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Corazón al sotavento se transmite a partir de hoy por Radio UNAM

El son jarocho está más vivo que nunca y da un sentido de comunidad
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La nueva serie radiofónica hablará de la historia y poética de los sonesFoto Roberto García Rivas
 
Periódico La Jornada
Lunes 1º de febrero de 2010, p. a16

La comunicadora Aurelia Nashrú López Rascón se enamoró del son jarocho desde que, hace años, realizó una miniserie para radio del festival del Tesechoacán, en Playa Vicente, Veracruz. Comenzó a ir a los fandangos y se fue metiendo. A tal grado, que pasó de ser cantinera a borracha, contó durante la presentación del programa Corazón al sotavento, que se transmitirá por Radio UNAM (96.1 FM) a partir de hoy lunes primero de febrero.

Si bien –como dijo la propia López Rascón, productora y conductora de la serie– para saber de verdad de qué se trata el son jarocho hay que presenciar un fandango, Corazón al sotavento acercará a los oyentes con los músicos en las rancherías y pueblos, y también a los jóvenes que hacen fusiones en las urbes, en México y el extranjero. Además, la serie hablará sobre la historia, la instrumentación, los temas de los sones y su poética, los encuentros de jaraneros y decimistas en Tlacotalpan y el origen de La bamba, el más conocido son jarocho.

La serie fue presentada entre música y plática en el auditorio de Radio UNAM, hace unos días. El que vive de esperanza, la esperanza lo mantiene, se escuchó en el son interpretado por Alonso Borja (requinto, del grupo Chéjere), Julia López Valenzuela (jarana), Ulises Martínez (violín, Chéjere), Adriana Cao Romero (arpa) y Raquel Palacios Vega (jarana); las dos últimas integrantes de Caña Dulce y Caña Brava.

Se acaba lo bizantino

El son jarocho vive un gran momento, está vigoroso y fuerte, expresó la conductora.

La música tradicional es música contemporánea. Si hay una música que va con el tiempo, es la tradicional. Si uno plantea que el son es música contemporánea, se acaban las bizantinas distinciones entre lo moderno y lo antiguo. El son es el espacio donde el antes y el ahora se funden, dijo Álvaro Alcántara, historiador y músico integrante de Chéjere.

Una de las mayores fortalezas del son jarocho “es que nos permite sentirnos parte de un ‘nosotros’”, afirmó. El son y el fandango dan un sentido de comunidad. Ha cambiado drásticamente un modelo cultural (en el que el público está alejado): en el fandango no eres espectador, sino actor. Es una fiesta que tarde que temprano te acaba integrando, ya sea tocando, cantando, bailando o compartiendo la bebida o la conversación alrededor.

El investigador y músico Antonio García de León, en entrevista telefónica previa, habló sobre el origen del son jarocho. Dijo que fue una manifestación, sobre todo de campesinos libres, mestizos o afromestizos; ahí se gesta como género particular. Contó que la gran portadora del son jarocho en el siglo XVIII y XIX era la población de origen africano, así como de la cultura española en general”.

En México tenemos una diversidad musical impresionante. Desde la Colonia, una cosa interesante es la gran capacidad que tuvo la población para adoptar (lo que venía de fuera). En ese sentido, la música mexicana se debe a muchas influencias, pero tiene su propia idiosincracia, concluyó.

Las raíces deben conocerse, coincidieron los conversadores. Debemos conocer bien sobre qué pisamos para poder caminar, dijo el músico y fundamental promotor del son jarocho Arturo Barradas, vía telefónica desde Playa Vicente. Ésta es parte de su labor: Intentamos recuperar la voz de los que siguen en el rancho, tocando. Si escarbamos, vamos rearmando el rompecabezas.

Barradas habló sobre la revitalización del son jarocho y cómo las nuevas generaciones siguen abrevando de diversas vertientes, como ocurre desde hace siglos.

Varios de los presentadores coincidieron en que hay pocos espacios como Radio UNAM, que programen música como el son jarocho. José Ángel Domínguez, locutor de Radio Educación, habló sobre los medios y su responsabilidad social.

Es muy complicado describir la sensación que uno tiene en un fandango... Me ha pasado que en verdad siento que el tiempo se detiene, dijo Alcántara. De ahí que la conductora concluyese: Está bien que escuchen la serie, pero hay que ir a los fandangos.

Corazón al sotavento se transmitirá del 1º al 26 de febrero, de lunes a viernes, a las 20 horas, por Radio UNAM, 96.1 FM.