Opinión
Ver día anteriorJueves 19 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Migrantes errantes
A

licia Sánchez, la coreógrafa con múltiples reconocimientos en México y el extranjero, muy celebrada por varias de sus obras como la revisión de las posibilidades del amor en Giselle sí es él creada en colaboración con el escenógrafo Jorge Ballina, se presenta nuevamente con su grupo Asyc, El teatro del movimiento en una escenificación que tiene más de teatro que de danza, aunque la creadora escénica sostiene, con razón, que sus propuestas son fronterizas entre ambas disciplinas artísticas sin olvidar la plasticidad. Para Alicia Sánchez, como lo ha declarado, el cuerpo en acción es el sentido del arte escénico, aunque podamos disentir quienes amamos la palabra, pero con Migrantes errantes se tiene la impresión de que trata de reunir el dicho con el hecho, es decir la oralidad frecuentemente narrativa con movimientos coreografiados, a veces francamente danza acompañada por la música en vivo de Bishop.

La propuesta de la coreógrafa y directora escénica da cuenta del talento y la capacidad de su grupo –gente muy joven la mayoría– de realizar evoluciones, sobre todo en las peleas coreografiadas o el relato de la migrante violada, que se unen a los momentos propiamente dancísticos, en un espacio tan acotado como es La Otra Nave, el trolebús escénico ubicado en la calle de Sonora y Parque México que ya va logrando un variado repertorio. Por otra parte, el trolebús funge en este caso como un elemento indispensable del discurso que se refiere a las historias de los migrantes, los mexicanos que intentan llegar a Estados Unidos introducidos por los llamados polleros. Sin dar otro dato de autoría de la parte oral que la dramaturgia y adaptación de textos por parte de Noé Morales Muñoz queda la duda –por lo menos me queda a mí– si esos textos son de creación colectiva que el joven dramaturgo pulió y unió en un todo coherente.

Como sea, los relatos de los migrantes, convertidos en monólogos que se intercalan entre las diversas acciones escénicas, dan cuenta de razones y desdichas de quienes intentan cruzar ilegalmente la frontera, así esos relatos sean los reiterados lugares comunes de quienes lo hacen o hayan hecho, porque las razones casi siempre son las mismas y las penurias los igualan. Están tan imbrincados texto y escenificación que es difícil referirse primero a uno u otro, por lo que vale la pena dar cuenta simultánea de ambos procesos. Alicia Sánchez propone que el trolebús escénico sea el transporte que lleva a los indocumentados a Estados Unidos y que los espectadores, mezclados con actores y bailarines, representen a esos migrantes. Así se suceden las escenas desde un principio cuando el público es invitado por los polleros a formar dos filas, de hombres y mujeres respectivamente y un misionero les brinda garrafones de agua y les advierte de los riesgos que pueden correr.

En adelante, ya con el público en sus asientos, de un cajón de cartón –que es una de las intervenciones al espacio que hace la también iluminadora Juliana Faesler– aparecen una mujer y un hombre y se desarrolla alguna acción. Cuando el público es invitado a bajar, un extravagante personaje inicia los monólogos afuera del transporte y aun en su techo. Los espectadores son llevados a subir cuando otra de las intervenciones escenográficas de Faesler, esta vez un biombo de alambre mosquitero, impide el paso a la parte delantera del camión: público e integrantes del elenco son sentados en el suelo, en silencio, con lo que se tiene la sensación de peligro y apiñamiento al pasar un retén y, una vez traspasado, el público vuelve a su posición original.

La violación a una mujer en el desierto, las consecuencias del Programa –migrantes, las historias de necesidad y miseria, se dan en los diversos monólogos que algunos actores ofrecen, mientras que el asalto de pandillas a los indocumentados, el intento de pasar sin pagar viajando en el techo del transporte y el abandono de los polleros se dan por acción escénica y coreografías. El vestuario es de Junior Paulino y los integrantes del elenco son Zuadd Atala, Carlos Martínez, Édgar Maldonado, Edson Martínez, Rodolfo Millán, Ignacio Velasco y Luis Villanueva.