Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 13 de diciembre de 2009 Num: 771

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Julio Ricci: narrador y personaje
ALEJANDRO MICHELENA

Cuentos chinos, bestsellers y utopías en la Feria del Libro de Frankfurt
ESTHER ANDRADI

El esperanto
RAÚL OLVERA MIJARES

La obra de Paz en Cuba
GERARDO ARREOLA entrevista con RAFAEL ACOSTA DE ARRIBA

Trieste, ciudad multiétnica
MATTEO DEAN

La Risiera de San Sabba
MATTEO DEAN

Respirar la pintura
RICARDO VENEGAS

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Ilustración de Ben Heine

Raúl Olvera Mijares

El esperanto es una lengua artificial inventada por el médico y filólogo polaco Lejzer Ludwik Zamenhof, quien concibió la idea de crear un instrumento lingüístico que sirviera al común entendimiento de los pueblos, pero que, a di-ferencia de cualquier lengua natural, se viera libre de preponderancias nacionalistas, dificultades en la pronunciación y complejidades gramaticales. Zamenhof dio a conocer su invención en junio de 1887 con el folleto Lingvo Internacia, bajo la denominación de Doktoro Esperanto –el doctor que espera–, de donde proviene el nombre que le dieron sus primeros partidarios y que le ha quedado definitivamente.

El intento de crear una lengua universal no apareció con el esperanto. En el siglo XVII pensadores como Descartes, Leibniz y el obispo Wilkins hicieron suya esta idea y se empeñaron en confeccionar una lengua basada en una lógica estricta, capaz de expresar las mayores sutilezas del pensamiento filosófico. Por desgracia, los términos que resultaban de estas tentativas eran sumamente abstrusos, difíciles de discernir y poco menos que imposibles de pronunciar. Hubo que esperar más tiempo para que el propósito general de crear una lengua universal cuajara en definitiva.

El siglo XIX vio surgir distintos ensayos en esta dirección: el solresol, de Surdre en 1817, la lingualumina, de Dyer en 1875 y el spokil, de Nicolás en 1900. No obstante, todas estas tentativas resultaron estériles h asta que en 1879 el sacerdote católico alemán, J. M. Schleyer, inventó el volapük, lengua que se extendió rápidamente por Europa pero que, a causa de su complejidad, habría de caer muy pronto en desuso. En el siglo XX se suceden distintas tentativas por establecer una lengua universal. En 1903 el lógico y matemático italiano Giuseppe Peano propone su interlingua o latino sine flexione. En 1907 se reúnen el lingüista danés Otto Jespersen, el erudito francés Couturat y el químico alemán Wilhelm Ostwald con el propósito de sentar las bases para una lengua internacional.

Jespersen mismo y el lingüista estadunidense Edward Sapir colaborarán para crear la International Auxiliary Language Association que, al final, no llegaría a nada en concreto. Hoy día se habla del establecimiento de un basic english a nivel mundial. El esperanto empero, a diferencia de todas las lenguas artificiales mencionadas, ha logrado mantenerse vivo desde su nacimiento hasta nuestros días. Así lo atestiguan los 30 mil volúmenes de literatura en esperanto, el movimiento esperantista mundial y la existencia de UEA, la Asociación Universal para el Esperanto con sede en Rotterdam.

¿Pero qué es lo que ha hecho que el esperanto se mantenga vigente hasta la actualidad? La respuesta a esta pregunta habría que buscarla en la constitución interna de la lengua. En efecto, una de las condiciones del esperanto es su sencillez estructural. En esperanto cada carácter escrito corresponde a un sonido y no más. Esto significa que no existe la confusión que se da en nuestra lengua, por ejemplo, entre girasol y jinete que, siendo dos palabras que comienzan con el mismo sonido, se representan mediante grafías diversas.

Las categorías gramaticales en esperanto están marcadas con terminaciones únicas e inintercambiables: los sustantivos terminan en o, los adjetivos en a, los adverbios derivados en e, los verbos en infinitivo en i. De manera que el sustantivo trabajo se dice laboro; relativo al trabajo o laboral, labora; trabajar, labori; y con trabajo o trabajosamente, labore. Esto para dar una muestra de la simplicidad racional de la lengua, que conduce a su asombrosa facilidad. Otra cosa que puede servir para este propósito es saber que en esperanto no existen excepciones. Todas las palabras son absolutamente regulares.

El estudio del esperanto puede agotarse en un período de tiempo relativamente corto –para un adulto promedio de entre cuatro y seis meses. De aquí nació la idea de que el esperanto fuera enseñado en las escuelas de todos los países del mundo, idea que fue propuesta ante la onu y que todavía se encuentra en estudio. De hecho, la unesco ha reconocido la trascendencia del esperanto y lo ha recomendado como auxiliar en la formación intelectual de los jóvenes. En relación con la ONU y el concierto de las naciones, está la objeción que usualmente se hace a los esperantistas, y es si en verdad el esperanto llegará a ser algún día una lengua internacional o se quedará más bien en un mero experimento infecundo.

Nadie, que no tenga el don de la profecía, podría responder a esta interrogante. Hay razones verosímiles para creer en el esperanto, pero estas razones tienen sus raíces en el interior de la lengua: su simplicidad fonética, su lógica interna, su neutralidad respecto a cualquier nacionalismo. Desgraciadamen te, para que algo se imponga en nuestro tiempo, hace falta apelar a razones de peso, como son el equilibrio del poder político, los intereses creados por los más ricos y el capricho en la difusión de los medios de comunicación masiva.

Por ello, más que ver en el esperanto un idioma con posibilidades más o menos remotas de ser reconocido como segunda lengua oficial en todo el mundo, o más que ver en el esperanto una suerte de pasatiempo no muy distinto de la filatelia, la acuariofilia o el aeromodelismo, el interesado debe ver una posibilidad lingüística para aprender las estructuras gramaticales de una lengua, explorar sus posibilidades expresivas a través de su literatura y expresar conceptos técnicos de las ciencias y la filosofía con mayor precisión. El esperanto es más que una propuesta que espera resolución en la ONU, en el mejor de los casos, o en el peor, un juguete para un grupo más o menos reducido de personas. El esperanto es mejoramiento de la redacción en la propia lengua, acceso a las lenguas europeas más conocidas, manejo de la composición gramatical, instrumento para conocer literatura escrita por extranjeros en una lengua neutra –casi a la manera de los ideogramas chinos– y finalmente vehículo para exteriorizar las propias ideas.