Sociedad y Justicia
Ver día anteriorLunes 8 de febrero de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

A 100 años de su creación, la institución es más democrática y eficiente: presidente nacional

Logra la Cruz Roja recuperar su prestigio tras el conflicto de 1998

Ha renovado 70% de ambulancias y el nosocomio, de los mejor equipados del mundo, dice

Foto
Instalaciones de la Cruz Roja, institución que este año cumplirá un sigloFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de febrero de 2010, p. 39

A toda prisa llegó el jovencito. Buscaba ayuda para un hombre que había sido golpeado por un grupo de personas y estaba en el piso, frente a la Alameda Central. Dos estudiantes de medicina lo escucharon y, luego de cruzar miradas, sólo atinaron a ponerse unas batas blancas antes de salir corriendo en busca del herido. Lo encontraron y con la misma carrera lo llevaron a lo que entonces apenas era un puesto de urgencias. Era abril de 1911 y ése, el primer servicio de ambulancias que prestó lo que ya se conocía como la Cruz Roja.

Un año antes, el 21 de febrero de 1910 y a instancias de mujer, la señora Luz González Cosío de López, el entonces presidente Porfirio Díaz había expedido el decreto de creación del organismo, cuya misión sería la organización de los servicios médicos que requiriera el Ejército en tiempo de campaña.

Así se cuenta la historia de la benemérita institución en el libro Una obra de mexicanos en beneficio de la humanidad, elaborado con motivo de su 85 aniversario. Ahí mismo se refiere que muy pronto se impuso la necesidad de ampliar el campo de acción de la Cruz Roja Mexicana en beneficio de la sociedad en general; en principio, a los heridos de la Revolución Mexicana; desde siempre, a las víctimas de desastres naturales y a todo aquel que sufriera un accidente.

Hoy, a 100 años de su creación y a 12 de la crisis interna que minó la confianza que hasta entonces había tenido de la sociedad, esta institución de asistencia privada ya no vive de la caridad y cada vez más trabaja con eficiencia de empresa, afirma Daniel Goñi Díaz, presidente nacional del organismo.

Asegura que el actual es un periodo de mayor democracia y eficacia. Con amabilidad elude referirse al conflicto que se suscitó en 1998 con las declaraciones del entonces presidente de la institución José Barroso Chávez, ya fallecido, en contra de la efectividad del condón para prevenir la transmisión del VIH/sida.

Barroso, que en ese entonces ya contaba con el nombramiento de presidente vitalicio, criticó que el gobierno federal destinara dinero a la compra de medicamentos para las personas que viven con VIH/sida y también se lanzó contra los métodos de planificación familiar.

El empresario fue señalado por haber violentado los principios de la Cruz Roja, principalmente la neutralidad, la imparcialidad y la humanidad. Al cabo de unos meses surgió información sobre supuestas irregularidades en el uso de los recursos de la benemérita institución y la acusación de la Junta de Asistencia Privada sobre la falta de transparencia e incumplimiento de las reglas por la administración de Barroso Chávez.

El conflicto alcanzó tal nivel que el empresario compareció ante senadores y se suspendieron los donativos que la Cruz Roja recibía del extranjero para apoyar a los desplazados del conflicto en Chiapas.

Ese ciclo se cerró en 2002, con el cambio de los estatutos de la institución, la exclusión de los ex presidentes de los órganos de decisión y el resolutivo de la Asamblea Nacional de prohibir la relección indefinida de los titulares. Para entonces Barroso Chávez había sido presidente durante más de 10 años en diferentes periodos.

Ahora, explica Goñi Díaz, el cargo de presidente dura tres años, con posibilidad de una relección. Nada más. Es muy sano que quienes presiden la Cruz Roja hagan en un tiempo limitado su mejor esfuerzo y luego permitan que nuevos elementos, con entusiasmo y diferentes maneras de resolver las cosas, tomen las riendas. Eso es lo que nutre a la institución.

Respecto a la confianza de la ciudadanía, asegura que se ha recuperado totalmente y menciona como evidencia el incremento en el monto de los recursos económicos obtenidos en las colectas nacionales, a pesar de la crisis económica. Dice que en 2009 la Cruz Roja obtuvo más de 250 millones de pesos. El año anterior el monto fue de 240 millones.

La sociedad sabe, dice, que por cada peso que nos dan, cuatro centavos se destinan a los gastos administrativos y 96 se van a los servicios que prestamos, entre servicios médicos, de ambulancia, y atención de urgencias y desastres.

Otra evidencia de la confianza de las personas en la institución son las actividades de acopio de ayuda humanitaria para los damnificados por el sismo en Haití. La mayor cantidad de productos se recibieron en las sedes de la Cruz Roja, dice Goñi.

La gente sabe que su ayuda llegará a quien lo necesita en el menor tiempo posible. Así pasó cuando las inundaciones en Tabasco en 2007. Lo que recibíamos se ponía en las manos de los afectados en las siguientes 24 horas. No hay otro mecanismo más rápido que la Cruz Roja.

Ambulancias

Hasta hace poco, el tema de las ambulancias era un problema importante, reconoce Daniel Goñi, y explica que en 2006 se inició un proceso de renovación de las unidades, algunas de las cuales ya acumulaban más de un millón de kilómetros recorridos.

Esas unidades viejitas nos encarecían y nos hacían menos eficiente el trabajo, admite. Con apoyo de la Fundación Gonzalo Río Arronte, el Nacional Monte de Piedad y una televisora se han comprado 600 nuevas ambulancias, lo que representa un avance de 70 por ciento.

Para el presidente de la Cruz Roja la meta es clara: nuestro servicio debe ser igual al de cualquier empresa privada. El mismo precepto se aplica a la atención médica que prestan sus hospitales.

Antes, recuerda, en los nosocomios teníamos equipos que en otros lados ya no querían. Hoy, el Hospital Central (de Polanco) es el mejor equipado y eficiente de la institución a escala mundial.

Pronto abrirá sus puertas un hospital nuevo en Oaxaca, el cual será el segundo más grande del país. Uno más está ya en Atotonilco de Tula, ciudad anexa a donde se planea construir una refinería, y otro en Guadalajara.

La Cruz Roja, afirma, se ha adaptado a las necesidades de los mexicanos, porque aunque la prestación de servicios de salud es una obligación gubernamental, apoyamos como iniciativa privada y sin fines de lucro.