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Analizan expertos tareas que dejó pendientes Villa Rivera

Democratizar el IPN, uno de los retos de Bustamante Díez

Deberá enfocar su trabajo a elevar el nivel educativo, coinciden

 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de diciembre de 2009, p. 43

La próxima administración del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que encabezará Yoloxóchitl Bustamante Díez a partir del 12 de diciembre, enfrentará una demanda creciente de espacios educativos, la aplicación de una real reforma académica que fortalezca la calidad de la enseñanza; el impulso para renovar la planta docente, cuyo promedio de edad supera los 55 años, y avanzar en un proceso de democratización de la institución vertical y autoritaria.

Ex directores de escuelas superiores, investigadores y organizaciones de egresados de esa casa de estudios, sostuvieron lo anterior, al destacar que entre las tareas prioritarias también están el diseño de un sistema de investigación que fortalezca la creación de redes con ejes temáticos prioritarios, pues tras los seis años de gestión de Enrique Villa Rivera al frente del Politécnico, es necesario recuperar el papel histórico del IPN como motor fundamental de la educación tecnológica del país o de lo contrario se corre el riesgo de hundirse en la apatía y la mediocridad académica.

Con una matrícula de 358 mil alumnos en programas presenciales y a distancia de educación media y superior, y un presupuesto que supera los 10 mil 200 millones de pesos para el año próximo, enfatizaron que la actual secretaria académica, quien asumirá el cargo de directora general para el periodo 2009-2012, deberá atender retos urgentes que involucran desde calidad académica hasta democracia institucional.

Electo en diciembre de 2003 por el ex presidente Vicente Fox para dirigir el IPN, Villa Rivera impulsó como ejes centrales de su administración la aplicación de un nuevo modelo educativo que buscaba fortalecer la participación del alumno en su aprendizaje y dar más flexibilidad a programas curriculares. Además del mejoramiento de la infraestructura y equipamiento, incremento de la matrícula e impulso a la reorganización institucional.

Ex directores de escuelas superiores de esa casa de estudios afirmaron que pese al esfuerzo realizado prevalece una baja calidad académica, pues la iniciativa educativa que Villa Rivera impulsó, incluso desde antes de llegar al cargo, no se concretó. Aún es un proyecto que funciona más en el papel que en la realidad del aula, indicó Salvador Álvarez, ex director de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) y vicepresidente de la asociación de ex alumnos.

A Bustamente Díez, agregó, le heredará el reto de remontar un modelo educativo que fue hecho en las rodillas y que no ha dado los resultados esperados. La tasa de deserción y reprobación aún es muy alta, a lo que se suma una creciente apatía de la comunidad politécnica para resolver obstáculos académicos.

Cifras de la Dirección de Evaluación del IPN revelan que en materia de aprovechamiento en programas escolarizados, la tasa de reprobación en bachillerato se mantiene por arriba de 30 por ciento, mientras que la deserción alcanzó 10.5 por ciento en el ciclo 2007-2008 y la eficiencia terminal se mantiene en 61 por ciento. En licenciatura el número de alumnos reprobados supera 40 por ciento, el abandono escolar es de 12 por ciento y la tasa de eficiencia terminal, de 64 puntos porcentuales.

Rubén Mares Gallardo, ex director de la Escuela Superior de Física y Matemáticas (ESFM) e integrante de la Organización Nacional Politécnica, aseguró que hubo ciertos avances y muchas resistencias en la aplicación del modelo educativo, pues afirmó que se basa en la creación de habilidades demandadas por el mercado laboral sin tener sus cimientos en el fortalecimiento de la enseñanza en matemáticas, física o química, que en educación tecnológica es esencial.

En su último informe de labores, Villa Rivera aseguró que en materia de infraestructura y equipamiento invirtió en su gestión 5 mil 400 millones de pesos, lo que se tradujo en un incremento de 26.7 por ciento del patrimonio institucional con 261 mil metros cuadrados de obra nueva, que incluyó la edificación de 10 unidades académicas, investigación y de desarrollo empresarial. En materia de cobertura, incrementó la matrícula escolarizada en los 269 programas educativos presenciales –65 en bachillerato, 76 de licenciatura y 128 en posgrado– en 21 mil 346 lugares, al pasar de poco más de 131 mil a 153 mil jóvenes inscritos.

Sin embargo, Mauro Enciso, profesor con más de 30 años de experiencia en la ESIME, afirmó que la calidad educativa es uno de los grandes pendientes que deja Villa, pese a haber acreditado con organismos externos el ciento por ciento de los programas de bachillerato, pues esto no se ve reflejado en el aula.