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Reducir la temperatura del globo mediante experimentos de bioingeniería, sugieren expertos

Bloqueadores solares artificiales podrían salvar a la Tierra

Simular una erupción volcánica, 100 veces más barato que bajar emisiones de efecto invernadero

Para algunos es una peligrosa fantasía, ante la de por sí poca voluntad política de los países

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El mundo necesita un proyecto internacional para investigar formas seguras de manejar el cambio climático, como las técnicas de radiación solar, aseguran científicos. Arriba, una puesta de sol en AfganistánFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Viernes 29 de enero de 2010, p. 2

Sería 100 veces más barato proteger a la Tierra de la luz del Sol con un bloqueador solar artificial que reducir emisiones de gases de efecto invernadero (EGEI). Ésa es una de las razones por las que el mundo necesita un proyecto internacional para investigar formas seguras de manejar el cambio climático, además de reducir emisiones, según científicos.

Simular una erupción volcánica poniendo en la atmósfera partículas artificiales de aerosol que reflejen el calor del Sol reduciría con rapidez las temperaturas globales y podría ofrecer un respiro vital ante el calentamiento global, hasta que las reducciones de dióxido de carbono comiencen a tener el efecto deseado, añaden.  

Es importante comenzar pruebas de geoingeniería ahora y no esperar hasta que se declare una emergencia en plena escala, señalan tres científicos ambientales, quienes sostienen que los gobiernos deben crear un fondo multimillonario para costear investigaciones sobre manejo de radiaciones solares, es decir, técnicas para proteger a la Tierra de la luz del Sol.  

Contraproducente para algunos

Para muchos, la idea de manipular el equilibrio energético de la Tierra para compensar el cambio climático generado por el hombre es una peligrosa fantasía, comentan David Keith, de la Universidad de Calgary, en Canadá; Edward Parson, de la Universidad de Michigan, y Granger Morgan, de la Universidad Mellon de Carnegie, las dos últimas en Estados Unidos, en un artículo de la revista Nature.

Muchos científicos han argumentado en contra de la investigación en manejo de radiación solar, diciendo que desarrollar la capacidad de realizar esas tareas disminuiría la voluntad política para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Creemos que los riesgos de no llevar a cabo esa investigación son mayores que los de realizarla, afirman.

Hasta hace poco, la sola mención de manipular el clima global para combatir la elevación de temperaturas se consideraba tabú entre científicos. Sin embargo, el año pasado una encuesta de The Independent entre 50 científicos reveló que existe un creciente deseo de por lo menos investigar la idea, enfoque apoyado por un informe sobre geoingeniería realizado en septiembre pasado por la Real Sociedad.

El llamado de David Keith y colegas subraya que existen serios problemas potenciales en la construcción de un escudo solar, y que jamás se le debe ver como alternativa a la reducción de gases de efecto invernadero. Sin embargo, aseguran que es mejor lanzar un proyecto internacional de investigación que dejarlo hasta que algún Estado rufián decida emprenderlo por su cuenta.

“Es posible que, luego de agotar otras vías para limitar los riesgos del clima, alguna nación decida comenzar un programa gradual y bien vigilado de desarrollo, incluso sin ningún acuerdo mundial para regularlo –advierten–. En tal caso, una nación, que no necesita ser ni grande ni rica, podría tomar la iniciativa del clima global, y restringirla sería sumamente difícil para otras potencias.”

Un esfuerzo internacional de investigación sobre ese proyecto podría comenzar con un presupuesto anual de unos 10 millones de dólares, y se elevaría a unos mil millones hacia 2020. Podría indagar los riesgos, como alterar las pautas de temperatura, así como los inconvenientes conocidos, como no hacer nada por combatir la creciente acidez de los océanos.

Los científicos han sugerido que generar aerosoles de sulfatos en la atmósfera superior, los cuales se emiten en forma natural durante una erupción volcánica, podría reducir con rapidez las temperaturas globales, como ocurrió luego de la erupción del monte Pinatubo en Filipinas, en 1991. Otra posibilidad es rociar agua de mar en el aire para crear nubes de bajo nivel que reduzcan las temperaturas diurnas sobre los océanos.

Las opiniones sobre el manejo de radiaciones solares cambian con rapidez. Hace unos cuantos años, muchos científicos se oponían a hablar del tema. Ahora muchos apoyan una investigación basada en modelos, pero las pruebas de campo como las que proponemos son polémicas y tal vez se vuelvan más, escriben los científicos.

“El principal argumento contra la investigación sobre el manejo de radiaciones solares es que socavaría la de por sí inadecuada disposición a reducir emisiones. Estamos bien conscientes de este ‘riesgo moral’, pero somos escépticos en cuanto a que suprimir la investigación sirva para elevar el apoyo a la mitigación.

De hecho, ahora que se reconoce ampliamente la posibilidad de manejar la radiación solar, no someterla a investigación seria y a evaluación de riesgos podría significar una amenaza mayor a los esfuerzos de mitigación, al permitir una confianza implícita en el manejo de la radiación solar sin examinar a fondo sus requerimientos reales, limitaciones y riesgos, concluyen.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya