Opinión
Ver día anteriorMartes 16 de febrero de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Los Arenales, prueba de fuego

Preparativos de la izquierda

D

e todos los lodos que dejaron las lluvias extemporáneas que inundaron una buena parte del nororiente de la ciudad, el que tiene calidad de política pura es la competencia a la que sometió el jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, a varios de sus funcionarios, como para ver hasta dónde pueden llegar en eso de tener la sabiduría y la paciencia para enfrentar los reclamos de la gente, y para encontrar, con prontitud y atingencia, las formas de superar la desgracia que les afectó.

Ebrard combinó la experiencia de unos y la necesidad de otros que nunca, o en muy pocas ocasiones, han dejado el escritorio y la teoría, para someterse a una realidad que seguramente contradice la mirada fría del teórico o el suministro muchas veces inhumano de los recursos económicos. Pero para unos y otros, la inundación, principalmente en Los Arenales, atrás del aeropuerto de la ciudad de México, fue una prueba de fuego en la que hubo quien los calificara desde el gobierno central.

Sin duda la experiencia estaba del lado de dos importantes personajes del gabinete: Martí Batres, secretario de Desarrollo Social, a quien se encargó una de las partes más difíciles del lugar, no sólo por la desgracia sino también por su alto grado de marginación, una porción de aquellas colonias a la que se le conoce con el nombre de casitas, y en cuya empresa Batres no ponía a prueba nada más su experiencia en el contacto directo con la gente, sino su permanencia en el gabinete.

Cualquier error en la tarea, el mínimo, hubiera servido de pretexto para echar del gobierno al líder de la llamada Izquierda Social, sin que ello, dejarlo sin empleo, fuera tomado como presión de algún, o algunos medios que lo condenaron desde hace un buen rato a la separación del grupo de gobernantes en el Distrito Federal. Hasta ahora, según nos dicen, Batres superó la prueba, aunque la última calificación aún no la ha dado el jefe de Gobierno.

De ese lado, del de la experiencia, también se ubicó a Rosa Isela Rodríguez, mujer que se ha curtido desde hace ya varios años en tratar frente a frente a los habitantes más pobres de la ciudad, y lo ha hecho, hasta donde se nos informa, con esmero y honestidad, cualidades poco comunes en estos tiempos de corrupción galopante.

En este caso, Ebrard probó, todo indica que con éxito, que su decisión de poner a Rodríguez a cargo de programas de asistencia social, como el de los adultos mayores, no fue de ninguna manera un error, por más que hubiera voces que pretendieran calificarla de poco capaz para tales labores.

Palomita y estrella se llevó la consejera jurídica del Gobierno, Leticia Bonifaz. A ella se le encomendó componer uno de los más terribles males que sufrió la gente de Los Arenales: devolver a quienes habían perdido sus papeles la identidad jurídica que se llevaron las aguas negras. Cumplió.

Pero lo más extraño en todo esto fue la presencia del secretario de Finanzas, Mario Delgado. ¿Qué hace allí?, se preguntaron todos. La gente que lo estima asegura que a este funcionario le hacía falta darse una zambullida en las aguas de la marginación para tener un panorama real de lo que pasa en la ciudad.

Para otros, los más pícaros, Mario Delgado en Los Arenales se puede traducir como Mario Delgado rumbo a la jefatura de Gobierno, y no lo explican de otro modo. Para ellos la decisión de Marcelo Ebrard para 2012 radica en su secretario de Finanzas, y era urgente empezarlo a foguear. Qué mejor que una situación de alto grado de dificultad para saber de qué está hecho éste que anda en pos del más alto cargo en la capital del país.

Hubo otros que también desfilaron por Los Arenales para hacerse notar y para que nadie dude de que son aspirantes para suceder a Ebrard, pero ya tendremos tiempo para ocuparnos de la larga lista de tiradores que buscarán el puesto.

Por lo pronto, dicen que todos quienes tuvieron tareas para solucionar la desgracia en aquel hoyo de la ciudad se comportaron a la altura del problema, aunque de pronto unos trataran de ponerle el pie a otros. La gente, por lo pronto, salió ganando y eso es lo importante.

De pasadita

Ya se prepara un acto masivo con militantes de la izquierda que habrá de definir rumbos en eso de la carrera política para 2012. Desde luego no son los que están con Encinas y Nueva Izquierda, y dicen que en esa formación no hay ni traidores ni generales sin tropa. Por lo pronto el pasado domingo se reunieron para ponerse de acuerdo en sus estrategias, y en su primera decisión conjunta dejaron en claro que no van con las alianzas con el PAN o el PRI. Qué así sea.