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Preparaban exhibición para desfile conmemorativo del Día de la Fuerza Aérea

Omite Sedena informar sobre accidente de 15 paracaidistas en la base de Santa Lucía

Los obligaron a saltar pese a que las condiciones no eran las adecuadas, según fuentes castrenses

Foto
Un paracaidista de la Fuerza Aérea Mexicana quedó atrapado entre unos cables de alta tensión durante el ensayo de la demostración para la ceremonia por el Día de la Fuerza Aérea, en la base de Santa Lucía, el lunes pasado

Foto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 19

La exhibición previa al desfile conmemorativo del Día de la Fuerza Aérea, que se desarrolló el pasado lunes en la Base de Santa Lucía, tuvo como consecuencia que al menos 15 paracaidistas resultaran con diversas lesiones, quienes fueron internados en el Hospital Central Miliar, confirmaron fuentes castrenses.

Los informantes añadieron que dos de los heridos –fusileros paracaidistas– resultaron con heridas graves, aunque oficialmente la Secretaría de la Defensa Nacional no ha hecho ningún comentario al respecto.

Ese día, 164 fusileros paracaidistas se lanzaron de tres aviones Hércules C-130 (50 de cada uno) y de un avión Arava (14), para demostrarle a los medios de comunicación ahí presentes el espectáculo aéreo que sería presentado dos días después ante el presidente Felipe Calderón.

Sin embargo, el fuerte viento que soplaba ese día en la base aérea, ubicada en el municipio de Tecámac, estado de México, motivó que se retrasaran las maniobras.

Incluso, trascendió que algunos pilotos se acercaron a los mandos militares para advertirles que la velocidad del viento era peligrosa para la maniobra, pero pese a todo, se ordenó que se llevara a cabo.

Las fuentes castrenses consultadas cuestionaron que se haya llevado a cabo el salto de los paracaidistas, porque alguien sugirió que se lucieran ante la prensa, bajo condiciones que no eran las adecuadas y no se atendió la opción que tienen los paracaidistas de negarse a brincar.

Ese día, los fuertes vientos arrastraron a los paracaidistas. Del primer grupo (14), que iba en el Arava y que se supone formaría un polígono de seguridad para que brincara el resto de sus compañeros, uno de ellos tocó tierra incluso fuera de las instalaciones militares; el resto hizo lo que pudo con grandes dificultades por la acción del viento y porque los paracaídas utilizados no les permitían planear el descenso, simplemente amortiguar la caída.

Después le tocó su turno a los que iban a bordo del Hércules C-130, los cuales volaban en fila india. De los 150 que saltaron, uno chocó con un poste de luz y se quedó inerte en el lugar hasta que llegaron sus compañeros para bajarlo y trasladarlo a una ambulancia.

Ninguno de los 164 bajó en el lugar planeado.

Dos días después, el número de paracaidistas que participaron en las maniobras se redujo y a los que brincaron del Arava les cambiaron el paracaídas por uno que sí permite planear la bajada.

En lugar de 14, fueron 13 los que saltaron primero; y en lugar de 50 fueron 30 los que brincaron de cada uno de los aviones Hércules.

Los cambios que se hicieron en el programa, la menor cantidad de viento y la reducción en el número de participantes, permitió que la maniobra realizada ante el presidente Calderón se llevara a cabo sin contratiempos.