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Era una mujer vibrante, expresó funcionaria del Centro Universitario de Teatro

Murió Esther Seligson, notable escritora, traductora y docente en arte teatral

Yo no tengo obsesiones, tengo pasiones, manifestó en una entrevista con La Jornada

El día 20 tenía previsto presentar su libro más reciente, Cicatrices, en la feria de Minería

Foto
Esther Seligson en su casa, en imagen de 2005, durante una entrevista con La JornadaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Martes 9 de febrero de 2010, p. 5

La historiadora, escritora, traductora y poeta Esther Seligson (DF, 1941), quien fue apasionada y apasionante creadora, falleció de manera sorpresiva la mañana de ayer debido a un infarto, informó Anabel Rodrigo, titular de la secretaría académica del Centro Universitario de Teatro (CUT), de la Universidad Nacional Autónoma de México, institución teatral de la que la maestra Seligson fue fundadora y catedrática.

Nacida en una familia judío-mexicana, desde muy joven se inclinó por el estudio de las letras españolas y francesas, así como por la historia de su pueblo, por lo que impartió cursos sobre el pensamiento judío en diversas sedes.

A lo largo de su trayectoria colaboró en diversos diarios y revistas de México y, entre otros, tradujo la obra del poeta Edmond Jabés y del filósofo Emile M. Cioran. En 1973 fue distinguida con el Premio Xavier Villaurrutia por su novela Otros son los sueños y en 1979 obtuvo el Premio Magda Donato de Literatura.

Para el 20 de febrero, en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, Esther Seligson tenía previsto presentar su libro más reciente, titulado Cicatrices (Páramo Ediciones)

Siempre estuvo vinculada al CUT

Esther Seligson transitó por la novela, el ensayo, la poesía, el cuento y la docencia. Su fallecimiento fue una sorpresa para todos, comentó Anabel Rodrigo. Todavía un grupo de alumnos del tercer grado del CUT, la visitó la noche del domingo; y hasta donde sabíamos la maestra estaba bien de salud.

Yo no tengo obsesiones, tengo pasiones, manifestó en entrevista con este diario (La Jornada, 7/07/05), a propósito de su libro Viaje a campo traviesa, que reúne 65 ensayos y cinco entrevistas realizadas por Seligson a personajes como Octavio Paz, Julio Castillo y Ludwik Margules.

Pasiones entre las que se cuentan, estudiar, dar clases, viajar, escribir y el teatro. Los personajes que a mí me acompañan son en su mayoría personajes del teatro más que de la narrativa. La gente de teatro me apasiona, son los locos más reales que tienes enfrente. Su trabajo es algo efímero, ese sentimiento de que en el teatro ves una puesta en escena y al día siguiente no va ser la misma, comentó en esa charla.

Muestra de esa pasión es su libro Para vivir el teatro, que abarca varias décadas de la historia del arte dramático en México, sobre todo del teatro universitario.

Hay otros textos y libros de la maestra Seligson que tanto por sus influencias místicas como por su incorporación de mitologías y arquetipos, son considerados sumamente complejos, pero con una prosa siempre bella y reveladora.

Al respecto, no le preocupaba que calificaran su obra de difícil. Explicó en cierta ocasión: La literatura, y que me perdonen, no ésta escrita para los ignorantes, lo siento muchísimo, de ninguna manera; un inculto no puede leer nada. La literatura es de todos, menos de los ignorantes.

Luego de radicar entre 2002 y 2005 en Jerusalén, Esther Seligson regresó a México. Siempre estuvo ligada al CUT, donde impartió desde Historia del teatro hasta Historia de las ideas.

Antes de su fallecimiento impartía el seminario de su propia creación e iniciativa, titulado Teatro y mito. Seligson fue una mujer vibrante, apasionante y apasionada por el quehacer literario y teatral, por el conocimiento y la vida como pocas las ha habido.

De acuerdo con Anabel Rodrigo, ya que los familiares de la maestra viven en Estados Unidos e Israel, se espera se sigan los rituales funerarios judíos. Posiblemente hasta el miércoles será sepultada en el Panteón Israelita, entre tanto, su despedida será privada, como se acostumbra en el ritual ortodoxo judío.