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Bajo la Lupa

China resalta la flexibilidad nuclear de Irán detrás de su dureza

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Mahmoud Ahmadinejad saluda a periodistas luego de una conferencia de prensa en Teherán el pasado 16 de febreroFoto Reuters
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stados Unidos ha insistido en reforzar la inspección de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) que, con su nuevo director, el japonés Yukiya Amano, se ha extralimitado de sus estatutos y atribuciones al haber endurecido notablemente su posición frente a Irán.

La decisión de Irán en el tema nuclear tendrá repercusiones sobre la posibilidad de que otros países inicien su desarrollo para fines pacíficos. Pero más allá de Irán, la ríspida postura de la AIEA y el factor Amano influirán negativamente en delimitar delicadamente la zona crepuscular entre la proliferación per se y el uso pacífico del átomo. Hoy está en juego el equilibrio mismo de la AIEA, que se inclinó por la pérdida de su legendaria neutralidad al haber optado por la intransigencia aparente de Estados Unidos.

¿Cómo podrá Irán eludir el cerco de las exigencias de la AIEA y del Consejo de Seguridad de la ONU?

Cada día que la indefinición se prolonga, se incrementan los riesgos de una conflagración regional generalizada, cuando Israel ha llevado las presiones sobre los países occidentales a extremos hiperbáricos y barbáricos (v.gr. los asesinatos extraterritoriales del Mossad con pasaportes diplomáticos británicos en Dubai).

¿Cuáles habrán sido las razones para que Irán haya primero aceptado en otoño pasado, durante las negociaciones de Ginebra, y luego se haya retractado de la propuesta swap de intercambio de su uranio por el mayor enriquecimiento por Rusia y Francia?

¿Fue la delicada situación interna, que ahora se ha decantado favorablemente, pero donde los francotiradores y balcanizadores (v.gr. Jundalá) incitados por Londres y la CIA pueden causar enorme daño?

¿Se trata de una riesgosa estrategia al borde del abismo para detectar la posición real de los actores en juego?

No se puede soslayar la brutal guerra sicológica ejercida por los multimedia israelí-anglosajones cuando Gideon Rachman, analista israelocéntrico de The Financial Times, apuesta subversivamente al cambio de régimen en Teherán para fines de este año, ya no se diga Richard Haas, mandamás del influyente Consejo de Relaciones Exteriores, con sede en Nueva York, quien opina que este es ya el momento idóneo de Estados Unidos para propinar el golpe militar de gracia a Irán.

No faltan quienes aduzcan que el desarrollo nuclear independiente de Irán resulta muy oneroso –en particular, en momentos de asfixia económica–, por lo que la atracción de los contratistas extranjeros con gran experiencia en la construcción de plantas atómicas de energía, bajo garantías internacionales de suministro de combustible, sería más barata, rápida y eficiente.

Pareciera que Irán tensa hábilmente la situación al máximo tolerable con el fin de detectar fisuras en el Grupo de los Seis (5-P más 1: los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania), donde pueda, primero, penetrar y, luego, asirse in extremis.

Los límites de Irán son no alienar a Rusia y a China ni caer en la parálisis sin margen de maniobra.

A propósito, el presidente ruso Dmitri Medvedev exhortó a Irán a cooperar con la AIEA para salir de la situación (Ria Novosti, 25/2/10).

Mas allá de las declaraciones ditirámbicas de algunos funcionarios, destinadas al consumo interno y a quemar a la oposición, Irán no ha roto los puentes de las negociaciones, muy al estilo de los bazares mediorientales, con el Grupo de los Seis.

¿Detrás de la intransigencia aparente de Estados Unidos e Irán se resguardan las posturas flexibles a un minuto para las doce del fin de las negociaciones?

El rotativo portavoz del politburó chino, People’s Daily (26/2/10), analiza las oscilaciones del programa nuclear iraní y detecta flexibilidad detrás del epifenómeno de la dureza retórica.

El rotativo chino pregunta: ¿Por qué Irán toma el riesgo de enfrentar una nueva ronda de sanciones al empujar insistentemente su programa nuclear?

Después de la escalada verbal entre Irán –que proclamó “haber enriquecido en forma independiente (sic) su uranio al nivel del 20 por ciento y de haberse convertido en un país dotado de armas atómicas– y la AIEA, en la fase del nipón Amano –que por primera vez le acusa de intenciones para producir furtivamente (sic) armas nucleares–, la teocracia chiíta ha manifestado en fechas recientes la disposición al swap de intercambio de su uranio doméstico, todavía de muy bajo enriquecimiento, por materiales nucleares de otros países relevantes.

El rotativo expone el malestar iraní sobre la condena de Estados Unidos, a quien fustiga por practicar típicamente dos pesas y dos medidas en materia de no proliferación.

Recuerda en forma pertinente que Estados Unidos apoyó activamente y participó en el programa nuclear iraní con el sha Reza Pahlevi, mientras se ha hecho de la vista gorda al hecho de que Israel posea armas nucleares desde hace bastante tiempo.

Refiere que para Irán, el propósito real de Estados Unidos no es prevenir la proliferación nuclear, sino más bien socavar y atacar a Irán para afianzar su dominio en el Medio Oriente.

En la perspectiva iraní, han ocurrido algunos cambios favorables en la presente confrontación con Estados Unidos en el Medio Oriente, por lo que la participación de Teherán se ha vuelto indispensable para arreglar los temas tensos de la región donde Washington se encuentra empantanado, además de que Estados Unidos carece (sic) de la fuerza para librar una guerra contra Irán, cuando tampoco desea hacer concesiones sustanciales a su rival.

Resulta impactante que los chinos no se impresionen con las bravatas de cantina de Estados Unidos e Israel para atacar y domar a Irán.

El rotativo aduce que no existe diferencia esencial en las políticas relevantes entre Obama y sus antecesores y defiende que Irán nunca ha escogido una política nuclear ciega (sic) y dura, cuando, al contrario, ha adoptado una política flexible (¡súper sic!): Teherán todavía (sic) espera que Obama pueda escoger una política relativamente más favorable.

Reconoce que Irán enfrenta problemas severos (sic) domésticos e internacionales –la crisis política de la elección presidencial y la situación económica insatisfactoria (sic)– que le obligan a mostrar continuamente su flexibilidad para evitar una nueva ronda de sanciones.

Refiere que el presidente Ahmadinejad ha enfatizado en fechas recientes detener temporalmente la producción de su enriquecimiento de uranio por el swap con el mundo exterior, mientras el líder espiritual Jamenei ha proclamado que las armas nucleares no son benéficas y son contrarias a las creencias islámicas.

Ambas declaraciones exponen así el deseo de Irán de disminuir las tensiones, a juicio del rotativo, que expresa que es muy temprano para concluir que las recientes y flexibles posturas negociadoras de Irán puedan mover (sic) al mundo occidental.

Pareciera que los chinos invitan a Estados Unidos a ser más flexible. En esta tema tan delicado la dureza mutua no conduce a nada constructivo.

Llama la atención que en ningún momento el rotativo haya siquiera insinuado la amenaza de un ataque israelí.

Lo más trascendental, a nuestro juicio, es que China se meta de lleno, por primera vez tan abiertamente en público, en el tema nuclear de Irán, su principal abastecedor de petróleo, cuando se han tensado las relaciones entre Pekín y Washington.