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Un acuerdo para su salida de Honduras quedó abortado, dice canciller del gobierno de facto

No busco asilo en ningún país: Zelaya

Clinton felicita a Porfirio Pepe Lobo por su victoria en la elección convocada por Micheletti

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Manuel Zelaya, presidente constitucional de Honduras. La imagen, captada en la embajada de Brasil en Tegucigalpa la semana pasadaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de diciembre de 2009, p. 25

Soy presidente de Honduras hasta el 27 de enero de 2010, dijo Manuel Zelaya tras largas horas de versiones sobre su inminente salida de la embajada de Brasil con rumbo a México.

Zelaya buscaba abandonar la legación diplomática, en la que permanece desde el 21 de septiembre en calidad de presidente de los hondureños, y no de asilado político, como deslizó desde horas de la tarde la cancillería del gobierno de facto.

Cerca de las once de la noche, una fuente en la embajada de Brasil en Tegucigalpa dijo que no se había recibido ningún salvoconducto para Zelaya y su familia, pese a que por la tarde la cancillería hondureña informaba haber dado trámite al documento.

La misma fuente informó que Zelaya había hablado con funcionarios de México y de República Dominicana de su eventual traslado a uno de esos dos países.

A lo largo de la tarde, políticos cercanos a Zelaya, incluido el presidente nicaragüense Daniel Ortega, confirmaron la salida del presidente constitucional con rumbo a México, y los medios hondureños la dieron como un hecho.

Sin embargo, al negarse Zelaya a salir como asilado, el gobierno de facto negó la petición mexicana, hecha a través de la cancillería.

La respuesta a la petición mexicana fue el reforzamiento del cerco militar en los alrededores de la embajada brasileña, que en las últimas semanas se había relajado.

Ya entrada la noche, el ministro de Gobernación del gobierno de Roberto Micheletti, Óscar Raúl Matute, dijo que rechazaron la petición de México por no tener calidad de asilo.

México debe hacer la solicitud en la forma debida: golpistas

Generoso, Matute dijo a la cadena CNN que el gobierno de facto está dispuesto a reconsiderar el asunto si el gobierno mexicano presenta la petición en la forma debida.

Lo que el gobierno mexicano debió utilizar es una calificación de acuerdo a la Convención de Caracas (para asilo politico), si lo hace en la forma debida, con mucho gusto el gobierno de Honduras la considerará y procederá en consonancia con las normales costumbres de respeto a las convenciones.

El gobierno de facto insiste en que Zelaya tiene cuentas pendientes con la justicia hondureña y, aún así, está dispuesto a dejarlo salir, siempre y cuando sea en calidad de asilado, condición que restaría al político del sombrero muchas restricciones para su actuación en foros fuera de Honduras.

“Estamos completamente dispuestos a atender la petición del gobierno mexicano… pero el señor Zelaya ha expresado públicamente que no desea el asilo, en realidad no sabemos qué ocurrió, si realmente Zelaya les peticionó que le obtuvieran un salvoconducto... no sabemos cómo fue”, siguió Matute.

Antes, Zelaya había negado que estuviese solicitando asilo político a cualquier país, como más tarde confirmaría la cancillería mexicana, que sólo hablaría de la solicitud del presidente de ser recibido en México.

Poco antes, Enrique Flores Lanza, ministro de la presidencia con Zelaya, había confirmado la salida del gobernante constitucional. El mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, fue más allá: El (Zelaya) anoche habló con el presidente (Felipe) Calderón y México está dispuesto a recibirlo como huésped, con honores de presidente.

Ortega añadió que Zelaya permanecería en la capital mexicana hasta el próximo fin de semana, cuando viajará a La Habana, Cuba, para asistir a una reunión de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA).

El gobierno de facto confirmó, con su negativa, que no quiere a Zelaya en la cárcel –de dientes para afuera, los golpistas hablan todo el tiempo de cumplir la ley– sino fuera del país y amordazado con la condición de asilado político.

El acuerdo para su salida, dijo en horas de la noche el canciller de facto Carlos López Contreras a una televisora local, quedó abortado en las circunstancias actuales, pero el gobierno no tiene una negativa en el sentido de considerar una solicitud debidamente formulada.

Poco antes, Zelaya había insistido: “No busco asilo en ningún país del mundo. No tenemos ningún documento, ninguna evidencia de que el régimen de facto haya accedido a buscar una salida de darle al presidente que eligió el pueblo la libertad de hacerle circular de aquí al aeropuerto para visitar varios países, como tenemos derecho”.

Durante la tarde, diversas fuentes del gobierno de facto dijeron a medios locales y agencias internacionales que la salida de Zelaya era muy posible y confirmaron el intercambio sobre el asunto con la cancillería mexicana.

Sin embargo, y como ya es costumbre, el gobierno de Roberto Micheletti hizo otra vez quedar en ridículo a terceros, en este caso al gobierno de México: le acepta la petición, la difunde, un avión mexicano despega con rumbo a Tegucigalpa y después, con una frase, derriba todo el tinglado.

¿Cómo explicar, si no, que por la tarde funcionarios del gobierno de facto dieran como un hecho la salida de Zelaya para luego dar marcha atrás?

El salvoconducto se firmó y se lo entregarán pronto a Zelaya en la embajada de Brasil, dijo el portavoz de la cancillería, Milton Mateo.

Incluso el vocero informó que en el avión mexicano viajarían Zelaya, su esposa Xiomara Castro y dos de sus hijos, Hortensia y José Manuel.

Rafael Leiva Vivas, también funcionario de la cancillería, dijo a la cadena local de radio HRN que esta tarde funcionarios de la embajada mexicana nos entregaron una petición de salvoconducto de Zelaya... y se tramitó.

Para completar el día de Zelaya, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, felicitó a Porfirio Pepe Lobo, triunfador en la contienda del 29 de noviembre. Saludamos al pueblo hondureño por este logro y al presidente electo Lobo por su victoria, dijo Clinton tras recibir al canciller ucraniano, Petro Poroshenko.

Las elecciones representan un importante hito en el proceso, pero no son el final, añadió Clinton, siguiendo el guión del doble juego estadunidense que comenzó con las declaraciones de Thomas Shannon, tras la firma del acuerdo Tegucigalpa-San José.

El final, ya se vio, es que el régimen de facto puede jugar lo que quiera con los gobiernos de los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA). El Departamento de Estado alzará la ceja y podrá decir: Es un paso, pero no es suficiente.