jornada


letraese

Número 163
Jueves 4 de febrero
de 2010



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

opiniom


Católicas por el Derecho a Decidir

La homofobia no es un mensaje cristiano. La sexualidad es un
don de Dios

Amar es el principal mensaje de Jesús, pero no un amor basado en el sufrimiento, en las culpas o en la exclusión, sino un amor basado en la misericordia y en el respeto a la dignidad de las personas. El Reino de Dios se construye con base en la dignidad, en levantar a los humillados y lastimados de la historia; no se construye con base en la discriminación o en la ofensa. Todo seguidor de Jesús tiene que sanar y restaurar la vida para contribuir al Evangelio. La discriminación no sana ni restaura la vida, por el contrario, la discriminación hiere a las personas. Por tanto, el mensaje que debe difundirse es precisamente el de amor, el de respeto; debe eliminarse todo aquello que promueva la exclusión y la discriminación.

Desafortunadamente la jerarquía de la Iglesia católica ha estado a la cabeza de mensajes que provocan discriminación hacia homosexuales y lesbianas. El rechazo y la condena por parte de nuestra Iglesia a la reciente reforma en el Distrito Federal, en la que se permite el matrimonio y la adopción de menores a parejas del mismo sexo, ha dejado ver esta segregación. Si la jerarquía dedicara esta misma fuerza y tiempo a luchar por una vida digna con salarios justos, vivienda, salud, educación, realmente estaría contribuyendo al Reino de Dios.

Es muy triste y lamentable reconocer que infinidad de lesbianas y homosexuales han sido lastimados por la Iglesia católica. Creemos fundamental que la jerarquía de esta Iglesia entienda el daño que produce con sus mensajes, a miles de personas cuya única diferencia es una orientación sexual distinta a la heterosexual.

Como católicas anhelamos una Iglesia realmente comprometida con las personas cuya dignidad es mancillada en el mundo contemporáneo, que restaure la vida, que oriente y guíe en el mensaje cristiano, que valore a cada una de las personas, independientemente de su sexo o de su orientación sexual, anhelamos una iglesia que sea continuadora del mensaje de Jesús; mancillar la dignidad de las personas, provocar la persecución, el odio, la homofobia no es un mensaje cristiano. Consideramos que es tiempo de reconciliarnos con nuestra fe, con el amor a nuestra Iglesia. Es tiempo de encontrarnos con ese Dios misericordioso que nos ama, ese Dios del cual fuimos hechos a imagen y semejanza. Mujeres y hombres, independientemente de la orientación sexual, somos cuerpo de Cristo, y cada una y cada uno en particular somos miembros de Él.

Quienes integramos Católicas por el Derecho a Decidir deseamos ofrecer palabras de aliento a estas personas que han sido lastimadas:

* A Jesús le interesaba la vida de la gente más que cuestiones religiosas. El Reino de Dios consistía en sanar y restaurar la vida. La jerarquía tendrían que sanar la vida y la discriminación no sana.
* Jesús murió por todas y todos y nos invita a amar sin excepción. Todas las personas, independientemente de su orientación sexual, merecemos ser amadas y amados.
* La sexualidad es un don de Dios, no importa cuál sea su orientación. Querer negar esto, sería como decir que Dios no sabe hacer bien las cosas, que se equivocó. La orientación sexual es innata. La Biblia enseña que Dios vio todo lo creado y lo llamó bueno.
* La orientación sexual no incide en la dignidad de las personas. Una persona es más digna o indigna por lo que hace, no por su orientación sexual.
* La Biblia es la palabra de Dios pero también es palabra de humanos. Los autores, aunque inspirados en Dios, escriben en ocasiones, desde su condición humana, frágil y herida. Dios es amor, así que cuando leamos algún pasaje que no nos comunique amor, debemos preguntarnos si en verdad expresa la voluntad divina.
* Es fundamental en la fe cristiana creer que nuestra conciencia tiene prioridad sobre cualquier tradición, enseñanza o costumbre. Esto es parte de la enseñanza católica. La autoridad última es Dios.

La homosexualidad y el lesbianismo son otras de tantas formas que tenemos para acercarnos a Dios y vivir el Evangelio. Si realmente creemos en nuestro glorioso Señor Cristo Jesús, no hagamos diferencia entre las personas (Santiago 2:1). Con mayor razón, cuando esas diferencias son usadas para promover discriminación.


S U B I R