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Los fragmentos de la antigua escuela se encuentran bajo el Centro Cultural de España

En meses próximos exhibirán restos de un calmécac hallado cerca del Templo Mayor

La estructura podrá ser visitada por el público, así como otras esculturas descubiertas en el sitio de 2006 a la fecha, como un cuauxicalli, vasija para depositar corazones humanos

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Fragmentos del calmécac, antiguo colegio mexica donde estudiaban los hijos de las clases dirigentes, descubierto en el sótano del Centro Cultural de España, en la calle de Guatemala 18, atrás de la Catedral Metropolitana. La estructura prehispánica, ya restaurada, exhibe un aposento, banqueta y muros, los cuales podrán ser visitados por el público en breve. El montaje museográfico incluirá las esculturas y vasijas que fueron descubiertas durante los trabajos de excavación del Programa de Arqueología UrbanaFoto Héctor Montaño/INAH
 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de febrero de 2010, p. a11

Un fragmento de un extenso calmécac –escuela donde los hijos de los sacerdotes y gobernantes de la época prehispánica aprendían diversas artes–, hallado en 2006 al pie del Templo Mayor, se exhibirá al público en los próximos meses.

Los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia adscritos al Programa de Arqueología Urbana (PAU) descubrieron parte de ese recinto en el Centro Cultural de España, en la calle de Guatemala, cuya estructura se remonta a la séptima etapa constructiva del Templo Mayor, según las evidencias, de 1502 a 1521, año éste en que fue avasallada Tenochtitlán por las huestes de Hernán Cortés.

En entrevista con La Jornada, el arqueólogo Raúl Barrera, director del PAU, explicó que hallaron el calmécac “en el extremo noroeste del recinto sagrado, en el sótano del Centro Cultural de España. Durante los trabajos de investigación detectamos una porción de este edificio, cuyos restos se deben extender por debajo de la calle de Donceles, e incluso del actual inmueble de la Secretaría de Educación Pública, donde existirían otras construcciones relacionadas con la antigua escuela mexica.

“Los restos del calmécac abarcan una logitud de 19 metros por ocho metros de ancho, aproximadamente, y se trata de un aposento con acceso de sur a norte respecto del Templo Mayor.

“Tiene restos de un piso de laja, así como una pequeña banqueta, que después exhibe una escalinata de acceso a la que sería la habitación.

“En la última etapa –prosiguió Raúl Barrera– se detectaron tres escalones, y en la anterior se conserva el interior de este aposento con los desplantes de las pilastras al fondo de este cuarto, que presenta los restos de la banqueta y el muro que lo delimita.”

Por tanto, explicó, el “templo de Ehécatl forma parte de este conjunto arquitectónico, así como el juego de pelota –del cual se corroboró su existencia hace unos años bajo la calle de Guatemala–. El calmécac estaba al norte del templo del Dios del Viento; no sabemos las dimensiones reales, porque se requiere de más excavaciones en los edificios aledaños, lo cual es muy difícil, pero esto se podrá conocer en los años siguientes, con el avance de los trabajos arqueológicos”, agregó.

Raúl Barrera también adelantó que la estructura podrá ser vista por el público a corto plazo y contará con toda una museografía que integrará otros vestigios descubiertos en torno a esta estructura.

El calmécac era un colegio muy importante donde estudiaban los hijos de la clase dirigente, de los gobernantes y de los sacerdotes. Era una escuela donde se les preparaba sobre literatura, escritura, astronomía, interpretación de códices, religión y muchos otros aspectos culturales; además, en las clases también se impartían actividades de danza y canto.

Los restos de la antigua escuela fueron descubiertos en diciembre de 2006, y tras dos años de excavaciones en ese lugar se decidió adaptarlo para que fuera visitado por el público, lo cual sucederá en los próximos meses.

En la exhibición también se presentarán algunas esculturas que fueron descubiertas en el Centro Cultural de España, como las del dios Mictlantecuhtli y Xiuhtecuhtli, deidad solar, que fueron descubiertas en un pozo, y las cuales deducimos que fueron colocadas ahí por manos indígenas para ocultarlas de la devastación europea. Ambas esculturas fueron escondidas y protegidas para que no fueran destruidas, abundó Barrera.

Gran rompecabezas

Además, agregó el arqueológo del INAH, también se halló un recipiente llamado cuauhxicalli, en el cual se depositaban los corazones humanos, pieza muy bella que muestra algunos animales relacionados con la oscuridad y la muerte, como el alacrán, la araña y el ciempiés. En la parte posterior tiene el numeral 7 caña, que se relaciona con los festejos a Quetzalcóatl, quien era el patrono del calmécac.

Raúl Barrera precisó que en el caso de este edificio prehispánico, los especialistas ya lo protegieron, intervinieron y acondicionaron para que sea presentado en el momento en el que concluyan los trabajos arquitectónicos en el Centro Cultural de España.

Cabe señalar, dijo el arqueólogo, que este gran rompecabezas se arma de manera paulatina, con ayuda de “fuentes históricas, las cuales nos brindan valiosa información para mostrarnos cómo estaba conformada la antigua Tenochtitlán y la ubicación de sus edificios.

“Nuestra herramienta más valiosa, sin duda, son las fuentes históricas y los nuevos datos arqueológicos recabados en el México del siglo XXI.

En el subsuelo se encuentran los restos de los basamentos que conformaban Tenochtitlán; si se realizan más excavaciones, seguramente aparecerán más estructuras de esa civilización. La última etapa fue la más destruida por Hernán Cortés, para fundar la nueva ciudad; por ello es mínimo lo que podemos identificar de la última etapa de ocupación.