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Economía Moral

Coneval: nuevo método de medición baja la pobreza / I

Muy diferente a lo que el Evalúa DF anunciará hoy

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I

ndependientemente de lo que trascienda en los medios y si eso lleva o no a debate nacional, entre ayer y hoy el Coneval y el Evalúa DF han presentado socialmente sus métodos de medición de la pobreza (ambos multidimensionales). Los contrastes son enormes. Hoy comentaré, en complemento a lo dicho en la entrega anterior (04/12/09), la metodología anunciada ayer por el Coneval y las nuevas cifras de pobreza anunciadas. Se confirma lo que había dicho en la entrega anterior sobre la metodología, pero debo decir que me equivoqué respecto a las cifras de pobreza. Creyendo en el buen tino político del Coneval y del entonces Secretario de Desarrollo Social (Ernesto Cordero, hoy flamante Secretario de Hacienda) que no creía que fuesen a anunciar cifras de pobreza más bajas que las dadas a conocer en agosto pasado cuando hicieron público el aumento sustancial de la pobreza entre 2006 y 2008, porque ello provocaría no sólo la incredulidad de la opinión pública, sino la burla Pues me equivoqué: ayer el Coneval anunció que la pobreza (ahora con apellido multidimensional) en el país afecta a sólo el 44.2 por ciento de la población (47.2 millones de personas) contra 47.4 por ciento anunciado en agosto (50.6 millones), reduciendo en más de 3 millones la pobreza en el país.

Pero estas nuevas cifras son como los cometas: llevan cola: no se pueden entender si no se dice también que son complementadas con un nuevo concepto de dos caras que se llama población vulnerable’, la primera cara por carencias sociales (33 por ciento de la población, 36 millones de personas) y la segunda: ‘vulnerable’ por ingresos (4.5 por ciento, 4.8 millones). Entonces, ahora tenemos 44.2 por ciento de la población en pobreza multidimensional y 37.5 por ciento en situación de vulnerabilidad. De ahí resulta que sólo el 18.3 por ciento de la población no es pobre multidimensional y tampoco es vulnerable (es decir, es población sin carencias sociales ni insuficiencia de ingreso). Gonzalo Hernández Licona, Secretario Ejecutivo del Coneval, al presentar la metodología y los resultados, dijo que esta población vulnerable también debe ser atendida, ya que el objetivo de las políticas públicas es llevar a la población hacia el grupo sin carencias para engrosar el 18.3 por ciento. Pero los vulnerables no son pobres multidimensionales, ni pobres a secas, sino vulnerables (¿algo así como semi-pobres que requieren semi-atención?). El enredo conceptual no termina ahí. Hay otras cuatro categorías: la población con al menos una carencia social, con al menos tres carencias sociales, la población con un ingreso inferior a la línea de pobreza, que ahora no se puede llamar así para no inducir la idea de que todos los que están debajo de ella son pobres, por lo que se llama línea de bienestar (pero no se vaya a creer que los que están debajo de ella están en el malestar, ya que en realidad están en la vulnerabilidad) y la población con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo (antes línea de pobreza alimentaria).

En la entrega anterior señalé que el criterio de pobreza que adoptaron supone que, por definición, los pobres multidimensionales son menos numerosos que los pobres de ingresos y, habría que añadir, también menos numerosos que los pobres por NBI (necesidades básicas insatisfechas) a los que el Coneval llama con carencias sociales. Esto lo ilustré con una gráfica apoyándome en datos del MMIP (Método de Medición Integrada de la Pobreza) porque carecía de las cifras que ayer se dieron a conocer, con las cuales hoy rehago la gráfica. Ello me permite, además, informar sobre los niveles de población identificados por el Coneval en cada una de sus categorías de población. Identifico con cursivas el nombre que le da Coneval, entre paréntesis escribo su identificación en la gráfica e inmediatamente añado el porcentaje de población.

Con al menos una carencia social (NBI): 77.2 por ciento. Este muy alto nivel se explica, principalmente, porque casi dos terceras partes de la población carece, según el Coneval, de seguridad social, y porque 40.7 por ciento carece de acceso a servicios de salud. Este segundo indicador está subestimado porque el seguro popular se interpreta como si fuese equivalente a los servicios del IMSS y el ISSSTE, lo cual no es correcto, pues se trata de servicios de salud incompletos. Además se discrimina negativamente al DF ya que no se toman en cuenta su programa de servicios (y medicamentos gratuitos). En los demás indicadores en los que, como comenté en la entrega anterior, Coneval adoptó umbrales minimalistas las carencias son muy pequeñas: por ejemplo sólo el 12 por ciento carecería de agua y sólo el 11.4 por ciento de drenaje.

Población bajo la línea de bienestar (LP), 48.7 por ciento. Las LPs adoptadas para los medios urbano y rural son muy similares a las Líneas de Pobreza de Patrimonio (LPP) de la metodología oficial anterior, a pesar de que se llegó a ellas con otra metodología, lo que parece algo más que una casualidad. Mantienen una distancia enorme entre ambos medios: la LP rural es sólo el 62.6 por ciento de la urbana.

Pobres multidimensionales (NBI y LP), 44.2 por ciento. Ésta es la nueva definición de la pobreza. Es el enfoque intersección de los conjuntos (que expliqué en la entrega anterior), lo que se aprecia visualmente en la gráfica. Nótese como se minimiza la pobreza, de dos valores parciales de 77.2 por ciento y 48.7 por ciento resulta ahora 44.2 por ciento de pobres, es decir que se encuentra por debajo (en un caso sustancialmente) de ambas cifras parciales.

Con al menos una carencia social. (Pobres sólo por NBI), 33 por ciento. Se trata de 35.2 millones de personas excluidas del concepto de pobreza multidimensional (¿y por ello de todos los programas focalizados?) porque no cumple con los dos requisitos que, en este enfoque de los pobres de verdad, se le exige a una persona/ hogar para clasificar como pobre: tener carencias (como no mandar a sus hijos a al escuela porque tienen que trabajar), pero como todos trabajan alcanzan la LP y, por tanto, ya no califican como pobres.

Con ingreso inferior a la línea de bienestar. (Pobres por LP), 4.5 por ciento. Puede estar aumentando mucho en la crisis. Es un grupo que no come bien aunque no llega a clasificar en inseguridad alimentaria, conserva la seguridad social por algún miembro del hogar, conserva su vivienda peo no le alcanza para pagar la electricidad, la renta, ni las deudas. No es pobre en esta visión minimalista.

Hoy el Evalúa DF presentará la metodología de medición de la pobreza que ha adoptado y que se propone mejorar. Hay ahora dos porcentajes oficiales de pobreza en el DF. La del Coneval es la mitad de la que el Evalúa DF. Es más que una diferencia de método: una diferente concepción del ser humano y sus necesidades. La visión de la sobrevivencia enfrentada a la de la vida digna.