador de las Unidades Médicas de Altas Especialidades, Alfonso Cerón Hernández, y del director de Cardiología, Ricardo Jáuregui. En respuesta a la minicampaña de prensa contra Desfiladero que Jáuregui impulsó en diarios de poca monta y bajo la firma de plumas sin relieve, que lo alabaron como excelso cirujano cuando en su vida ha cogido un bisturí, trabajadores de ese nosocomio proporcionaron ahora los números de cinco contratos fraudulentos de prestaciones temporales, que ostentan la firma falsificada del doctor Rubén Argüero Sánchez, antecesor de Jáuregui, y la de Antonio González Martínez, actual director administrativo.

Esos documentos están registrados, en orden progresivo, con los números 37-1802-001/08, 002/08/, 003/08/ 004/08 y 005/08. Por lo demás llegaron acompañados de fotos captadas con teléfono celular, de muy mala calidad y por lo tanto impublicables, que muestran el antes y el después de una sala de pacientes trasplantados del corazón, que fue destruida para ser reconstruida a cambio de una jugosa ganancia. En cualquier momento, añadieron los informantes, se espera que Daniel Karam, director general del Seguro Social, ordene una auditoría contra Cerón y Jáuregui.

Mientras tanto, el delegado de Tlalpan, Higinio Chávez, ordenó la clausura temporal de una gasolinera que se construye a menos de un metro de un conjunto habitacional en Insurgentes Sur 4097. La medida es producto de la movilización de los vecinos, quienes sin embargo exigen el cierre definitivo de una obra que consideran amenazante contra su patrimonio y su salud, y que viola todas las disposiciones vigentes en la materia.

A petición de ambos lectores, esta columna aclara que fue Germán Schulz y no Patricia Gutiérrez-Otero quien realizó el análisis económico, publicado aquí el sábado anterior, acerca del efecto que tendrá el aumento del IVA y el ISR en los bolsillos de todos nosotros.