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Sigo siendo una entusiasta lectora y eso me fascina, manifiesta a La Jornada

La UNAM, California, Dusseldorf y Roma celebran a Margo Glantz por sus 80 años

Este domingo la narradora y ensayista recibirá un homenaje en el Palacio de Belas Artes

Existe un arsenal muy rico y un potencial muy interesante de nuevos escritores, asevera

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Margo Glantz viajará a Calcuta para participar en la feria del libro dedicada a las letras mexicanas. En la imagen, la escritora cuando presentó su obra Saña, en octubre de 2007Foto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de enero de 2010, p. 5

La escritora Margo Glantz recibirá un homenaje el próximo domingo en el Palacio de Bellas Artes, a las 12 horas. Un reconocimiento a su vida y obra con motivo de su cumpleaños 80, que hoy festeja y que apenas es el primero: California, Dusseldorf y Roma preparan sendas celebraciones.

En México los reconocimientos serán varios: en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, se efectuará una serie de mesas temáticas, en febrero; en la Feria del Libro del Palacio de Minería y en la Academia de la Lengua.

Emocionada y con las maletas casi listas para viajar a Calcuta, a la feria del libro dedicada a México, Margo Glantz reconoce, entre risas, que a veces también es horrible que le hagan a uno homenajes, porque oír hablar de uno todo el tiempo a veces es excesivo y huele a muerte. De todas maneras, a los 80 años ya no me cuezo al primer hervor.

En entrevista con La Jornada, diario del que es colaboradora, Margo platica acerca de estos homenajes y de otra de sus pasiones: la lectura, y de cómo algunos autores han influido en su obra.

Leo mucho y desde que era muy jovencita, así que hay una cantidad infinita de libros que han sido fundamentales en épocas diversas de mi vida, hay autores que siguen siéndolo, por ejemplo Roland Barthes, a quien comencé a leer cuando llegué a Francia en los años 50, cuando él empezaba a escribir sus maravillosos ensayos. Lo conocí a partir del teatro, porque él estaba muy vinculado con el Teatro Nacional Popular y yo también estaba muy vinculada con el teatro en ese entonces.

Regresa siempre a Barthes, W.G. Sebald, Joseph Roth, Sor Juana, Jorge Luis Borges, Nelly Campobello, Juan Rulfo, Sergio Pitol, Salvador Elizondo, Elena Garro, y lee también a poetas como Myriam Moscona y Coral Bracho. Por regiones lee autores alemanes, franceses y estadunidenses: de William Faulkner a Thomas Mann, Georges Perec, Paul Celan y al filósofo italiano Giorgio Agamben.

Políglota –Glantz habla francés, inglés, un regular italiano y entiende alemán, portugués, catalán– lenguas en las que puede leer, la profesora emérita de la Facultad de Filosofía y Letras reconoce esa comunicación que existe entre sus lecturas favoritas y su obra.

Hay una comunicación y una influencia. Lo que uno lee acaba conformándose como una especie de autobiografía mental, los autores acaban siendo fundamentales y uno acaba tomando cosas de ellos sin quererlo, y sin saberlo muchas veces; otras con la conciencia absoluta de que ese autor ha sido fundamental y se le hacen siempre guiños u homenajes dentro del texto.

Espera llegar lúcida a los 90 años

Pocas veces, asevera Margo Glantz, se deja llevar por el mercado editorial y las novedades, aunque recientemente le llamó la atención la trilogía Millenium, de Stieg Larsson. “Me pareció muy interesante la combinación de personajes, que en Suecia se plantean problemas que también se dan en los países en desarrollo: la corrupción, la impunidad, la persecución a los periodistas y, sobre todo, el problema de la violencia contra las mujeres; la terrible violencia contra las mujeres que en ese libro está muy patente.

Me interesa muy poco el mercado, no sigo las novedades, y a estas alturas de la vida me importa muy poco si el mercado me hace caso, porque ya creo que lo que venga es extraordinario y si me depara cosas buenas con editoriales maravillosas, ¡qué bueno! Yo voy a seguir escribiendo, espero llegar a los 90 lúcida, y seguir escribiendo estos 10 años próximos.

Como lector, añade la narradora y ensayista, si uno se deja guiar por el mercado está perdido. Afortunadamente, y a pesar de todo, existen editoriales que escogen a sus autores y saben cuáles son los que valen la pena y organizan su catálogo. Por ejemplo, en Estados Unidos, algunas francesas, italianas, en España y México hay editoriales que no se dejan llevar por el mercado.

De esa literatura publicada sobre todo por editoriales independientes, la autora de Saña subraya que existe un arsenal muy rico y un potencial muy interesante de nuevos escritores.

Hoy, a sus 80 años, Margo Glantz hace un balance: “Me veo muy bien, ha sido una vida verdaderamente con muchos altibajos, como todas las vidas, pero muy productiva, muy placentera, con muchas satisfacciones: mis hijas, mis nietos, mis amigos a los que adoro, mis viajes, la posibilidad de conocer gente interesante todo el tiempo y de mantener amistades durante décadas en México y otros países del mundo.

“Acabo de recibir felicitaciones de amigos que están en Argentina, Francia, España, Chile, Perú e Italia, entre otros países. Son amigos a los que veo constantemente porque viajo mucho y seguimos tan amigos como si no hubiera pasado el tiempo. Notamos que hay algunas canas más de la cuenta, que estamos más arrugados, pero mentalmente seguimos iguales.

Sigo siendo una entusiasta lectora, eso me fascina; me gusta mucho el cine, el arte, estoy escribiendo muchísimo. Estoy muy relacionada con gente a la que quiero. Estoy bien de salud, me veo guapa, soy una mujer positiva. Estoy fascinada conmigo misma.