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Sepultan siete mil cuerpos en fosa común; no hay infraestructura para labores de rescate

Llega ayuda a Haití; descarga lenta y distribución desordenada

Pobladores levantan barricadas con cadáveres en protesta porque nadie les brinda auxilio

Ya son 36 muertos de la ONU

Balance más confiable de víctimas, hasta la próxima semana

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Frente a la morgue hay apilados unos mil 500 cuerpos, según estimación del director del Hospital General de Puerto Príncipe, Guy LaRocheFoto Reuters
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Frente al Hospital General de la capital haitiana se apilan miles de cuerpos debido a la insuficiencia de los depósitos de cadáveres en el paísFoto Reuters
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Desesperación de una madre (al centro) en un recorrido por la ciudad devastada sin poder encontrar a su hijaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 15 de enero de 2010, p. 18

Puerto Príncipe, 14 de enero. La ayuda humanitaria aún no llegaba a la devastada capital de Haití este jueves, cuando fue necesario cavar una fosa para sepultar a 7 mil muertos, mientras continuaban las labores de rescate con cada vez menos esperanza de encontrar sobrevivientes. La Organización de Naciones Unidas, cuyo cuartel general en esta capital se derrumbó, anunció que aumentó a 36 el número de sus funcionarios muertos en las instalaciones.

El gobierno mantiene un cálculo de 100 mil muertos y 3 millones de damnificados, mientras la Cruz Roja de Haití habla de entre 45 mil y 50 mil, y millones de heridos. En todo caso, las autoridades señalaron que habrá un balance más confiable en no menos de una semana de los daños del sismo de 7 grados Richter ocurrido el pasado martes en el país más pobre del Hemisferio.

El terremoto provocó derrumbes en las colinas y varias personas siguen vivas bajo los escombros luego de dos días, con escasas señales de un esfuerzo de rescate organizado. Cerca de mil 500 cadáveres se apilaban fuera del hospital principal y eran alineados en las calles.

Ya hemos enterrado a 7 mil personas en una fosa común, dijo el presidente René Préval a periodistas en el aeropuerto de la capital, donde acudió a recibir a su par de República Dominicana, Leonel Fernández, el primer jefe de Estado que visita Haití tras el sismo.

El dinero no sirve en estos momentos

El flujo de ayuda aún debe llegar a los haitianos, que deambulan por las destrozadas calles de la capital en busca de agua, alimentos y ayuda médica.

El dinero no sirve para nada en este momento. Lo que importa ahora es el agua, dijo un trabajador de ayuda.

Algunos haitianos levantaron barricadas con cuerpos de las víctimas en protesta por la demora en la distribución de ayuda y amenazan con bloquear los caminos con cadáveres, dijo un fotógrafo de la agencia Reuters.

Saqueadores irrumpieron en un supermercado y se llevaron electrodomésticos y comida. Otros vaciaron la gasolina de un camión cisterna que había chocado.

Los policías están ocupados rescatando o sepultando a sus propios familiares, dijo el propietario de una fábrica de azulejos.No tienen tiempo para patrullar las calles”.

El rescate de sobrevivientes y el retiro de cadáveres se ha vuelto caótico y los médicos locales carecen de equipo para atender la emergencia.

La población ha improvisado tiendas de campaña en todas partes y muchos se acercan a los periodistas que cubren la tragedia para pedirles agua, agua en varios idiomas.

El epicentro del terremoto se ubicó a sólo 16 kilómetros de Puerto Príncipe, ciudad con 4 millones de habitantes, en una nación golpeada por la pobreza, los desastres naturales y la inestabilidad política.

Guy LaRoche, director del Hospital General de Puerto Príncipe, calculó que hay unos mil 500 cadáveres apilados frente a la morgue.

La Cruz Roja de Haití se quedó sin bolsas para cadáveres.

Brasil, cuyas tropas lideran el contingente de paz de la ONU, propuso un plan de contingencia que incluye la construcción de un nuevo cementerio.

La ONU dijo que al menos 36 integrantes de su fuerza de paz (Minustah) que conforman 9 mil hombres murieron y muchos más seguían desaparecidos. Brasil reportó 14 soldados muertos entre las víctimas.

La distribución de ayuda es lenta porque las carreteras están bloqueadas por los escombros y autos chocados, las comunicaciones están interrumpidas y las oficinas de organismos de ayuda resultaron dañadas y su personal murió o está desaparecido.

Las fuerzas de paz de Naciones Unidas parecían desbordadas por la tragedia.