DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   2 DE FEBRERO DE 2010 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

México ante la Comisión Ballenera Internacional
Paloma Ladrón de Guevara Porras

Puntos clave de la historia de la Comisión Ballenera Internacional
Lorenzo Rojas y Horacio de la Cueva

La observación de ballenas
Refugio Chávez y Horacio de la Cueva

El Santuario Ballenero Mexicano

La ballena gris, afectada por el calentamiento global

La Antártica se calienta
Elsa Cabrera


Correo electrónico:

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La ballena gris,
afectada por el calentamiento global


Ballena gris

El número de ballenas grises que acudió el invierno pasado a las costas de la península de Baja California para reproducirse fue menor a la temporadas anteriores debido al calentamiento global.

Así ha ocurrido los últimos tres años y la causa es que dicho calentamiento provocó ya un descenso del zooplancton, el alimento principal de las ballenas en el mar, sostiene Alejandro Olvera, coordinador de la campaña de océanos y costas de Greenpeace. En años anteriores, la media era de 3 mil ballenas anuales, pero en la temporada 2006-2007 únicamente se registró un millar, agregó. Se desconoce el número de ballenas que arribó en la actual temporada invernal.

La Secretaría de Medio Ambiente confirmó el descenso, pero asegura que no se debe a causas originadas en México, sino al camino que siguen los cetáceos para llegar a las aguas de Baja California.

La ballena gris (Eschrichtius robustus) recorre unos 16 mil kilómetros en su viaje de ida y vuelta desde el mar de Bering, junto a las costas de Alaska, hasta su zona de reproducción en México, en las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio y la bahía Magdalena. Da a luz a una cría cada dos años. La población americana de estos cetáceos asciende a cerca de 20 mil ejemplares. Otro centenar puede encontrarse en el resto del mundo: en el Pacífico noroeste, en aguas de China, Japón, las dos Coreas y Rusia.

Los cetáceos acuden puntualmente a su cita mexicana cada diciembre y retornar al mar de Bering a finales de febrero y comienzos de marzo.

Al efecto adverso del cambio climático se agregan dos factores más: la peligrosidad del aumento del tráfico marítimo y el narcotráfico. Lo anterior, según el secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Juan Elvira, quien insiste por ello en la importancia de trabajar conjuntamente con países como Estados Unidos o Canadá. Elvira opina que gran parte de las ballenas que fallecen en aguas de México se debe al uso que hacen los narcotraficantes de señales que llevan cianuro, problema contra el que, asegura, están luchando los cuerpos de seguridad del Estado.

Los narcotraficantes utilizan un compuesto químico para marcar las zonas donde lanzan sus envíos de cocaína. Al mezclarse con el agua ilumina la zona con un color fluorescente que permite a sus contactos localizar la droga. Pero puede ser letal para las ballenas.

La ballena gris nada cerca de la costa lo que permite a cientos de turistas contemplarlas, tenerlas cerca y hasta acariciarlas. Esto es posible especialmente de diciembre a febrero. La derrama económica por dicha actividad beneficia especialmente a las poblaciones locales.

El informe de WWF/Adena y de la Whale and Dolphin Conservation Society

Un nuevo informe de estas importantes organizaciones alerta que las ballenas, los delfines y las marsopas se enfrentan en la actualidad a nuevas amenazas p rocedentes del cambio climático, que originará desde el aumento de temperatura del mar y la pérdida de salinidad del agua marina por derretimiento de los hielos y aumento de las precipitaciones, hasta el aumento del nivel del mar.

El informe Whales in hot water? menciona también la pérdida de hábitats polares helados y la disminución de las poblaciones de krill (camarón minúsculo que depende del hielo flotante y constituye el alimento principal de las grandes ballenas) en áreas clave.


Ballena yubarta

El cambio climático acelerado, indica también Adena, se une a otras alteraciones derivadas de las actividades humanas, como la contaminación química y acústica, la colisión con buques y el enredo en las artes de pesca, que matan unos mil cetáceos al día en los mares del mundo.

Según Mark Simmonds, director científico de la WCDS, las ballenas, delfines y marsopas tienen cierta capacidad de reacción a un medio ambiente cambiante, “pero el clima está variando con tal rapidez que no está nada claro que los cetáceos se muestren capaces de adaptarse ”. Estima que muchas poblaciones van a ser muy vulnerables a los cambios, mucho más de lo que los científicos han predicho.

Ante estas previsiones, la WDCS y WWF/Adena instan a los gobiernos a reducir las emisiones mundiales de CO2 un 50 por ciento, como mínimo , para mediados de siglo. Tienen para ello un argumento de peso, irrefutable: el último informe del Panel Intergubernamental del Clima demostró que es posible detener el calentamiento del planeta si las emisiones mundiales comenzaran a disminuir antes del 2015 .

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