Opinión
Ver día anteriorLunes 1º de marzo de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Astillero

Comandante de letras

Contraste intelectual

México, ¿preparado?

A

ires de desgracia se entrecruzan. Haití fue la confirmación de que la corrupción y el abandono institucionales generan estructuras físicas y gubernamentales que agravan criminalmente los daños provocados por explosiones de la naturaleza. En Chile, a pesar de que las cimentaciones y estructuras son notablemente mejores (en lo físico y en lo social), y de la rápida y ordenada atención que el poder dio al terremoto reciente, el golpe recibido necesitará para su atención el empeño de recursos importantes.

Las noticias del infortunio continental deberían llevar a los mexicanos a preguntarse con singular enjundia si están bien preparados para enfrentar catástrofes como las que van tocando a la puerta. Pero ni siquiera en eso, ni siquiera así, pareciera emerger de la llanura cívica el tsunami participativo que someta a escrutinio y cambio a una clase política que se ha esmerado en dañar la capacidad de respuesta del Estado mexicano ante desgracias naturales, en adulterar la resistencia y calidad de las construcciones públicas, en degradar el aparato gubernamental de asistencia y ayuda a los segmentos más desvalidos. Hundido en la locura belicista que consume dinero público aceleradamente (y sin verdadero control: fuente de fortunas sexenales), desangrado así el erario y disminuido notablemente el caudal de recursos disponibles para políticas sociales, México está en condiciones muy desventajosas para enfrentar la eventualidad de fenómenos naturales como los que hoy están en la agenda mundial.

Pero la Nación vive en una postración cívica que en buena parte se debe a la anestesia diariamente dada por quienes ejercen desde plataformas públicas la función de analizar, criticar, proponer y opinar. Con la instauración del fraude electoral calderonista se produjo también un cerrar de filas alrededor de la ilegitimidad, en defensa de ella y en busca de recompensas, de parte de un notable segmento de los intelectuales, periodistas y opinantes del país. Diariamente se construye desde esos sitiales mediáticos una percepción falsa de la realidad que mantiene hipnotizada a una sociedad que es capaz de creer que brilla el sol de la propaganda gubernamental aunque esté viendo esa televisión mentirosa desde la más profunda noche calderónica.

En ese contexto de engaños complicitarios fue contrastante la postura de Carlos Montemayor, un intelectual que supo poner las armas de su pensamiento al servicio de luchas populares y que fue congruente y combativo desde las más diversas tribunas, lo mismo desde un espacio nocturno en el noticiero más visto de Televisa, donde periódicamente hacía un comentario de minutos, que en la participación directa en apoyo de movimientos en busca de reivindicaciones indígenas, sociales (como la defensa de Cerro de San Pedro contra las mineras canadienses de alta contaminación), literarias y de derechos humanos (como la participación en el comité que buscó intermediar con la administración federal para esclarecer el asunto de los dirigentes eperristas desaparecidos).

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Carlos Montemayor en la presentación de Obras reunidas, que recoge sus novelas Guerra en el paraíso y Las armas del alba, presentado en la Feria del Libro del Palacio de Minería en su edición de 2007Foto Yazmín Ortega Cortés

La muerte del autor de Guerra en el paraíso ensombrece a un México necesitado de voces lúcidas, críticas, sensatas, que ayuden a entender la realidad y a luchar para cambiarla. Comandante de las letras, guerrillero del pensamiento, cantor y poeta, Carlos ha llegado ya, en paz, al Monte Mayor.

Astillas

En Chihuahua los poderes se han trasladado a la ciudad fronteriza de La grilla, dejando para otra ocasión, o para nunca, los temas que hace días les apasionaban, como los asesinatos de jóvenes en Ciudad Juárez que, por lo demás, continúan, como sucedió este sábado. Los panistas se enzarzan en una guerra interna que puede abrir las puertas a la continuidad del PRI, pues no les salen plenamente las cuentas de elecciones internas al empresario Pablo Cuarón (impulsado por la corriente panista que tiene como personajes notables a Francisco Barrio Terrazas y a Javier Corral) y al presidente municipal con licencia de la capital chihuahuense, Carlos Borruel. Mientras los panistas dejan que se asiente en ellos el fantasma del fraude electoral interno, el PRI despliega su maquinaria de fabulación mediante actos museográficos priístas en apoyo al candidato designado, César Duarte, que ayer fue confirmado en una convención de delegados que sólo tenían como opción la del aplauso, y luego en un mitin de acarreo donde el aspirante del tricolor dijo que está dispuesto a poner todo en la lucha por mejorar la entidad, hasta la vida, de ser necesario... Por cierto, hay otro Duarte en escena museográfica priísta: Javier Duarte de Ochoa, el candidato a guardarle las espaldas a Fidel Herrera. Al más viejo estilo priísta, con un discurso de gritoneo demagógico, ese Duarte es impulsado por las arcas públicas veracruzanas en guerra contra el depredador gordillista Miguel Ángel Yunes... Y en Sinaloa el PRD y el PAN están a la espera de que el senador priísta Mario López Valdez, Malova, renuncie al PRI para poderlo hacer candidato a gobernador de oposición... Frente a los desfiguros cada vez más evidentes de las alianzas perreánicas, Andrés Manuel López Obrador ha subido el nivel de sus críticas, hablando de que esas maniobras llegan a niveles de desvergüenza y traición a principios, pero manteniendo el tabasqueño todavía sus palabras en el nivel del desacuerdo, de la no aceptación, pero no del combate directo. Mientras tanto, los dirigentes de los partidos que conforman el ahora llamado Dia siguen plácidamente construyendo el camino para una participación electoral conjunta en 2012... Y, mientras en el norte del país continúa el clima social de terror y las autoridades no atinan más que a condenar a las redes de Internet, ¡hasta mañana, en esta columna que la noche del terremoto en Chile vio tortugas televisivas nacionales e internacionales apenas asomarse a los acontecimientos cuando en las nuevas pantallas reinantes, las de las computadoras, la información fluía desde casi un par de horas antes!