El pleno de la Cámara de Diputados modificó la ley del Banco de México (BdeM) para que la institución pueda regular el monto de las tasas de interés, activas y pasivas, así como las comisiones que cobran las instituciones de crédito a sus clientes. También obliga al banco central a propiciar que los préstamos o créditos se otorguen en condiciones accesibles y razonables.

La modificación aprobada en la sesión de ayer establece que independientemente de las sanciones previstas en la ley, el Banco de México podrá suspender operaciones con las instituciones de crédito que infrinjan los límites a las tasas de interés, y otorga facultades a la Comisión Federal de Competencia de aplicar sanciones, cuando detecte prácticas que vulneren el proceso de competencia y libre concurrencia en materia de tasas de interés.

Los diputados avalaron el dictamen de la Comisión de Hacienda, en el cual se define que, en materia de control de créditos, el banco central deberá tomar en cuenta las condiciones de financiamiento prevalecientes en el mercado nacional, el costo de captación, los costos para el otorgamiento y administración de los créditos, las probabilidades de incumplimiento y pérdidas previsibles, así como la adecuada capitalización de las instituciones financieras.

Menos comisiones

También se definió que, en materia de regulación, el banco, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios y la Procuraduría Federal del Consumidor deberán vigilar que los bancos únicamente cobren comisiones que se vinculen con un servicio prestado a sus clientes o bien por operaciones realizadas por ellos. Además que no se cobre más de una comisión por una misma operación o cobren comisiones que inhiban el cambio de clientes de una institución financiera a otra.

La reforma también prohíbe el cobro de comisiones por la recepción de pagos de clientes o usuarios de créditos otorgados por otras entidades financieras, por consulta de saldos en ventanilla, o a los depositantes de cheques para abono en su cuenta que sean devueltos o rechazado su pago por el banco librado.