Opinión
Ver día anteriorLunes 15 de febrero de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Astillero

Suertes recicladas

A México revuelto...

Cocina fusión

¿Inviabilidad? ¡Excepción!

Clase Política

El PRI increpa al gobierno

Julio Hernández López
Miguel Ángel Rivera
Dinero

La CIA enmienda datos del desempleo en México

Bancos bajo nuevos controles

¡Si Juárez y Villa no hubieran muerto!

Desde el otro lado

El daño de la Corte

Enrique Galván Ochoa
Arturo Balderas Rodríguez
México SA

A una semana de la inundación

Los mismos discursos tras diez años

Reporte Económico

La industria automotriz en 2009

Carlos Fernández-Vega
David Márquez Ayala
Centenaria

El Imparcial*

Aprender a morir

¿Agotado o incautado?

15 de febrero de 1910
Hernán González G.
Balance de la Jornada

Los contrastes: Chivas históricas y Cementeros deprimidos

Toros
¿La Fiesta en Paz?

Morirse de emoción

Marlene Santos Alejo
Leonardo Páez
Afganistán: crímenes de guerra
E

l sábado pasado, tras una ofensiva por tierra y aire de las fuerzas de ocupación contra Marjah, un presunto enclave talibán en el sur de Afganistán, los mandos militares occidentales se jactaron de estar muy satisfechos por haber dado muerte en esa acción –en la que perdieron la vida un estadunidense y un británico–, a una veintena de combatientes de la resistencia de ese país centroasiático y por haber encontrado una resistencia mínima. El general inglés Gordon Messenger detalló que los talibanes parecían desorientados, desorganizados e incapaces de oponer una reacción coherente. Un día más tarde, el mando ocupante hubo de admitir que 12 de las bajas mortales eran civiles, asesinados por dos misiles que se desviaron de su objetivo e impactaron en una vivienda de Helmand. Horas antes, la ONU había pedido a ambos bandos que evitaran las muertes de civiles.

El Correo Ilustrado

¡Qué manera de celebrar el bicentenario!

M

e pregunto si Felipe Calderón y su colaborador que no quiere ser un cobarde se han preguntado las consecuencias de sus acciones, quebrando y violando los pocos logros que aún quedan vigentes de las tan cacareadas Independencia de 1810 y Revolución de 1910. Quieren celebrar estas fechas con otra revolución, cerrando empresas con cientos de miles de trabajadores que dejaron sin empleo; quieren celebrar la Independencia entregando el país cada vez a un nuevo postor: ayer fue Japón, hoy el duque de York, y así puede seguir la lista, sin contar, claro está, a nuestro generoso vecino, que ha sido nuestro cliente y proveedor desde épocas inmemorables. Quieren celebrar la Revolución volviendo a las tiendas de raya, donde se incita a las gentes con esas grandes ofertas que se anuncian constantemente: endróguese ahora y pague después, hasta en 12 meses sin intereses; con qué se pagará esa deuda si no hay empleos. Quieren celebrar la Revolución abriendo cada vez más el mercado a productos extranjeros, olvidando darle apoyo a los nacionales; quieren celebrar estas fechas manteniendo a un país casi a punto de estado de queda por la violencia que existe. Y para continuar con las celebraciones, la última hazaña: eliminando el derecho de huelga, quieren repetir ese suceso, ¿o ya se les olvidó que cansados de la explotación y condiciones de trabajo los obreros se rebelaron causando una de las más grandes tragedias y represiones de nuestra historia, que fue precisamente en Cananea, en 1906, para después seguir el ejemplo en Río Blanco, en 1907? ¿Es así como quieren festejar el bicentenario?, le pregunto al señor Presidente y a su camarilla de ineptos. Y por último, esto sí para celebrar: ¡bravo!, por la señora Luz María Davila, que sin dejarse intimidar porque estaba frente al Presidente proclamó su queja y descontento, ejemplo a seguir para todos los mexicanos.

Moctezuma derrota a Cuauhtémoc
U

n buen día del otoño de 1890, el nombre de Cuauhtémoc se convirtió en la razón social de una cervecería. Sus fundadores fueron tres empresarios regiomontanos: Isaac Garza, Francisco G. Sada y José A. Muguerza, y el cervecero estadunidense de ascendencia alemana Joseph M. Schneider, así como los sucesores de José Calderón, otro empresario de Monterrey con antecedentes en la industria cervecera y con intervención en el proyecto de la nueva cervecería, quien había fallecido antes de que éste se pudiera concretar.

¡¿Paramilitares?!
S

e ha demostrado que la presencia del Ejército Mexicano en las calles, en labores de policía, es perfectamente ilegal y anticonstitucional, no sólo porque su función es otra (la defensa territorial y de la soberanía del país), sino porque pone en serio peligro la función y significado histórico de la institución.

Abraham Nuncio
Víctor Flores Olea
Razón y derecho
L

a semana pasada, el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) tuvo el acierto de invitar a México, para otorgarle un doctorado honoris causa, al jurista italiano Luigi Ferrajoli, el más conocido y respetado expositor de la doctrina jurídica conocida como garantismo penal, que no es otra cosa que poner los derechos fundamentales de la persona y las garantías procesales como basamento del sistema punitivo.

Día Mundial de los Humedales
A

l fin una excelente noticia en este mar de violencia, declaraciones con las que los más altos funcionarios demuestran que desconocen la Constitución, fanatismo religioso e intolerancia: este sexenio México incrementó la superficie ocupada con manglar a 750 mil hectáreas. ¡Milagro!, claman los ambientalistas y científicos de todo el mundo. La destrucción convertida en logro. Porque las evidencias muestran que cada día disminuye la extensión de este importante ecosistema, protegido por la Ley General de Vida Silvestre.

Bernardo Bátiz V.
Iván Restrepo
Más inestabilidad
L

os signos de inestabilidad que han surgido en días recientes abarcan un espectro muy grande. Están la violencia inagotable en Ciudad Juárez y la desesperación creciente de las familias ante la descontrolada situación, que exhibe la inefectividad de las acciones del gobierno.

Quimeras en extinción
L

a dorada luz del amanecer, casi roja, me hizo entender que el viaje había terminado. Así, temprano, como debe. Los techos de dos aguas de las cabañas en la ribera indicaban que ya estábamos ahí. El motor de la lancha, que nos tenía aturdidos con su berrido desde hacía horas, carraspeó y bajó la velocidad. Viramos. En pocos segundos divisamos el embarcadero entre los juncos. Siempre estuve acostumbrado a que las cosas comiencen temprano, de una vez. En el barrio donde vivo ahora les gusta despertar al sol con cohetes. Estamos tan acostumbrados los vecinos que los tronidos ya no nos despiertan necesariamente. Es opcional. Los perros se enseñaron a estar sosiegos. Al principio se morían de miedo, erizaban el cuerpo y no dejaban de ladrar como posesos, buscando cobijo y dándose tiempo para seguir ladrando. Ahora, ni se inmutan.

León Bendesky
Hermann Bellinghausen
60 Festival de Berlín
De trayectorias en la encrucijada
B

erlín, 14 de febrero. Uno pensaba que una buena manera de empezar este año nuevo chino era viendo una película de Zhang Yimou. Puede ser pero cualquiera menos San qiang pai an jing qi (Una mujer, una pistola y una tienda de tallarines), un remake injustificado de Simplemente sangre (1984), la memorable opera prima de los hermanos Coen. En una aparente venganza contra todas las versiones hollywoodenses hechas sobre cintas asiáticas, Zhang ha optado por volver a contar dicha intriga de adulterio y asesinato en tono de farsa desmedida.

Toros
Guapos los de Xajay
G

uapos los toros de Xajay penetraban en el redondel y una palidez de muerte los acompañaba. Galopaban lanzando cornadas al aire y la lidia se tornaba caótica por parte de las cuadrillas. Mientras, cuajaban caprichosas esculturas de acento grave y negro. Toros de belfo espumoso, cerviz lánguida, altiva la mirada y testículos que la arena acariciaban. El sexto de la corrida de nombre Revuelo armó un revuelo al embestir al caballo en cuatro ocasiones. Recreando la suerte de varas y testificando la bravura del burel que trajo a mal traer a peones y banderilleros, salvándose Beto Preciado, el subalterno poseedor de una torería que destacaba en la tarde torera.

Leonardo García Tsao
José Cueli