Sociedad y Justicia
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Su participación en las rebeliones ha sido poco detallada, señalan académicos

Los indígenas, sometidos a una segunda conquista después de la Independencia

Se ha fracasado en proveer condiciones de vida dignas a los pueblos originarios, indican

 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de febrero de 2010, p. 47

Los procesos históricos de Independencia y Revolución representaron una especie de segunda conquista para los pueblos originarios, aun cuando los indígenas tuvieron una participación importante en ellos, y en 200 años de vida independiente no se les ha garantizado condiciones dignas de vida, coincidieron en señalar académicos universitarios.

En el segundo día de actividades del congreso internacional Los indígenas en la Independencia y Revolución, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Francisco López Bárcenas, investigador en la temática indígena e integrante del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural de la Cámara de Diputados, expuso que tras la guerra de Independencia comenzó la segunda conquista de los indígenas.

Termina el dominio colonial español, pero se da otro a escala de representación política: los criollos comienzan a meterse en los asuntos de las comunidades y después hay despojo de tierras.

Agregó que entre 1843 y 1848 hubo importantes rebeliones mixtecas, al igual que mayas y yaquis, para hacer visibles los reclamos de los pueblos originarios, como que se respetaran sus tierras o no pagar impuestos excesivos.

Sin embargo, fueron derrotados militar, ideológica y políticamente, limitando a líderes, asesinado a personas y con una campaña de que (respetarlos) era volver a la barbarie, refirió.

José del Val Blanco, director del Programa Universitario México Nación Multicultural, de la UNAM, aseveró que en 200 años de Independencia, los indígenas han sido postrados económica, social y culturalmente.

Sostuvo que el país no puede sentirse orgulloso como nación si la sociedad y el Estado han fracasado en garantizar condiciones de vida dignas a los pueblos originarios.

La participación de éstos en la Independencia y Revolución –aseveró– ha sido despreciada y poco detallada en las investigaciones, pues por lo general aparecen deslavados, incluidos como masas sin decisiones entre un puñado de próceres iluminados. Se ha descrito a la población indígena como si hubiera acudido en masa ante la imagen de la Guadalupana.

Del Val afirmó que existe desdén y ocultamiento del papel y el lugar de los pueblos indígenas en estos hechos y en el devenir histórico nacional.

La falta de interés supone no sólo un descuido científico, sino constituye una manipulación intelectual e ideológica implícita o premeditada que ha servido como coartada perfecta para naturalizar el despojo abusivo y sistemático de los pueblos originarios de México y del continente americano, indicó.

El investigador emérito de la UNAM Miguel León-Portilla, organizador del congreso, indicó que es mentira que no existan documentos de los pueblos originarios sobre la historia del país, al contrario: hay miles, por lo que se debe abrir el cauce a la voz indígena para que la escuchemos.