DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   2 DE FEBRERO DE 2010 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

México ante la Comisión Ballenera Internacional
Paloma Ladrón de Guevara Porras

Puntos clave de la historia de la Comisión Ballenera Internacional
Lorenzo Rojas y Horacio de la Cueva

La observación de ballenas
Refugio Chávez y Horacio de la Cueva

El Santuario Ballenero Mexicano

La ballena gris, afectada por el calentamiento global

La Antártica se calienta
Elsa Cabrera


Correo electrónico:

[email protected]

  

México ante la Comisión Ballenera Internacional

Paloma Ladrón de Guevara Porras
Correo electrónico: [email protected]


Rorcual tropical. Paloma Ladrón de Guevara

La Comisión Ballenera Internacional (CBI) fue creada en 1942 para la regulación de la caza de ballenas, como resultado de la caída de los precios del aceite de ballena debido a la sobreexplotación de estos grandes mamíferos. Actualmente, el mandato de la CBI , constituida por 84 países miembros de todos los continentes del orbe, es el de evaluar y revisar las medidas de manejo y conservación de las ballenas y regular las actividades balleneras en todo el mundo. Entre las medidas de manejo se incluyen la protección de especies y poblaciones, la designación de santuarios, la determinación de vedas y zonas de caza con el fin de preservar para las generaciones futuras las grandes riquezas naturales constituidas por las existencias balleneras.

México se ha distinguido en la comunidad internacional por ser líder en la protección y conservación de las poblaciones de ballenas. La adhesión de México a la Convención de Ginebra para la Protección de Ballenas fue en 1933 y en 1949 aprobó el Convenio Internacional para la Reglamentación de la Caza de la Ballena. En ese mismo año, ingresó a la Comisión Ballenera Internacional y, a partir de entonces, suspendió los permisos para capturar y explotar cualquier especie de ballena con fines comerciales.

De manera adicional a estas medidas de protección, cabe destacar que México fue el primer país en decretar un área natural protegida con el objetivo de preservar a las ballenas, específicamente a la ballena gris (Eschrichtius robustus). Así, el 14 de enero de 1972, se decretó zona de refugio para ballenas grávidas y ballenatos, las aguas de la laguna Ojo de Liebre en Baja California Sur. Posteriormente, en junio de 1979, también se decretó a la laguna San Ignacio como refugio de ballenas grávidas y ballenatos y como zona de atracción turístico-marítima.

En marzo de 1980 se modificó el decreto y se incluyó a las lagunas Guerrero Negro y Manuela, del complejo lagunas Ojo de Liebre, como zona de refugio para las ballenas. Estas medidas fueron críticas para que la población de ballena gris del Pacífico oriental (costa de América) se recuperara. Actualmente, esta población se estima en alrededor de 20 mil individuos y se considera fuera de peligro.

Además de la ballena gris, otras siete especies (de las 11 que existen en el mundo) están presentes en aguas mexicanas y son: ballena o rorcual azul, ballena de aleta o rorcual común, ballena boba o rorcual de Sei, ballena de Bryde o rorcual tropical, ballena minke, ballena jorobada y ballena franca. A menudo se menciona que todas las especies de ballenas están en peligro de extinción pero no es así. Quizá la confusión se deba en parte a que algunas poblaciones de ciertas especies están en peligro.

Por ejemplo, la población de ballena gris del Pacífico occidental (costa de Asia) está en peligro de desaparecer (211 individuos) lo que no significa que la especie ballena gris esté en peligro de extinción. Cabe también aclarar que la CBI maneja poblaciones de ballenas y no especies, y las estimaciones de abundancia varían entre cuencas oceánicas y especies.

Por ejemplo, la población de ballena minke del hemisferio sur se estima en aproximadamente 700 mil individuos mientras que la del Pacífico noroeste en 25 mil. En contraste, la población de ballena franca del Atlántico norte está en peligro de extinción con alrededor de 350 individuos. A diferencia de lo anterior, la población de ballena jorobada del Pacífico norte se estimó para el año 2004 en 20 mil individuos. En particular para el Pacífico mexicano la estimación de abundancia fue de 5 mil 928 ballenas.

Por su parte, l as ballenas azules del Pacífico noreste representan el remanente poblacional más grande a nivel mundial y, de acuerdo con las estimaciones actuales (2 mil-3 mil ballenas), esta población es la más saludable en comparación con la del Océano Atlántico y Antártico. Así, en México se tienen datos de que hay un buen estado de las poblaciones de ballena gris, jorobada y azul.

También como fruto del esfuerzo realizado en materia de protección a cetáceos (ballenas, marsopas y delfines), se publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo por el que se establecen como área de refugio para proteger a las especies de grandes ballenas de los subórdenes Mysticeti y Odontoceti todas las aguas mexicanas.


Ballena jorobada. Paloma Ladrón de Guevara

Una de las paradojas que enfrenta la CBI es que, a pesar de la moratoria a la caza comercial implementada en 1986, se siguen matando ballenas por objeción de Noruega, bajo reserva de Islandia y por la caza científica del Japón. Cabe aclarar aquí un error cometido frecuentemente por autores de varios artículos que señalan que la cacería de estos países es ilegal. La Convención Internacional para la Regulación de la Caza de la Ballena, que dio origen a la CBI, bajo los términos del Artículo V establece que cualquier miembro de la CBI tiene derecho a oponerse a una modificación del reglamento dentro de plazos determinados.

Como consecuencia, ese miembro no está obligado por la enmienda en particular a menos que y hasta que se retire su objeción. Es en este sentido que Noruega e Islandia llevan a cabo su caza comercial. El caso de Islandia es particularmente lamentable. Abandonó la CBI por no estar de acuerdo con la moratoria; sin embargo, reingresó en 2002 con una reserva al Artículo 10(e) del reglamento que establece que las cuotas de caza comercial son de CERO. Noruega en cambio, a pesar de no estar de acuerdo, interpuso su objeción y se ha mantenido como país miembro de la comisión.

El caso de Japón y la caza científica es semejante. La Convención en su Artículo VIII permite a cualquier Estado miembro a conceder a sus nacionales un permiso especial para “matar, capturar o tratar ballenas con fines de investigación científica”, con sujeción únicamente a las condiciones que se consideran adecuados por dicho Estado miembro. Este mismo artículo establece que los Estados están obligados a procesar las ballenas y a transmitir la información científica recogida de la investigación al organismo designado de la comisión. Es decir, Japón cumple con el Artículo VIII. El problema es el abuso que hace en el uso de este artículo, al llevar a cabo una caza comercial disfrazada de caza científica.

México también se ha distinguido por su liderazgo dentro del CBI y ha criticado la postura de Japón y cuestionado los resultados de los programas JARPA, JARPANPI y II (Programa Japonés de Investigación en el Antártico y Pacífico Norte, respectivamente). En cuanto a los permisos científicos, nuestro país afirma que no se justifican esos permisos de caza científica porque después de casi 20 años del proyecto JARPA y de sacrificar alrededor de 11 mil ballenas minke, no se tienen resultados concluyentes, ni se ha contribuido al conocimiento de conservación de ballenas. Este programa no tiene las características de una investigación de excelencia y no cumplió con el objetivo principal de estimar la tendencia de la población, la mortalidad natural y la estructura poblacional.

México también ha puntualizado que no se justifica este tipo de investigación cuando no tiene un impacto directo o es absolutamente indispensable para el manejo de cualquier población de ballenas. En el caso del Programa JARPN-II en el Pacífico, la situación no es muy diferente. Una lectura rápida al reporte indica que este programa, al igual que el anterior, sigue careciendo de objetivos claros o es insuficiente la especificación de los objetivos del programa; en general, carece de una base sólida sobre el estado de los conocimientos de los estudios del ecosistema marino; hay un tratamiento consistentemente pobre e inadecuado de la incertidumbre, de modo que para la mayoría de los objetivos, no es posible evaluar si el trabajo realizado representa un avance respecto a los niveles anteriores de comprensión.

En lo referente a revisión anual de cuotas de la caza de subsistencia, México no apoyó en 2008 la solicitud de Groenlandia de cacería costera de ballenas jorobadas porque no había demostrado adecuadamente su “necesidad” (need; en el sistema de la CBI, los países que representan la caza de ballenas de subsistencia aborigen deben demostrar periódicamente su necesidad para la captura de ballenas a la comisión) y porque no hay un factor de conversión (toneladas de carne de ballena ~ número de ballenas) aceptado por la comisión para poder determinar la “necesidad” de los groenlandeses.

En repetidas ocasiones, los países balleneros han criticado a la CBI de ser disfuncional, lo cual es falso. Una prueba de ello es que gracias al trabajo de su Comité Científico se han recuperado 17 stocks de ballenas.

Motivados en parte por las preguntas de qué debe hacer la CBI para impedir que se cacen ballenas y de que las cuotas y el número de especies cazadas vayan en aumento, se inició un proceso para definir el futuro de la comisión. México ha señalado respecto de este proceso que “desde sus primeras etapas hasta la fecha, los debates sobre el futuro de la CBI han estado marcados por signos que son difíciles de interpretar como positivos (cuando un proceso de negociación se está desarrollando en un organismo multilateral) ya que en el proceso de demostrar su voluntad de iniciar el diálogo y las negociaciones, hay países (por ejemplo, Noruega) que se han involucrado unilateralmente en procesos de exportación-importación de carne de ballenas, mientras que otros (Islandia) aumentaron su cuota de caza de ballenas en un orden de magnitud”.

México ha tomado muy en serio este proceso y ha invertido mucho tiempo y recursos en ello, y ha exigido que todos los participantes por igual se tomen esto en serio, tanto en acciones fuera como dentro del seno de la CBI , para generar el ambiente de confianza necesario para negociaciones productivas. Esto incluye la participación de la sociedad civil organizada en las discusiones.


Ballena gris

En la pasada reunión de la CBI (reunión núm. 61), celebrada en junio de 2009, la delegación mexicana participó con una posición activa basándose en el conocimiento científico e impulsando una postura conservacionista, con diplomacia y respeto hacia otras idiosincrasias y con el apoyo mutuo de los otros países latinoamericanos. Asimismo, en 2009, México, junto con Australia, Argentina, Brasil y Sudáfrica, presentó al Comité de Conservación una propuesta para realizar una reunión en la cual se discutan las mejores prácticas y la forma más responsable de realizar a la observación de ballenas con fines turísticos en diferentes países.

La postura de México en la Comisión Ballenera Internacional se puede resumir en los siguientes puntos:

•  Es política de México la conservación de las ballenas a largo plazo y apoya a la CBI como el único foro multilateral responsable para el manejo y conservación de las ballenas.

•  No se considera necesaria la investigación letal para el manejo de ballenas, ya que hay diversas tecnologías (genética, química analítica, isótopos, marcas de satélite, acústica, etc.) que pueden contribuir a un manejo adecuado de las poblaciones de ballenas.

•  México no apoyará la petición de Japón de caza costera de pequeña escala.

•  México da su apoyo irrestricto a la moratoria a la caza comercial de ballenas.

•  México ha apoyado la participación de las organizaciones no gubernamentales en las reuniones de la CBI , participación que debe mantenerse y mejorarse para tener una mayor participación de sociedad.

El liderazgo de México y su congruencia en la conservación de las ballenas le ha valido el reconocimiento internacional de varios gobiernos y organizaciones no gubernamentales.

A partir del 2001, la representación de México ante la Comisión Ballenera Internacional pasó a ser competencia de la Semarnat , a través del Instituto Nacional de Ecología. Desde entonces, cada año se ha realizado el evento “Diálogo por las Ballenas” (anteriormente denominado Foro sobre Ballenas). La finalidad del evento ha sido tener un diálogo con la academia y la sociedad civil sobre la situación de las ballenas, la investigación que se lleva a cabo en México sobre este tema, así como socializar la posición que llevará nuestro país ante la CBI en su próxima reunión y enriquecerla con las aportaciones de la sociedad.

Este evento de “Diálogo por las Ballenas”, que la Semarnat, a través del INE y de la Unidad Coordinadora de Participación Social y Transparencia ha realizado desde el año 2001, surgió por iniciativa de la propia secretaría y es de los pocos eventos donde se discute la agenda de México entre varias secretarías y la sociedad civil y se ha sido consecuente con lo que se dice en el “Diálogo por las Ballenas” y posteriormente en la CBI. El llevar a cabo este tipo de eventos es importante para seguir abriendo espacios para desarrollar entre todos los actores involucrados en la protección y conservación de las ballenas un diálogo transparente y un intercambio fructífero de ideas en torno a los temas centrales de la agenda de la Comisión Ballenera Internacional.

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