Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 14 de febrero de 2010 Num: 780

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Falsa memoria de la nieve
GUSTAVO OGARRIO

Dos poemas
PANOS K. THASÍTIS

Cuando los recuerdos pesan demasiado
MARCO ANTONIO CAMPOS

La Cincuentena
PIEDAD BONNETT

Nadie sabe de amor si no ha perdido
ÁNGEL GONZÁLEZ

Confesiones de un Quijote
JUAN MANUEL ROCA

Dos poemas inéditos
LUIS GARCÍA MONTERO

Vista cansada o por sus versos
JOAQUÍN SABINA

Luis García Montero
JUAN GELMAN

Entre lo maravilloso y lo cotidiano
OCTAVIO PAZ

Un poeta que habla en medio de la plaza
RAFAEL ALBERTI

El teatro es vocación y convicción
RICARDO YÁÑEZ entrevista con
ZAIDE SILVIA GUTIERRÉZ

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
ORLANDO ORTIZ

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Alonso Arreola
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Eddie Palmieri, pianista

Lo peor que le pudo pasar a Eddie Palmieri es que su apellido sonara tan parecido al del Gato Barbieri. Y más porque ambos son leyen das septuagenarias del jazz latino. Claro que el primero es realmen te notable como pianista mientras que el segundo… pues… fue un gran saxofonista que luego decidió, dicho malamente, “tirar aceite”. O sea: lucirse más que componer buena música. ¡Que nos crucifiquen sus fanáticos!, pero definitivamente la trascendencia del neoyorquino Palmieri es mayor que la del argentino Barbieri. En fin, no se trata aquí de levantar polémicas ociosas, gratuitas e injustifi cadas. Disculparán la digresión los lectores que suelen recordar nombres “a medias” y que podrían errar al decir “ah sí, me suena, ¿es Palmieri el del saxofón?”. Dicho esto, intentaremos recomendar el concierto de don Eddie, el pianista, el próximo 5 de marzo en el José Cuervo Salón de la Ciudad de México.

Con casi cuarenta discos en su haber, Palmieri tiene nueve premios Grammy en la vitrina. El primero ganado en los setenta y los últimos en la presente década, lo cual nos habla de una carrera prolífica y continua que ha sabido sobrevivir no sólo a las conocidas derrotas de la industria discográfica, sino a la historia misma del jazz, pues de comenzar en la época dorada del género con las orquestas de Johnny Segui y Tito Rodríguez, Palmieri logró llegar a nuestros días cargando en su memoria los sonidos de Hancock, Monk y Peterson sumados a la matemática latina que tan bien aprendiera en sus años mozos como baterista.


Eddie Palmieri

Fundador del mítico grupo La Perfecta en los sesenta, el músico disfrutó las mieles del éxito al ser uno de los pioneros que agregaron claves, ritmos y cadencias novedosas a lo iniciado por Dizzy Gillespie con el cu-bop, subiéndose a la gigantesca ola que en la Gran Manzana supuso la invención de la salsa. En tal contexto, sus golpes sobre las teclas resultaron necesarios para refrescar un repertorio que luego decaería frente al auge del rhythm&blues, el soul, el disco, el funk y el motown, estilos de los que el pianista también se nutrió llegados los setenta. Luego sumó más experiencias al lado de la orquesta de Fania, Cachao y Justo Betancourt hasta que, inevitablemente y como sucediera a tantos con el naci miento del pop ochentero , la sorpresa de su sonido perdió fuerza y comenzó la decadencia mercantil (por no ahondar en la corrupción del término latino a manos de la dinastía Estefan en Miami y el advenimiento de Ricky Martin en los noventa).

Así, quienes más vendían en los ámbitos del jazz se inmovilizaron y regresaron a los pequeños clubes, o incluso se retiraron prestándose únicamente a grandes festivales. Pero Palmieri continuó cambiando de sello discográfico, manteniendo su discurso, buscando nuevas vías sonorosas. Ejemplos son sus trabajos para Nonesuch, rmm y Con cord Jazz.

Hoy, acompañado por monstruos co mo el trombonista Conrad Herwig (Frank Sinatra, Miles Davis, Quincy Jones, Gil Evans) y el contrabajista Rubén Rodrí guez (Tito Puente, Willie Colón, Celia Cruz, Marc Anthony), la nueva visita de Palmieri promete no sólo lo mejor de un re pertorio valioso para el mundo improvisado, sino para quienes gustan de mover los pies. Al frente de su Afro Cari bbean Jazz Septet, el pianista tocará standards desde una pers pectiva casi orquestal que ahondará en la salsa más po derosa y sofisticada. Cabe señalar, además, la participación del saxofonista cubano Yosvany Terry, quien pese a su bajo perfil ha sido una de las voces más solicitadas en la escena experimental neoyorquina. Así lo muestran sus obras con Steve Co leman, un triunfo de vida tras ese pro yecto desconocido y brutalmente innovador que en La Habana se hizo llamar Columna B.

COLOFÓN A LA INFANZÓN

Por si lo anterior no fuera suficiente pa ra convencer al melómano escéptico, señalamos que esa misma noche com partirá el tinglado de Palmieri el gran pianista mexicano Héctor Infanzón. Acompañado por su cuarteto, este virtuoso compositor establecerá paráme tros interesantes para el neoyorquino. Además, estamos seguros de ello, im provisarán juntos algún tema final. No podemos imaginarlo de otra forma, pues en este mundo estético tales contactos son necesarios, obligados. ¿A dos pia nos o a cuatro manos? Quién sabe. Lo cierto es que el choque será dinamita pura a los oídos de quienes deseen co nocer o reconocer el alma misma del jazz latino, atendiendo a la carga histórica de quienes le dieron curso en Estados Unidos.