Economía
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Las economías van a depender cada vez más del crecimiento interno para reactivarse

El impacto de la crisis fue modesto, dice Carstens; augura estabilidad y empleo

Los aumentos de impuestos y de precios de combustibles tendrán efectos transitorios, afirma

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El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, en la reunión efectuada en MadridFoto Notimex
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de febrero de 2010, p. 22

Madrid, 2 de febrero. El gobernador del Banco de México (BdeM), Agustín Cartens, señaló que aunque lo peor de la crisis financiera y económica internacional ya pasó, todavía hay una serie de riesgos que ponen de nuevo en peligro la ligera recuperación alcanzada en México y en el resto de América Latina. Pero Carstens también tuvo palabras más optimistas, al afirmar que el impacto de la crisis en la región fue modesto y se logró navegar relativamente bien durante esa etapa.

Carstens viajó de Davos, Suiza, a Madrid para participar en el foro Fortaleciendo la integración transatlántica: América Latina, España y Estados Unidos, en la que se analizó la actual situación financiera, económica y comercial del subcontinente con las tasas de desigualdad y pobreza más altas del planeta.

El recién nombrado gobernador del Banco de México ofreció su particular visión de las consecuencias de la crisis –que comenzó, según sus propios datos, en el último trimestre de 2008 y habría terminado a finales de 2009–, además de sus pronósticos para los próximos años, en los que auguró estabilidad, control inflacionario y creación de empleos.

A pesar de la opinión generalizada de que América Latina ha sido una de las grandes perjudicadas de la crisis, Carstens insistió en su peculiar teoría de que el impacto de la crisis fue modesto. Tras reconocer que ha sido la crisis más profunda que hemos vivido desde los años treinta, el funcionario mexicano señaló que en esta ocasión logramos navegar en esta crisis relativamente bien, sobre todo porque los países latinoamericanos, en general, teníamos nuestra casa en orden.

Defendió las medidas contracíclicas adoptadas por la mayoría de países de América Latina, pero advirtió que la historia (de la crisis) todavía no termina.

Destacó que la principal lección de la crisis es la apremiante necesidad de la economía mexicana por diversificarse y no depender tanto de Estados Unidos.

Consideró que el momento más álgido de la crisis ha pasado, pero hacia delante vamos a enfrentar periodos más o menos drásticos que dependerán de la intensidad del choque de la demanda, y de los problemas que han surgido en los países industrializados, lo que nos hará enfrentar un periodo de crecimiento económico fiscal positivo, pero mucho más lento del que teníamos antes. Por lo tanto las economías latinoamericanas, y también la de México, van a depender cada vez más del crecimiento interno para reactivar su economía.

El funcionario reconoció que la velocidad e intensidad de la recuperación de la economía nacional dependerá en gran medida de hasta qué punto se reducen los gastos de las “familias americanas (de Estados Unidos)”, sobre todo en los bienes duraderos que se exportan desde México.

Asimismo reconoció un riesgo aún mayor: que surjan uno o varios periodos de inestabilidad financiera como el que originó la pasada crisis, ante el retiro de los multimillonarios programas de estímulo monetario y fiscal activados por las principales potencias económicas, sobre todo Estados Unidos.

Carstens incluso afirmó que en 2010 habrá una recuperación mundial, en la que el sector de los países emergentes van a ser los que estarán jalando más de la carreta y subiendo el PIB.

A juicio del funcionario mexicano, la mayoría de los países industrializados recuperarán sus tasas de crecimiento positivos, con la excepción de Japón que seguirá teniendo cifras preocupantes de crecimiento.

América Latina ya empezó a recuperarse en las exportaciones, pero –según Carstens– también se vislumbran signos de mejoría en el sector de la producción industrial, sobre todo de los productos manufacturados, con lo que se espera que la región crezca por encima de 5 por ciento. México crecerá por debajo de la media, a 4 por ciento.

Carstens calificó 2009 como un año muy feo para México, pues a la crisis se sumó el efecto en la economía y el comercio de la alerta sanitaria por la influenza, con lo que el PIB cayó a menos de 7 por ciento.

Sobre la inflación señaló que las consecuencias de los aumentos de impuestos y de los precios del combustible serán transitorias, con lo que se prevé que la inflación repunte temporalmente a lo largo de 2010 –cuando se situará por encima de 5.3 por ciento–, pero que a fines de 2011 volverá a su rango meta. Añadió que se esperan crear 350 mil empleos el próximo año.