Pauta
para la ciencia

Magda Riquer

Un científico en su laboratorio no solamente es un técnico,
es también un niño situado frente a un fenómeno natural
que lo impresiona como si fuera un cuento de hadas.

Marie Curie

“Los científicos somos gente afortunada, una isla en este país donde se puede hacer investigación de alto nivel, donde tenemos los medios, los salarios son razonables…”.

Así comienza la entrevista con Alejandro Frank, autor del proyecto PAUTA (Programa Adopta un Talento), quien junto con Jorge Hirsh, ambos investigadores del Instituto de Ciencias Nucleares de la unam, encabezan el equipo de sus más entusiastas impulsores, hasta hoy.

El programa encara la realidad: “…un problema en México es que la ciencia no es parte de la cultura”, por eso hay “fuga de cerebros”, aunque la más grave que ocurre en el país no es la de los jóvenes que después de salir a estudiar un posgrado se quedan en el extranjero, la “fuga” más importante, y en la que PAUTA tiene puesta la mira, es la que se da en la educación básica, cuando los niños y las niñas abandonan la escuela por falta de recursos. Buscan intervenir desde los primeros años de primaria, y contribuir a evitar que los niños pierdan la posibilidad de formarse y de acercarse a la ciencia como lo que es, una alternativa de vida “maravillosa, que permite mirar las estrellas y preguntarse de qué son” como dice Frank.

Convencidos de lo mismo, hace alrededor de seis años un grupo de científicos preocupados ante esta situación y encabezados por Frank y Hirsh, comenzaron a plantearse cómo y qué hacer para conseguir que los niños se familiaricen con la ciencia y se formen para participar en la cultura científica del país.


Fotos: Carmen Díaz

Así surgió PAUTA, en el marco de la Academia Mexicana de las Ciencias, con un objetivo claro: apoyar el desarrollo de conocimientos y habilidades para las ciencias naturales y las matemáticas en niños, niñas y jóvenes. Sus acciones arrancan con la impartición de talleres en diversos estados del país, dirigidos a los maestros y las maestras de educación básica, que ellos después ponen en práctica en sus aulas a fin de ofrecer a la mayor cantidad de niños posible la oportunidad de conocer y disfrutar del aprendizaje de las ciencias en talleres a lo largo del ciclo escolar que incluyen prácticas y experimentos, registros observacionales, bitácoras y filmaciones, que además de ser formativos para sus participantes, dan al equipo promotor elementos para detectar a quienes tienen más inclinaciones para la ciencia y seleccionar a los llamados “niños PAUTA”. Con quienes acuerdan integrarse al grupo se arranca la siguiente etapa y se convoca a sus padres a un taller en el que podrán reconocer y comprender la importancia de la ciencia en sus vidas y con ello apoyar a sus hijos para su participación en el programa. Esta primera etapa se realiza en los distintos estados que se van integrando al programa.

En la siguiente etapa, a partir de la selección, los niños PAUTA serán acompañados por el equipo promotor para continuar sus estudios, este acompañamiento no implica necesaria o exclusivamente apoyo económico (si se requiere, lo habrá), lo más importante es el establecimiento de una red para dar seguimiento y compartir actividades con el apoyo de monitores en los estados. “Llegar a organizar, por ejemplo en Chiapas, un gran simposio de los niños PAUTA para que presenten sus trabajos”, dice Frank.

Esta es la parte más difícil, la que está arrancando en fase piloto en la ciudad de México con un grupo de estudiantes de secundaria, y para la que se requiere, además de los apoyos con los que hasta ahora han contado, del respaldo de la sociedad civil a través de la adopción de un niño o una niña para ayudarlo a conseguir sus metas.

A dos años de haber comenzado, PAUTA funciona también en Morelos, Michoacán y Chiapas, y en Sinaloa, está por arrancar. Los talleres del grupo piloto se trabajan en el museo UNIVERSUM y muy pronto se inaugurará una “Sala PAUTA” en el Museo Tecnológico del D.F. Colaboran con el proyecto la UNAM, el CONACyT, el ICyTDF y la SEP así como, de forma muy entusiasta y en muchos casos gratuita, estudiantes de ciencias, maestros, un doctor en astrofísica, todos comprometidos con el programa.

Sus autores piensan que pueden compartir esta propuesta y que no tiene por qué limitarse a las ciencias: puede extenderse a las humanidades, a las artes…dando la PAUTA.

Para saber más:
www.pauta.org.mx
[email protected]

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