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La nicotina se queda adherida a las superficies, aun después de horas o días, destacan

El humo del tabaco causa daños a fumadores de tercera mano

Las sustancias potencialmente nocivas afectan sobre todo a los niños pequeños, según investigación realizada por especialistas de la Universidad de Berkeley, en California

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Fumar a la intemperie es mejor que en interiores, pero los residuos de nicotina se pegan a la piel y la ropa del fumador. La imagen, en La HabanaFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de febrero de 2010, p. 2

Primero vino la evidencia de que fumar produce cáncer de pulmón. Luego los investigadores encontraron que el fumador pasivo o de segunda mano está expuesto a ciertos padecimientos crónicos, y ahora un estudio ha dirigido un índice acusador a los efectos del humo del tabaco en fumadores de tercera mano.

Científicos han encontrado que se producen cantidades significativas de sustancias químicas en superficies interiores contaminadas por humo de tabaco, aun cuando el fumador haya salido de la habitación horas o incluso días atrás.

Las sustancias potencialmente dañinas en este humo de tercera mano están presentes en sillas, mesas, alfombras e incluso en la piel, en cantidades suficientes para representar un peligro para los no fumadores, en particular niños pequeños, según un análisis de agentes cancerígenos producidos por la interacción del humo rancio de cigarrillo y otros contaminantes en ambientes cerrados.

Se descubrió que la nicotina puede adherirse durante días a superficies cerradas, en las que interactúa con el ácido nitroso formado a partir del óxido nitroso que emiten los escapes de automóviles y los aparatos que funcionan con gas. Al combinarse, las dos sustancias químicas forman nitrosaminas específicas del tabaco, las cuales pueden causar cáncer, señaló Mohamad Sleiman, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en California.

El concepto de fumador de tercera mano surgió de un estudio realizado hace un año por Jonathan Winickoff, del Centro Harvard del Cáncer, en Boston, quien afirmó que el mobiliario blando, la ropa y otras superficies pueden albergar un coctel de toxinas durante horas o aun días después de que se apaga un cigarrillo. Este efecto es particularmente agudo en espacios confinados, como un automóvil o una habitación pequeña.

El estudio más reciente intentó analizar las toxinas presentes y cuantificar el riesgo. Descubrió que algunas de las sustancias más nocivas se producen cuando la nicotina, a la que no se considera por sí misma uno de los constituyentes dañinos del humo del cigarrillo, interactúa con el contaminante óxido nitroso, creado por la combustión de la gasolina o el gas.

Las mediciones de tiempo revelaron una rápida formación de nitrosaminas, en la primera hora. Dada la absorción rápida y persistente de altos niveles de nicotina en superficies interiores, incluso ropa y la piel humana, nuestros hallazgos indican que el fumador de tercera mano se encuentra en un riesgo de salud hasta ahora no apreciado por exposición de la piel, inhalación de polvo e ingestión, explicó el doctor Sleiman.

Altas concentraciones

El estudio, publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, halló que los niveles de nitrosaminas se decuplican en el curso de pocas horas después de haberse expuesto a una superficie contaminada con nicotina, hasta concentraciones altas pero razonables de óxido nitroso, unas 60 partes por mil millones. Encontraron niveles similarmente altos de nitrosaminas en la cabina de un taxista que fumaba en exceso.

Fumar a la intemperie es mejor que en interiores, pero los residuos de nicotina se pegan a la piel y la ropa del fumador. Estos residuos siguen a la persona al interior y se dispersan por todas partes, expresó Lara Gundel, quien colaboró en el proyecto.

El mayor riesgo es para los niños pequeños. Es probable que la piel del niño absorba la nicotina cuando el fumador regresa y, si hay ácido nitroso en el aire, como normalmente ocurre, se formarán nitrosaminas, indicó el doctor Gundel.

Hugo Destaillats, miembro del equipo de Berkeley, precisó: Sabemos que estos niveles residuales de nicotina se pueden acumular con el tiempo, y que mediante el proceso de envejecimiento pueden volverse tóxicos para el fumador de tercera mano. Nuestro trabajo realza la importancia de estas reacciones en las superficies interiores, en particular la producción de nitrosaminas, con impactos potenciales en la salud.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya