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Se presentaron en la FILPM Anuario 2009, Las princesas y un libro por los 25 años del diario

Por el milagro de la fidelidad de los lectores, La Jornada sobrevive al disgusto neoliberal
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La Jornada, presente en el encuentro libreroFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de febrero de 2010, p. a13

Durante 25 años de trabajo periodístico, La Jornada ha mantenido una política editorial coherente, y ha sobrevivido al disgusto de los gobiernos neoliberales y de los poderes fácticos, incluida la ultraderecha fanática, por el milagro de la fidelidad de los lectores.

El poeta Hugo Gutiérrez Vega subrayó lo anterior durante la presentación de los libros La Jornada 25 años, Las princesas y Anuario 2009, publicados por esta casa editorial, que se realizó la noche de ayer en la 31 Feria Internacional del Palacio de Minería (FILPM).

En los libros presentados –destacó Gutiérrez Vega– sobresale, como uno de los ejes que ha seguido La Jornada en este cuarto de siglo –los primeros 12 años bajo la dirección de Carlos Payán y los siguientes de Carmen Lira, actual directora–, la defensa constante del Estado laico, y que lo sepan de una vez: vamos a seguir defendiendo, a como dé lugar, el Estado laico, porque eso es defender la vida civilizada y el futuro de la humanidad.

Las princesas (nombre que se da en el argot periodístico a las notas principales, las de ocho, de un diario) recogen momentos fundamentales de la vida de nuestro país y del mundo.

Por eso –afirmó el director de La Jornada Semanal y presidente del consejo de administración de esta empresa– es útil este libro: “Habiendo sido maestro de periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, creo que debo recomendar a todos los estudiantes de esta ardua carrera que tengan muy presente este libro.

“En él encontrarán, además de la coherencia constante de la línea editorial del diario, basada en la búsqueda de la verdad –empresa de titantes–, una serie de lecciones sobre la función social del periodismo y sobre las posibilidades artísticas del diseño periodístico.”

En el volumen sobre los 25 años de La Jornada encontrarán columnas, artículos de fondo, de opinión, y uno de los aspectos esenciales del periódico: las caricaturas. Lo digo sin pudor y con todo el énfasis: tenemos a los mejores caricaturistas de este país, insobornables; cada caricatura es un editorial en el mejor sentido de la palabra; son magníficos dibujantes, y no sólo dan alegría al periódico, sino fuerza reflexiva extraordinaria.

Pedro Miguel, editorialista de La Jornada y autor de la columna Navegaciones, hizo notar que los 25 años de este diario coinciden con la implantación del modelo neoliberal en México, por tanto, con la vasta destrucción económica, política, social, ética y humana en la que estamos.

Al releer los materiales de los libros presentados, Pedro Miguel se preguntó si no habría algo de masoquismo en ese hecho, pero en seguida matizó: El horror nunca es absoluto, las malas noticias siempre tienen una buena noticia a un lado, tal vez un poco escondida. Es un periódico que ha latido y ha pulsado al ritmo de la vida de sus lectores.

Esa relación de un periódico que acompaña a vivir y que se explica en relación con la vida de sus lectores –sostuvo Pedro Miguel– “se explica quizás por una gran heterodoxia que La Jornada comete al no hacer lo que la escuela clásica del periodismo estadunidense llama periodismo objetivo; la objetividad es una quimera, no hay manera de informar con objetividad, porque estamos inmersos en los sucesos y fenómenos que informamos”.

Al construir una portada, al organizar una asamblea de contenidos, no hay objetividad; asumimos la decisión y el riesgo de decir lo que creemos, qué fue lo más importante que pasó en el mundo y en México en las últimas 24 horas a partir de algo clave: nuestra visión del mundo y del país, a partir de cómo queremos que sea el mundo y cómo queremos que sea el país. Nuestra visión del mundo no es de clóset.

Diario que trascenderá su era

La Jornada –explicó Pedro Miguel– se sale de la línea que siguen otros periódicos y otros medios, “la mayoría al servicio del poder, o más bien parece haber hoy un poder –Legislativo, Ejecutivo, Judicial– al servicio de los grandes medios”.

Rafael Barajas, El Fisgón, dijo que en la historia del periodismo “hay toda una serie de publicaciones que marcan una era y tienen un carácter fundacional e incluso trascienden su tiempo. Es el caso de periódicos como Regeneración o El hijo del ahuizote y, perdón que lo diga, creo que también es el caso de La Jornada, un periódico muy extraño para este país neoliberal, un periódico que va totalmente a contracorriente de los tiempos”.

Cada régimen –dijo el caricaturista– tiene una prensa hecha a su imagen y semejanza: durante el régimen priísta, la prensa era corrupta, antidemocrática; se manejaba de manera vertical, como el régimen, los diarios repetían casi con las mismas palabras lo que el régimen quería.

En la era neoliberal la cosa no ha cambiado, sólo que ahora los grandes medios gubernamentales tienden a desaparecer y emergen medios que son la voz de grupos específicos. En este nuevo contexto “La Jornada sigue siendo excepción”. Mientras la mayoría de los diarios nacionales giran en torno a la bolsa de valores, “La Jornada centra su atención en causas que parecen marginales, fuera de moda y hasta imprudentes”.