Cultura
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Vox Libris
Popurrí de novelas
Periódico La Jornada
Domingo 3 de enero de 2010, p. a12

Ahora sí, estas líneas serán un aquelarre de novedades, desde novela negra sueca hasta fantasía, pasando por un proyecto de lectura en el desierto y la segunda parte de Maus.

Primero: las novelas de Henning Mankell y su entrañable personaje el detective Kurt Wallander entreabrieron la puerta para la traducción de autores suecos que terminó por abrir la serie Millenium de Stieg Larsson.

Ahora llega a las librerías mexicanas Aurora Boreal, de Asa Larsson, que presenta una interesante mezcla de religión, abogacía, abuso y crímenes, en una historia protagonizada por la abogada en derecho fiscal Rebecka Martinsson.

No es una novela que dé todo peladito, al contrario, el final queda mucho a criterio del lector ya que Larsson, me refiero a Asa, deja las escenas abiertas. Cualquier cosa es posible.

Y siguiendo a Mankell, Larsson y Larsson se encuentra John Ajvide Lindqvist y su novela Déjame entrar, en la que se entrelaza la novela negra, la de vampiros y lo sobrenatural. Lo que comienza con la posibilidad de un asesino en serie va transformándose poco a poco en algo mucho más terrible (la recomendación es leerla de día, porque de noche el asunto es un poco tenebroso).

Como era de esperarse, la novela fue convertida en filme y ha obtenido premios a la mejor película en festivales como el de Tribeca, Sitges, de Cine Fantástico en San Sebastián y de Cine Fantástico de Málaga. Pero como he dicho en varias ocasiones: el libro siempre es mejor.

Segundo: la espera no fue muy larga para la segunda entrega de Maus, de Art Spiegel, que lleva el subtítulo: Historia de un sobreviviente. Y aquí comenzaron mis problemas. El caricaturista no sólo retrata la historia de su padre, sobreviviente de Auschwitz, sino su propia dificultad para poder continuar contándola tras la muerte de su progenitor, en 1982.

Spiegel cuenta dos historias, la de la forma en la que Vladek, su padre, logra salvar la vida en los campos de concentración nazis, y la relación entre ambos, poco tersa y sí muy difícil. Imposible leerla por pausas.

Tercero: finalmente ya está disponible (¡por fin!) la tercera y última parte de El ejército negro, de Santiago García-Clairac, en la que concluye la historia de Arturo Adragón, y la construcción, destrucción y reconstrucción de un reino basado en la justicia. El sueño concluye en El reino de la luz (de Ediciones SM) en donde Arturo, quien lleva tatuada en la cara una A y en el cuerpo un sinnúmero de letras, comprende cuál es su misión en los dos mundos en los que vive: el de los sueños y el de la realidad.

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También es de SM El mal, escrito por David Lozano Garbala. Esta es la segunda de tres partes de la serie La puerta oscura, destinada a jóvenes lectores, pero que atrapa también a adultos (lo mismo que El ejército negro). La serie comenzó con El viajero y continuará con Réquiem.

Cuarto: En el desierto no hay atascos, es decir, en el desierto no hay tráfico. Fue escrito por Moussa Ag Assarid, y el subtítulo explica un poco más: Un tuareg en la ciudad. Moussa cuenta aquí cómo se vive en el desierto, cómo piensa, qué significa no perder el norte, aferrarse a las estrellas para no perder el camino en una tormenta de arena, pero sobre todo es el encontronazo con la civilización occidental.

Moussa salió del desierto para cumplir un sueño: conocer al autor de El principito, sin saber que Antoine de Saint-Exupéry murió en el curso de la Segunda Guerra Mundial. Fue El principito, sus imágenes, las que llevaron a Moussa, primero, a abandonar su comunidad para aprender a leer, y muchos años después a poner en marcha un proyecto que parecía imposible: una escuela para niños tuareg en Taboye, al norte de Mali. Ahí estudian ya 80 niños. Este proyecto se cuenta en otro libro Los niños del desierto, escrito en coautoría con su hermano Ibrahim.

La escuela del desierto tiene ahora mil 800 títulos en su biblioteca, y los niños están enfrascados en un nuevo plan: grabar las historias que cuentan sus abuelos, relatos que sólo pasan de padres a hijos. Posiblemente todas esas grabaciones algún día se conviertan en libros y no mueran con los ancianos, que para los tuaregs son la sabiduría en persona.

Moussa, actor, escritor, periodista, narrador de cuentos, viaja por el mundo en busca de apoyo (www.lacaravanadelcorazon.com) y tiene un blog en francés (http://moussa-blog.azawadunion.com).

Para comprender un poco de lo que se tratan estos proyectos, dejo esta cita de En el desierto no hay atascos: “Los tuaregs no cultivamos el olvido, sino la memoria. Somos una sociedad de tradición oral, por lo que, si la olvidamos, nuestra historia deja de existir. Nuestro pasado se borra.

“El olvido no es sino una pequeña muerte. Estar verdaderamente vivo consiste en ser consciente de todo, comprometido con la vida, lúcido. Escaparse, salirse de sí mismo es perderse.

Eso sí, nunca dejamos de querer lograr lo que somos gracias a lo que fuimos.