Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 10 de enero de 2010 Num: 775

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Economía y cultura
ANGÉLICA ABELLEYRA (coordinadora)

Negación a pesar de la evidencia
CARLOS GARCÍA DE ALBA

Alentar la economía cultural
HÉCTOR GARAY

Triángulo de voces
ANGÉLICA ABELLEYRA

Medios sin mercados
CARLOS RAÚL NAVARRO BENÍTEZ

Hacia un sistema económico del sector cultural
EDUARDO CRUZ VÁZQUEZ

Ser vendedores de cultura
FEDERICO GONZÁLEZ COMPEÁN

¿Públicos o consumidores?
EDUARDO CACCIA

La escritura fronteriza
ADRIANA CORTÉS KOLOFFON entrevista con ANDRÉS NEUMAN

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Economía y cultura

Angélica Abelleyra (coordinadora)

Abordar el binomio economía y cultura genera todo menos indiferencia. Saca ronchas o genera una tos imparable. A otros provoca cierta dosis de entusiasmo por la posible llegada a puerto, quizás no seguro, pero sí generador de ideas y propuestas para abordar la compleja realidad mexicana de este siglo XXI en un sector como el cultural y sus subsectores de producción, distribución y consumo (fatal palabra para muchos). O los agentes que lo impulsan, apoyan, analizan y cuestionan. Desde la voz de periodistas, académicos, empresarios, promotores y funcionarios, este número de La Jornada Semanal ofrece un somero panorama de un matrimonio que en nuestro país apenas va reconociendo su rostro, sus aristas, sus posibles espejeos, contradicciones y complementariedades. Hablan aquí personajes inmersos en los mundos de la filantropía, la música, las artesanías, los medios de comunicación públicos y los espectáculos teatrales y musicales masivos. Sin ser economistas, han asumido llenar un vacío que ellos han dejado (¿por menosprecio?) Al conformar un universo como éste, imposible evitar lagunas. La falta de tiempo y espacio, o la negativa de algunos posibles entrevistados, impidió la inclusión de algunas áreas del quehacer cultural (universos editorial, cinematográfico y de las artes visuales) que más adelante serán abordadas. Por lo pronto, pese a las carencias temporales, disfrute las cuitas que vive esta pareja.


Economía y cultura: las cuitas de un matrimonio*


Ilustraciones de Huidobro

DEL ORBE

1. La economía cultural es una subdisciplina reconocida en la taxonomía del Journal of Economic Literature en la categoría Z1, y emplea las herramientas convencionales del análisis económico para la comprensión de los procesos económicos en la cultura desde una perspectiva funcional.

2. Para el académico español Jesús Pietro de Pedro, la economía y cultura “son dos campos estrechamente implicados desde siempre, aunque es verdad que esas implicaciones se han hecho mayores y más visibles con la irrupción de las llamadas industrias culturales. Quién podría negar el valor económico de ciertos bienes culturales y su peso en la riqueza de un país o la importancia del desarrollo cultural como factor de bienestar social y de desarrollo económico”.

3. Australia, Reino Unido, Francia, España, Argentina y Colombia, han desarrollado estudios para medir el impacto de bienes y servicios culturales en su economía y para orientar políticas públicas para el sector cultural.

4. Organismos internacionales como UNESCO, Organización de Estados Iberoamericanos, Convenio Andrés Bello, OCIDE y MERCOSUR han incursionado en la valoración de la economía cultural desde una perspectiva de su contribución a la riqueza de las naciones. 

EN MÉXICO

1. A nivel de instituciones de educación superior, sólo el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura de la UAM-Xochimilco se ha dedicado a promover y analizar la economía cultural.

2. Entre quienes se han ocupado del tema, además de los colaboradores en este suplemento, están Néstor García Canclini, Jorge Ruiz Dueñas, Ernesto Piedras y Lourdes Arizpe. Se cuentan esfuerzos en la UNAM, Conaculta, la Secretaría de Cultura del DF y en planes de estudio de licenciaturas y especialidades en Gestión Cultural.

3. Para la Secretaría de Economía (SE), las actividades económicas culturales se dispersan en las clasificaciones de servicios, comercio y, en menor medida, de industrias. De las 699 registradas mediante el instrumental de “Contacto Pyme”, cuarenta y siete son vinculadas a lo cultural. Sin embargo, la correlación entre actividades y datos que sobre empleo y/o ocupación brinda el Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), no son concluyentes para los propósitos de configuración de un panorama integral de la economía cultural.

4. La indiferencia hacia la economía cultural es palpable en las tareas del INEGI. Si bien se pueden acceder a algunas estadísticas e indicadores culturales, no constituyen una Cuenta Satélite.

5. A contrapelo, y poniendo en evidencia un retraso en los compromisos de adopción y correlación de clasificaciones en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (SCIAN) sigue siendo letra muerta a quince años de suscrito el Tratado.

6. El SCIAN define veinte sectores. Con el Código 71 se encuentra Servicios de Esparcimiento culturales y deportivos y otros servicios recreativos, si bien hay sectores transversales. Tan complejo acervo incluye subsectores, ramas, subramas y clases.  

DEFINICIONES AÚN PROVISIONALES

1. Se entiende por “empresa cultural” la unidad económica que desempeña una actividad productiva legalmente establecida, basada en bienes, servicios o productos constituidos, fundamentalmente, por un componente creativo que pone en relieve valores simbólicos. Éstos pueden ser sujetos de propiedad intelectual y no tiene producción masiva para cubrir mercados locales y globales. Este bien, servicio o mercancía puede ser transformado o mediado con el propósito de colocarlo a disposición de diversos consumidores. Su número de trabajadores puede ser hasta cuatrocientos.

2. Las “industrias culturales” son nacionales y transnacionales, cuentan con más de cuatrocientos empleados, se sustentan de componentes creativos, pueden ejercer propiedad intelectual, transformarla, mediarla, y tener un alcance masivo como producción industrial para cubrir grandes porciones del orbe. Cine, música, prensa, radio, editorial, turismo, televisión y publicidad son las ramas más representativas de este subsector. 

CUENTAS A MEDIAS

1. Según el Diagnóstico integral de la cultura en México, elaborado por la UNAM (coordinación de Mari Carmen Serra Puche, 2009), con base a cifras del INEGI, el total de ingresos del sector de servicios de esparcimiento, culturales y deportivos en 2003, sumó 23 mil 405 millones de pesos.

2. La labor de estudio de Ernesto Piedras arroja que, en 2009, existen 185 mil micros, pequeñas y medianas empresas culturales, mismas que dan empleo a más de un millón de personas. Según cifras del FONART, existen 8 millones de artesanos en el país.

3. El número de trabajadores del sector cultural a nivel federal es complejo conocerlo. En el Conaculta (cifras 2006), alcanzaban más de 14 mil.

4. La Industria Gráfica –datos 2008– genera 119 mil empleos. Su balanza comercial es deficitaria, alcanzando casi 12 mil millones de pesos en importaciones.

5. Más de 6 mil obras, fruto del Pago en Especie de impuestos que concede la SHCP a artistas plásticos, en el mercado activarían tanto un circuito productivo como la recaudación. El programa de adquisiciones del INBA fue de 10 millones en 2008.

6. Con las celebraciones de 2010 se imprimirán más de 60 millones de libros. Si se diseña una adjudicación idónea, permitiría al sector editorial vivir una etapa de dinamismo sin precedente.

7. Si a ello se suman las derramas que en diversos niveles harán los sectores público, social y privado con motivo de las efemérides, estamos ante negocios que ponderan la aportación de la economía cultural al país.

8. En 2008 el mercado de instrumentos musicales sumó alrededor de 650 millones de pesos anuales, en tanto que las ganancias en taquilla del cine en salas comerciales en dicho año alcanzaron más de 6 mil millones de pesos. Sólo un dato: la película La era del hielo 3, captó 536 millones de pesos, en tanto el IMCINE contará con 364 millones en este 2010.

9. Por sí sola, la piratería de películas en 2009 se ubica por debajo del presupuesto del Conaculta. Es decir, más de 10 mil millones de pesos.

10. La UNAM ejercerá recursos por casi dos veces el del Conaculta en 2010. A cultura destina poco más del uno por ciento.

11. Ejercicios como los del INAH e INBA para 2010 (alrededor de 5 mil 500 millones de pesos), representan en conjunto casi la misma cifra de los presupuestos que a cultura destinarán los estados de la federación y la capital del país (poco más de 5 mil millones).

12. En un corte del ejercicio 2008, el Gobierno del DF, tanto a través de la Secretaría de Cultura como de las dieciséis delegaciones, ejerció más de mil 200 millones de pesos.

13. Alrededor de 2 mil 800 millones de pesos gastaron los mexicanos en 2007 en compra de consolas y videojuegos.

14. El valor total del mercado de medios (publicidad) en 2008, alcanzó casi 50 mil millones de pesos.

15. Desde el año 2006 en que creó su fundación, Alfredo Harp Helú ha canalizado alrededor de 3 mil 600 millones de pesos, de los cuales a cultura donó 480 millones. Las fundaciones Slim y Telmex comprometieron para 2009 una inversión de 7 mil 900 millones de pesos.

*Los datos, cifras y su condensación son fruto de la labor de investigación de Eduardo Cruz Vázquez con base en diferentes fuentes, de 2005 a la fecha.