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Indignado ante el atropello de la razón, los derechos humanos y la laicidad
 
Periódico La Jornada
Lunes 15 de febrero de 2010, p. a10

Hace unas semanas, la ciudad de México se colocó como referente mundial al anunciarse las reformas a su código civil para legalizar bodas entre personas del mismo sexo.

No obstante, varios grupos de derecha, entre ellos los panistas, impulsan campañas de rechazo a dicha iniciativa.

El escritor Carlos Monsiváis afirma en entrevista con La Jornada que ese vértigo difamatorio, a fin de cuentas medieval, de la derecha, está condenado al fracaso social y cultural, por lo pronto en la ciudad de México.

Explica que esas organizaciones reavivaron con energía la homofobia “exactamente en el momento en que esta palabra tiene ya, para todos, una connotación muy negativa.

Si el odio y los ataques irracionales a lesbianas, gays y transgéneros son vistos como muestra de incivilidad y de insensibilidad moral, además de como ataque a los derechos humanos, nada ganarán los obispos y sus escasos defensores en la prensa nacional al tratar tan mezquinamente a los ciudadanos de una República laica.

A propósito de la encuesta ciudadana que realizó el Partido Acción Nacional (PAN) para conocer la opinión de algunas personas en torno al asunto, el autor de Apocalipstick señala: “Con los datos disponibles, a estas alturas ya son bastantes, el primer resultado es transparente: la intolerancia y su negación de derechos básicos ha recibido un cúmulo de críticas de juristas, escritores, intelectuales, líderes políticos de izquierda, comentaristas, etcétera.

“Esto habla de un sector civilizado que no acepta los espasmos verbales de los partidarios de una ‘guerra santa’ ordenada por el Vaticano. El PAN, sin capacidad de enardecer a las masas, en su cruzada moral hizo una encuestita que no dejó huella, y todas las estridencias de Marianita y César Nava no equivalieron a la sombra de un argumento.

–El llamado ciudadano común, quizá el que se atreve a participar en el desnudo colectivo propuesto por el artista Spencer Tunick en el Zócalo, ¿de verdad se escandaliza ante esa reforma legislativa?

–Ignoro que es hoy el ciudadano común; desde mi perspectiva soy uno de ellos, con una diferencia: la índole de mi trabajo me ha llevado a examinar a diario los procesos informativos y dispongo de un tiempo profesional para informarme, pero mis reacciones son, en primera instancia, las de un ciudadano indignado ante tanto atropello de la razón, los derechos humanos y la laicidad.

Hablas del escándalo ante las reformas de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Se quiso levantar en gran escala, y alguna medida continúa, aunque ya centrado en el tema de la adopción, pero también podría resultar abrumador un episcopado que en 2010 habla de un partido político como instrumento del maligno haciendo presente en la sociedad el misterio de la iniquidad del mal. Aguardo la ceremonia del exorcismo nacional en el Zócalo.