Opinión
Ver día anteriorJueves 10 de diciembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

PRD, refundación de papel

El tinglado de las alianzas

N

adie –ni ellos mismos– creyó por algún momento que la pretendida refundación podría tener éxito sin un rompimiento que dejara atrás los arreglos viciados que terminaron por desfigurar ideológicamente al PRD. Nadie supuso que a estas alturas de la carrera por el poder se atrevieran a liberarse del lastre que los ha llevado al naufragio, y prefirieron, una vez más, engañar, mentirse para librar, desde las siglas vacías, la contienda que viene, o que ya empezó.

Después de su refundación, el PRD se ha convertido, eso sí, en un partido en alquiler, el anhelo más grande de Jesús Ortega, la meta inmediata de René Arce, quien en vista de su éxito no renunció a esa organización, como había anunciado, en caso de que su propuesta de acercar aún más a los amarillos a la derecha, fuera rechazada.

En el congreso se mató la posibilidad de crear una opción de izquierda para las elecciones, y se abrió paso a la vida de una organización claudicante, en la que no se pretende tener un candidato congruente con el ideario partidista, que a estas alturas es letra muerta, sino poner al partido al servicio del mejor postor en ese juego turbio y envenenado de las alianzas.

Se dice que eso, el asunto de las alianzas, que nunca se terminó de discutir, según nos asegura el diputado federal Agustín Guerrero, se disfrazó con un acuerdo que tramposamente se llamó alianzas opositoras, que servirán para que, en donde el PRI sea gobierno el PRD se alíe con el PAN, o bien que en los lugares en los que el PAN gobierne, las alianzas se logren con los tricolores.

Total, que tendieron la trampa en la que la mayoría de los delegados cayó, creyendo que se trataba de un rechazo al contubernio con azules o priístas, sin darse cuenta de que lo único que se había quitado era el nombre de los partidos y se había sustituido por el de alianzas opositoras.

Pero no fue todo. Se cambió la estructura para elegir a los candidatos en los municipios del país, por ejemplo, para preservar la fuerza de las corrientes dominantes y de los gobernadores que las atienden, aunque, según se acordó, para el candidato a la Presidencia de la República y a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal se preservó el voto universal, libre y secreto.

Los acuerdos se plancharon entre la corriente de Jesús Ortega (NI) y René Bejarano (IDN). En ellos no intervino nadie, se dieron, por decirlo de alguna manera, en lo oscurito, sin discusión ni análisis de los congresistas, pero cuando menos desde IDN se anuncian como seguros.

El martes 8, por la noche, en el Centro de Convenciones de Tlatelolco, a eso de las 20:30 horas, se inició lo que los bejaranistas llaman su misa, que no es otra cosa que juntas de adiestramiento de esa corriente para sus seguidores. Allí, Dolores Padierna aseguró, casi a las 22:30, que se llegó a un acuerdo privado con Jesús Ortega para que éste dejara el partido en noviembre de 2010, es decir, casi medio año antes de que se cumpla su mandato, con el fin de evitar, según la Padierna, que el PRD se partiera.

Estos acuerdos, nos aseguran, no fueron firmados. Y si no se cumplen los que se hacen públicos, menos aún los que se logran a espaldas de los militantes. Hay quien dice que además se prepara el retorno de Bejarano a las filas del PRD, antes incluso de que Ortega se vaya. Eso si lo permite Marcelo Ebrard, quien parece haber entregado su futuro partidista a la corriente que encabeza el presidente del sol azteca. Ya veremos.

De pasadita

Si parece ridículo eso de que Carlos Zavaleta, perdón, Navarrete, quiere ser candidato a la Presidencia de la República por el PRD, el rumor de que Amalia García, dueña de la tribu Foro Nuevo Sol y gobernadora de Zacatecas, pretende convertirse en candidata a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, suena a horror. ¡Aguas!