Opinión
Ver día anteriorLunes 15 de febrero de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Aprender a morir

¿Agotado o incautado?

A

quel economista menudo que con calzador logró hacerse presidente de la República, que se creyó estadista y amigo de Bush padre y, peor aún, se imaginó más perverso que la Iglesia, indujo al aturdido país a un tratado comercial con Estados Unidos y Canadá tan precipitado como desventajoso. Tras esa torpe medida el tiempo, no sus beneficiarios, se ha encargado de asignar al menudo economista su verdadera talla política, luego de que recubierto de modernismo hizo retroceder un Estado laico a un Estado prosaico, falto de garra, dependiente y vulgar.

Haber escupido en la memoria de Juárez, es decir, en la etapa de pensamiento político-social más esclarecida que ha tenido México –no necesitamos templos, sino escuelas–, fue algo más que falta de respeto a la historia y a la inteligencia del país que pretendió conducir; reabrió la puerta al opositor más peligroso, al avance de la sociedad: el clericalismo y sus intereses seudoespirituales.

Creced y multiplicadólogos contumaces, con un concepto sesgado de la naturaleza humana, enemigos del pensamiento individual y del desarrollo espiritual de la persona, estos nocivos intérpretes de un dios exclusivo y excluyente, a lo largo de la historia han ejercido en los pueblos una influencia tan profunda como los graves daños ocasionados.

Empecinados ahora en la falacia de que un hombre y una mujer están mejor preparados que una pareja homosexual, masculina o femenina, para amar y formar seres humanos, prohíben a esta última la adopción, como si compromiso, sentido común y preparación fuesen cuestión de género. Tras dos milenios de fomentar en los adultos, conscientes o no, la procreación como sentido único del matrimonio, ahora se acuerdan de dar prioridad a los derechos de los niños.

¿Cuántos hijos biológicos y no biológicos son de padres homosexuales pero casados por la Iglesia? ¿Cuántos padres y madres han logrado formar una familia como Dios manda y luego se han atrevido a salir del clóset? ¿El estado de cosas en la actualidad se debe a la educación familiar, escolar o mediática, a las madres, a los padres, a la impreparación de una u otro o a la enajenación de ambos?

¿Se agotó la edición o fue incautado por razones de Estado?, pregunta Gloria Rivas en relación con el libro La fabricación de nuevas patologías, del doctor Emilio Larrosa, editado en 2009 por el Fondo de Cultura Económica de Lima y presentado aquí apenas en noviembre pasado.