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No se enviarán tropas estadunidenses al país de la Península Arábiga: asesor de Obama

EU y GB cierran embajadas en Yemen por amenazas de Al Qaeda

Washington y Londres acuerdan financiar una nueva unidad antiterrorismo en la región

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El príncipe saudita Khaled bin Sultan bin Abdul-Aziz, asesor del Ministerio de Defensa y Aviación, observa un mapa en Jizan, cerca de la frontera con Yemen, donde Riad realiza operaciones contra Al QaedaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de enero de 2010, p. 21

Washington, 3 de enero. Estados Unidos y Gran Bretaña decidieron este domingo el cierre de sus embajadas en Saná, capital yemení, ante amenazas de la red Al Qaeda en la Península Arábiga de atacar intereses foráneos, poco después que ambos gobiernos pactaron un plan para financiar una nueva unidad policial contra el terrorismo en Yemen y Somalia.

Además de cerrar su embajada, Estados Unidos pidió a sus ciudadanos en Yemen que mantengan un alto nivel de vigilancia, y a sus empleados yemeníes que permanezcan lejos de la legación hasta nuevo aviso, si bien ni Washington ni Londres informaron cuándo reabrirán sus representaciones diplomáticas.

Alemania y España, este último país presidente en turno de la Unión Europea (UE), restringieron el acceso a sus embajadas por seguridad, pero decidieron mantenerlas abiertas.

En Londres la oficina del primer ministro británico, Gordon Brown, informaron que Downing Street (la calle donde se ubica la sede del jefe de gobierno) y la Casa Blanca decidieron intensificar la acción conjunta de Gran Bretaña y de Estados Unidos para contrarrestar la amenaza terrorista emergente en Yemen y Somalia, después del complot terrorista fallido en Detroit, el 25 de diciembre pasado.

Petraeus promete ayuda a Saná

El plan fue acordado luego de que el general David Petraeus, comandante de las fuerzas de Estados Unidos en Irak y Afganistán, viajó a Yemen para conversar con el presidente Alí Abdullah Saleh sobre la posibilidad de duplicar este año la ayuda vinculada a actividades contraterroristas.

Brown y el presidente estadunidense, Barack Obama, mantienen conversaciones telefónicas desde el 25 de diciembre para decidir sobre acciones pertinentes, luego de que el nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab intentó hacer estallar un avión de la compañía Northwest Airlines, propiedad de Delta Airlines, proveniente de Ámsterdam, con casi 300 personas a bordo, poco antes de aterrizar en Detroit en Navidad. El joven declaró después de su detención que fue entrenado y equipado por la red terrorista Al Qaeda en Yemen.

Entre las iniciativas que acordaron el primer ministro y el presidente figuran, además de la financiación de una unidad especial de policía antiterrorista, la necesidad de suministrar un apoyo más importante a la guardia costera de Yemen, si bien un alto asesor político yemení afirmó en Saná que sería inaceptable tener topas estadunidenses en el país.

Brown también pedirá que la Unión Europea discuta la situación en Yemen y abogará por una acción enérgica de la Fuerza de Acción Financiera, organismo intergubernamental que lucha contra las transacciones financieras ilegales.

También busca albergar una conferencia contra el terrorismo, a finales de enero, que reúna a líderes mundiales para discutir la situación de seguridad en Yemen.

Con esto, los líderes occidentales buscan reforzar al gobierno yemení, que enfrenta una rebelión chiíta en el norte y un movimiento separatista en el sur, por temor a que Al Qaeda aproveche la inestabilidad de la nación para perpetrar nuevos ataques en distintos puntos del planeta.

No obstante, John Brennan, asesor del presidente Obama en seguridad nacional y contraterrorismo, aclaró a medios de su país que Estados Unidos no planea abrir un nuevo frente contra el terrorismo en Yemen, y por lo tanto no hay planes de enviar soldados estadunidenses, algo que, dijo, ni siquiera está en consideración.

Empero, Petraeus insistió en que Washington ayudará financieramente a Yemen, y lo hará con más más del doble este año. En los últimos años la asistencia ha sido muy irregular, con apenas 4.3 millones de dólares en 2006; se elevó a 26 millones de dólares en 2007, mientras en 2008 no se otorgó apoyo alguno, y en 2009 ascendió a 67 millones de dólares.

Por lo pronto, el gobierno de Saná ha puesto a los combatientes de Al Qaeda en dos provincias del país bajo vigilancia las 24 horas, informó la agencia de prensa oficial, después de que miembros de la red en Somalia anunciaron la semana pasada que están listos para enviar refuerzos a la organización en Yemen.

En Somalia, donde Estados Unidos ha bombardeado presuntas posiciones de Al Qaeda en una zona montañosa, persiste una guerra civil desde hace dos décadas, y en los últimos años surgió una fuerte actividad de piratas que han secuestrado decenas de barcos. Al respecto, Brown y Obama acordaron impulsar una fuerza de paz más grande, que sea capaz de hacerse cargo de reimponer el orden en el país.

Una fuerza de paz de la Unión Africana, conocida como la AMISOM, compuesta por unos 5 mil 300 soldados, está desplegada actualmente en ese país.

Después de varios meses de relativa calma, este domingo al menos 47 personas murieron en el centro de Somalia por combates entre el grupo musulmán moderado Ahlu Sunna Waljamaca, aliado del gobierno, y rebeldes islámicos del grupo Al Shabaab, que busca imponer la ley islámica en el país.

Ahlu Sunna Waljamaca aseguró que recuperó el control de la ciudad de Dusamareb, luego de perderlo brevemente el sábado ante Al Shaqbaab.

La violencia, sin embargo, se extiende más allá de Somalia, pues este domingo Eritrea acusó a su vecina Etiopía de haber lanzado, el viernes anterior, un ataque a lo largo de su frontera común y de haber matado a 18 soldados, acusación que fue rechazada.

En medio de este conflicto, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el 23 de diciembre sanciones en contra de Eritrea, acusada de apoyar a los islamitas y a Al Qaeda en Somalia y de desestabilizar a Yibutí.