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Amor en fin se estrenó el pasado viernes confinada a la periferia, señala el realizador

Exhibición fatal de las películas mexicanas, acusa Salvador Aguirre

La distribuidora Corazón Films no cuidó el circuito, comenta

En Cinemex cancelaron las funciones que habían programado por decisión de la cadena, lo que es contra la ley, expresa

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Daniel Giménez Cacho y Lilia Mendoza en fotograma de la cinta
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Daniel Giménez Cacho, Lilia Mendoza, Luis Ernesto Franco y Paola Núñez en fotograma de la cinta
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de enero de 2010, p. 7

Salvador Aguirre tardó cuatro años en filmar Amor en fin, protagonizada por Daniel Giménez Cacho y Adriana Barraza; después de su estreno, en el pasado Festival de Cine de Guadalajara, por fin el viernes comenzó su corrida comercial con 40 copias.

En un hecho recurrente en cuanto a la deficiente exhibición de las producciones nacionales, el director acusó: “Desde mi punto de vista la estrenaron en un circuito fatal, porque no hubo ni una sola sala en la zona del centro de la ciudad; la confinaron a la periferia, a espacios del centro comercial Mundo E y Cuatitlán Izcalli… qué bueno que se estrene allí, pero para el tema de la cinta era básico que estuviera en salas cerca de la Condesa, Roma y Centro Histórico, donde el cine mexicano cuenta con buena clientela. A pesar de todo estas irregularidades, en los primeros dos días habían asistido 5 mil personas a verla”.

Aguirre, ganador del Riel de Oro en el 55 Festival Internacional de Cine de Cannes con su cortometraje De Mesmer con amor o té para dos, agregó: La distribuidora Corazón Films no cuidó el circuito, y ésa era su responsabilidad. No sólo eso: el fin de semana di una vuelta por los cines, específicamente las salas de Cinemex, donde por decisión de la cadena cancelaron las funciones que habían programado. Eso es contra la ley, porque según la normatividad que regula las cintas producidas por el Foprocine, como ésta, tienen un mínimo garantizado de dos semanas y no se respetaron las funciones al segundo día del estreno. ¡Tengo el testimonio grabado en video!

Impunidad

Para Salvador Aguirre, director del filme De ida y vuelta, ganador del Astor en el Festival de Cine de Mar del Plata, los grandes culpables de lo que ocurre con su cinta son los exhibidores, específicamente la cadena Cinemex que en su momento organizaba el Festival Internacional de Cine de la Ciudad de México (Ficco) y lo canceló este año. Ellos, los exhibidores, son los responsables de pasar las películas. Es una vergüenza que no respeten la ley, por un lado, y por otro, que las autoridades no los obligan a respetar esa legislación; eso se llama impunidad.

Además el socio mayoritario es el Estado mexicano, que participa por medio del Foprocine. No veo la diferencia entre robar al Estado de esta manera o ir a ordeñar los ductos de Pemex. Otro de los responsables es la distribuidora, porque es la encargada de exigirle a los exhibidores y reclamarles por qué no están pasando su producto, para eso los contrató para exhibir su película.

El sentimiento de Aguirre ante la cancelación de las funciones de su película es: De indignación; esto no es nuevo, se lo han hecho a otras cintas mexicanas, se lo están haciendo a la mía y el próximo viernes seguramente se lo harán a otra; no hay que quedarnos sentados en la banqueta sin hacer nada. Hay que exigir que los exhibidores cumplan la ley, porque hacer una película cuesta mucho trabajo, hay que invertirle mucho dinero.

Llamado a la comunidad cinematográfica

Salvador Aguirre informó que las pláticas con los exhibidores sobre la irregularidad en torno al circuito de proyección de su película las realiza el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine). Si yo les hablo, les voy a mentar la madre y no vamos a pasar de eso. Lo que me han dicho es que averiguarán lo que pasó para ver si nos reponen las funciones; obviamente no lo harán. Imagínate: si eso es lo que ocurrió el fin de semana de estreno en el valle de México, qué va a pasar cuando la exhiban en el interior de la República.

El cineasta hizo un llamado “a toda la comunidad cinematográfica de este país para que levanten su grito de indignación, porque eso sí, cuando los exhibidores quieren que actores, cineastas, guionistas y demás asistamos a los festivales que organizan para engalanar sus alfombras rojas, entonces sí nos tratan bien. Pues deberían de corresponder con la eficiente exhibición de nuestras películas en sus complejos, por ley y reciprocidad; a ver qué hacen cuando ningún integrante de la comunidad cinematográfica mexicana se pare en sus festivales… Esta situación es recurrente, pero hay que hacer algo… por lo pronto Daniel Giménez Cacho me va ayudar a que esta situación se conozca, a ver si alguna autoridad toma cartas en el asunto”.

Actualmente la situación está estancada; la distribuidora se lava las manos y echa la culpa a los exhibidores, quienes no contestan las llamadas del Imcine.

Amor en fin aborda tres historias que ocurren durante el fin de semana de la pasada elección presidencial. En ellas se plantea la duda sobre el triunfo del candidato del Partido Acción Nacional, Felipe Calderón Hinojosa. A la pregunta de que si hubo censura, Aguirre respondió: La película puede gustar o no, lo importante es que crea polémica. Nunca pensé en hacer una que gustara a todos, sino en hacer pensar a los espectadores. Lo que está pasando en la realidad es que nos están viendo la cara de pendejos.